XIX Domingo del tiempo ordinario (C): “al que mucho se le confió, más aún se le pedirá”

Si eres capaz de ser fiel, cásate, conságrate; si es posible ser libre, eres generoso; si eres dueño de tus objetivo, deja que Dios te acompañe; si te falta fe, humildad; si eres de la tierra, te espera el cielo.


La expulsión de Agar. Jan Mostaert

Libres con futuro


XIX Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2021 - 2022 - (Ciclo C)

 

A menudo me llegan ofertas al E-mail: “responde a este correo y llama al número “x” porque el millonario “tal” quiere compartir sus riquezas contigo” Otros e-mails, cuentan la historia triste de una viuda con cáncer, pero muy rica y quiere donar su fortuna. Si contestas, es seguro que alguien te estafará o te robará los accesos a tus datos. Entonces, es tanta la oferta que las mandas al cesto o al spam.

 

Tu vida no depende de tus riquezas (15)

Puedes hacer un inventario de tus riquezas, ¿qué tienen de especial? Son, con frecuencia, el fruto de tu sudor, preocupaciones, dedicación, esfuerzo, en buenos términos, parte de ti está invertida en esa riqueza, incluso si fuera fruto de injusticias.

 

Pero tu vida está extenuada, te puedes preguntar ¿vivo para tener riquezas? De por sí nuestro concepto de riquezas conlleva un pensamiento de equidad social, de clasificación. Y abordamos un gran problema, los países que han equilibrado los niveles sociales no dejan de tener racismo y extremar lo “exclusivo” hasta la perplejidad.

 

Tu vida depende de Dios, y que él no esté en tu generación de riqueza entonces la muerte es más complicada que tu carroza de lujo, debe ser interesante tener riquezas y ser libre.

 

Busca el reinado de Dios y recibirás lo demás por añadidura (31) 

Si ahorras dinero para comprarte un carro ves inmediatamente el logro de tus ahorros, pero si ejercitas la libertad quizá no tengas puntos referenciales para decir que eres “más libre”. Eres libre o no.

 

La gran diferencia es que la libertad no viene sola, nos trae esperanza, justicia, paz. Entonces, el futuro no se mide por el carro que compras sino por cuanta esperanza, por cómo vas forjando la justicia, si tienes capacidad de fidelidad, si el amor sublima tu sonrisa y das el giro copernicano de la vida.

 

El ejemplo bíblico es la fe de Abraham y Sara, miran el futuro con esperanza, son capaces de vivir como extranjeros, sin “tener tierras”, sólo la confianza del cumplimiento de las promesas de Dios, nunca habitaron la patria que buscaron, pero si el Reino de Dios.

 

Entonces, el camino de la fe los llevó a conocer a un Dios que quiere grandes cosas para la humanidad, pero ésta no necesariamente se dispone a buscarla o recibirla. ¿Aquella oferta se ha convertido en un spam de tu vida? 

 

Donde está tu tesoro estará tu corazón (34)

Si vives sólo del pasado es posible que respires muchas veces amarguras, resentimientos; los ojos miran al horizonte frontal, el futuro es posible, el pasado no tiene un retroceso automático más que en tus recuerdos. Es decir, tu corazón vive una apertura al futuro, a lo posible, a la esperanza más que a la decepción.

 

La cereza del pastel es ¿dónde está tu tesoro? Aquello que te preocupa y ocupa, quizá te obsesione. El sentido futuro reposa el pensamiento en la esperanza, allí tiene sentido la limosna, la reconciliación; dicho de otro modo, no gastas tu vida en la acumulación y la cultura del odio. Es como una ventana de aire fresco para la libertad de la esterilidad del “tener más”. Y no se trata del solo “tener” sino del don del desprendimiento y paz en tu corazón.

 

A quien mucho se le dio mucho se le pedirá (48)

Con esta frase, el evangelista Lucas, me da temor y temblor. Pero, al reflexionarlo quizá sea porque me imagino un encuentro con el juez, como cuando en la pedagogía tradicional no hacías la tarea y el profesor te esperaba con una madera para castigarte en las manos. ¿tú crees que sea tan despiadado el encuentro con Dios? ¿justo?

 

Todo te remite al futuro, a la esperanza, pero se le construye hoy. Si fueron generosos contigo, por qué no serlo también. Y no interesa la cantidad, sino la calidad. El reto de la calidad es que rebusca en tu pozo interior, en tu historia, en las larvas y la vida. Entonces, la integridad de lo que eres te puede dar una idea de lo que esperas, lo que eres hoy lo mejorarás mañana, ojalá no seas experto en el mal.

 

Que tengas un bonito día del Señor y la esperanza sea el don que tanto le pides a Dios en tus oraciones.

 

Palabra del papa Francisco:

«¿Cómo espero a Jesús?». Pero sobre todo: «¿Espero o no espero» a Jesús? Muchas veces, en efecto, también nosotros cristianos «nos comportamos como paganos» y «vivimos como si nada debiera suceder». Tenemos que estar atentos a no ser como el «egoísta pagano», que actúa como si él mismo «fuera un dios» y piensa: «yo me las apaño solo». Quien actúa de esta manera «acaba mal, termina sin nombre, sin cercanía, sin ciudadanía». En cambio, cada uno de nosotros se debe preguntar: «¿Creo en esta esperanza de que Él vendrá?». Y aún más «¿Tengo el corazón abierto, para sentir el ruido cuando toca a la puerta, cuando abre la puerta?».

 

 (Papa Francisco, Santa Martha, 21 de octubre de 2014)

 

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 12, 32-48

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino.
Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos bolsas que no se estropeen, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.
Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo.
Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa.
Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».
Pedro le dijo:
«Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?».
Y el Señor dijo:
«¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas?
Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes.
Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles.
El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos.
Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá».


Pintura: La expulsión de Agar Jan Mostaert

Jan Mostaert fue un pintor de reconocido prestigio. En su repertorio sobresalen los retratos y las obras religiosas. Entre sus rasgos más sobresalientes destaca la minuciosidad con la que trabajó los detalles, en conexión con la iluminación de manuscritos. El paisaje solía ocupar el fondo de sus composiciones, y en él se evidencia una clara influencia de Joachim Patinir. Esta obra en concreto es un buen ejemplo de la capacidad narrativa de Mostaert, que incluye en la pintura varias escenas de una misma historia, en este caso la expulsión de Agar tal y como se relata en el Antiguo Testamento. En la imagen principal aparece Abraham en el momento de despedir a Agar y al hijo de ambos, Ismael. Tras este, se suceden los episodios que dan continuidad al relato. A la izquierda vemos a Sara, mujer de Abraham, mirando desde la puerta de su casa la expulsión, de la que fue instigadora. A la derecha se representan diferentes momentos del viaje de Agar, como la aparición del ángel que les facilitará agua para beber y a lo lejos en lo alto de una colina, el sacrificio de Isaac, hijo de Abraham y Sara. El tema de la expulsión de Agar gozó de mucha popularidad en los Países Bajos en los siglos XVI y XVII.

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