mi NAVE


Mi Nave
Mi nave no es tan confortable, pero la conozco, identifico su buen sonido, sé cuando falta agua y si el combustible es el adecuado. También está llena de anécdotas, recuerdos, encierra muchos significados. Pero hay algo importante, tiene que funcionar, de lo contrario se oxida y se malogra.
En mi nave no estoy fuera del mundo, estoy dentro, es como mi casa. A ella también llega el recibo de luz, el de agua, la leche óptima para el bebé, el arriendo de la casa, la matrícula y los útiles escolares, el último grito de la moda, la falta de trabajo, los salarios bajos, los berrinches… Hay momentos en que mi nave parece insostenible.

Por sus parlantes acomodados y adaptados al gusto del conductor escucho noticias de muerte, de leyes injustas, de órdenes que van contra la conciencia, de un congreso que se confabula y pare leyes antojadizas, un discurso que debió pronunciarse antes, unas instituciones públicas que debieron actuar a tiempo, unos líderes que disfrazan sus intereses personales en nombre de los pobres, personas humanas analizadas desde otra cosmovisión y antropología,… mi nave se mece y parece perder el rumbo।

De todo pasa: sueños, paisajes, ilusiones y esta pasión de viajar me hace acelerar al ritmo del corazón। Acelero sin reparo y mi nave es una protesta de resortes y pernos flojos. Mi nave parece desarmarse.

Temo el rumbo de mi nave más que cuando no hay destino। Pensar, sentir, me hacen ver un futuro incierto, me siento cobarde - “¿Por qué son tan cobardes? ¿Aún no tienen fe?”-. El rumbo libre me atrae, pero me da miedo tener destinos desconfiados, oportunistas, fingidos, mentirosos,… son baches que van destartalando a mi nave.

No es una nave cualquiera, tiene vida ¿qué sería de ella sin su reporte de ocurrencias? Mi mayor posibilidad es ser el piloto, mi mayor felicidad es saber conducirla, mi gran reto es dejar que lo conduzca el Señor de la vida, el que allana caminos y duda en pasarnos a la otra orilla. Con el mi nave supera todo rastreo satelital y seguros burócratas para servir y diligentes para cobrar.

DOCUMENTO DE APARECIDA
“La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad। De hecho, los que más disfrutan de la vida son los que dejan la seguridad de la orilla y se apasionan en la misión de comunicar vida a los demás. El evangelio nos ayuda a descubrir que un cuidado enfermizo de la propia vida atenta contra la calidad humana y cristiana de esa misma vida. Se vive mucho mejor cuando tenemos libertad interior para darlo todo: “quien aprecie su vida terrena la perderá (Jn 12,25)”… (Documento de Aparecida n° 360)

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