Bautismo del Señor


"Un grito desesperado"

Luis está totalmente enamorado, quiere gritar a todos los vientos, romper el silencio, hacer público su amor. Un grito desesperado va con fuerza, con todo el aire de los pulmones, de corazón, lleno de palabra propia, de uno mismo, de lo que es, de lo que busca ser y con quien quiere compartir. Además es una actitud llena de propósitos, de búsqueda, de cambio, de nuevas relaciones y exhortaciones.

Un grito lleno de la novedad misma y de integridad divina y humana. Un grito escrito en los corazones y que sale de la misma boca de Dios en el momento del bautismo de Jesús. Un grito que marca una nueva época en los oídos de todos lo que quieren escuchar: “Este es mi Hijo amado en quien me complazco, escúchenle”. 

Una expresión desesperada llena de esperanza, no se contiene. Ningún presentador ha superado el gran contenido con pocas palabras y con tanta propiedad e identidad. 

Con un Padre así, ¿Por qué temer la orfandad? Podemos ser los niños seguros de su Padre, los seguidores firmes en su misión, los que oyen y escuchan con la vida a su Palabra. La soledad y la oscuridad ya no tienen lugar en la vida de un bautizado. 

Dios nos dice hoy: “Tú eres mi hijo amado, escúchame”.    

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