T.O. XXIII, A: “Si tu hermano te hace algo malo (...)”

La ejemplaridad y el bien común 

_ Doctor, no sé qué hacer con mi hijo que no me hace caso. Salta sobre la mesa, no limpia su cuarto, sólo juega, …

_ ¿Y usted conversa con él?

_ Siempre le tengo que repetir las cosas y no hace caso.

_ ¿Cuántos años tiene?

_ 3 años.

 

 

 

XXIII Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2019 - 2020 - (Ciclo A)

 

Si hablar ya es un reto, hablar adecuadamente requiere formación, y hablar con el corazón requiere amor. Si siembras gritos no esperes cantos. Los testimonios armonizan mejor que las palabras o discursos morales, políticos, religiosos, liberales, motivadores, filantrópicos, conservadores, …

 

En nuestra historia (personal-social) el conflicto está sembrado. Entonces, o caminas a superar tu tajante conflictivo o estás en su búsqueda, a veces, con abundantes o carentes hormonas como la adrenalina, la endorfina, la tiroides. Y a nivel social, algunas ideologías agudizan los conflictos para su razón de existir y buscar un equilibrio social, pero, el conflicto sigue, “Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo” diría el poeta Cesar Vallejo en “Masa”.

 

El conflicto, incluso es a veces considerado como un punto de partida, como la descripción del problema en una investigación. Acá el gol está en identificar el verdadero problema. Porque, el niño sigue jugando sobre la mesa, es un problema para la madre, ¿la madre en conflicto?, y el verdadero problema sigue sin autocrítica ni ejemplaridad de comportamientos.

 

¿Entonces cómo superamos nuestros conflictos con los agresores, especialmente al bien común?

 

Jesús propone un procedimiento fraterno, comunitario y el de la oración. El Papa francisco cuando habla del cuidado del bien común suele acentuar la responsabilidad ética, más que discursiva, institucional o temas de gobiernos. En general, se ha visto poca acción por parte de los gobiernos, obviamente en su mayoría éstos son puestos por el poder económico.

 

El 1º de setiembre se desarrolló la VI Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación. El Papa Francisco inició su mensaje con el texto jubilar del Levítico: «Declararéis santo el año cincuenta y promulgaréis por el país liberación para todos sus habitantes. Será para vosotros un jubileo» (Lv 25,10). Además, explica este periodo significativo: 1 de setiembre, desde la publicación de la Carta encíclica Laudato si’ (LS, 24 mayo 2015) hasta el 4 de octubre, en memoria de san Francisco de Asís. 

 

En el mismo sentido comunitario, destaca el papel de la familia ecuménica al elegir el tema central: “Jubileo de la Tierra”, precisamente en el año en el que se cumple el cincuentenario del Día de la Tierra.

 

El documento está estructurado, según el sentido del jubileo en la Sagrada Escritura: recordar, regresar, descansar, reparar y alegrarse. Hace, una reflexión actualizando los “gritos” de la Laudato Si en la defensa de la “Casa común” y entresaca los “gemidos jubilares” de la naturaleza en el contexto de la pandemia del Covid19.

Personalmente, no estoy seguro de que las transnacionales respondan a Francisco, bastante explícito también en su video para le mes de setiembre (2020), con una pregunta que no debería dejar la conciencia tranquila.

Dar libertad a los oprimidos y a todos aquellos que están encadenados a las diversas formas de esclavitud moderna, incluida la trata de personas y el trabajo infantil.

Cancelar la deuda de los países más frágiles ante los graves impactos de la crisis sanitaria, social y económica que afrontan tras el Covid-19", pero no como una concesión, sino como parte de la "justicia restaurativa", fruto de siglos esquilmando el planeta y los recursos de las poblaciones indígenas.

En el video del Papa:

Estamos exprimiendo los activos del planeta. Exprimiéndolos, como si fueran una naranja. Algunos países y empresas del Norte se han enriquecido explotando los recursos naturales del Sur y han generado una "deuda ecológica". ¿Quién va a pagar esta deuda? Además, esta "deuda ecológica" crece cuando las multinacionales hacen fuera de sus países lo que no se les permite hacer en casa. Esto es repugnante. Hoy, no mañana, hoy, debemos cuidar la Creación de manera responsable. Recemos para que los recursos del planeta no sean saqueados, sino compartidos de manera justa y respetuosa. No al saqueo, sí a compartir.

Finalmente, es claro la ejemplaridad de Jesús, en sus correcciones fraternas, siempre presente el objetivo y la intención de la salvación del hermano. Esa salvación que necesita la madre para abrazar a su hijo en peligro de caerse de una mesa. La salvación que necesitamos los pobres flagelados por la pandemia y de manera más cruel por la corrupción de nuestros líderes.

 

El Covid19 nos ha sumido en el tiempo para recordar, para regresar a lo más profundo de nosotros mismos, para descansar, para reparar nuestros conflictos. Y para alegrarnos de la vida.



El video del Papa

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo 18, 15-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano.
Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano.
En verdad os digo que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos.
Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».

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