Domingo III de Pascua – Ciclo B (Lucas 24, 35-48) – 22 de abril de 2012



“¿Por qué tienen esas dudas en su corazón?”



¿A qué tenemos miedo? Al futuro, a las consecuencias de los propios actos, a la verdad, a la traición (traicionar). Los discípulos ya habían pasado por todos estos sentimientos, pero tenía más miedo porque no entendían mucho lo que estaba sucediendo.

¿Jesús es el resucitado? Este acontecimiento es central, importante, más allá de lo doctrinal es una experiencia y una gracia. Su muerte causó tristeza, soledad, confusión, miedo, decepción,… Resucitar y aparecer significa fortaleza, paz, alegría, resolución, claridad,… el rompe cabezas se ha completado.

Varios acontecimientos: se aparece a María Magdalena, la carrera de un Pedro cansado, Juan vio y creyó, hace renacer la fe de Tomás, los discípulos apresuran el paso gozosos después de escuchar y descubrir a Jesús en el partir del pan. Estos y muchos acontecimientos tienen sabor a victoria, a renacer, a vida eterna.

Los relatos de las apariciones son experimentados por personas concretas en un espacio y tiempo determinado. No son unos mitos, ni gestas victoriosas. Describen detalladamente el acontecimiento. Fueron experiencias fundamentales que los escritores sagrados las recogieron de la tradición oral.

La resurrección es el núcleo de la fe cristiana. No es lo mismo admirar a Jesús que ser su discípulo.

Ser admiradores de: su vida, su doctrina, su historia, su entrega. Admirarlo implicaría solo quedarnos en un Jesús histórico, un hombre admirable, un modelo ético. Pero no es suficiente, eso también hacen los judíos, los testigos de Jehová y de otras religiones.
Ser discípulos es: conocer su Palabra, creer en él, aceptar que es Dios, compartir la pasión de la construcción del Reino de Dios con justicia y paz. Él encamina la historia de la salvación, hizo la voluntad de Dios Padre.

Alegrarse como los discípulos: Resucitó, ¡Aleluya! ¡Aleluya!

Jesús, no es un fantasma, ni una alucinación del miedo, él es el mismo Jesús, el que come con nosotros, comparte el pan, el misericordioso, nos perdonó hasta en el momento más difícil e la cruz, él envía a predicar por todo el mundo.

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