El Bautismo del Señor (A): “ Apenas se bautizó Jesús, el Espíritu se posó sobre él ”

Camino sin retorno

Bautismo
Bautismo de Jesús Piero della Francesca


El Bautismo del Señor

Año litúrgico 2022 - 2023 - (Ciclo A)

 

Del nacimiento al bautismo

Después de celebrar la Epifanía del Señor cuando los Reyes Magos lo buscan para ofrecerle sus dones, ahora celebramos otra ‘epifanía’, otra manifestación del mismo Jesucristo: el bautismo. Se cierra así un ciclo importante para el cristianismo, finaliza el tiempo de Navidad y Epifanía y reiniciamos con el tiempo ordinario de la liturgia.

 

Un camino sin retorno

El camino empieza en la puerta de tu casa y no debes emprenderlo si no te apasiona. A los 30 años de edad, con la experiencia de una madre amorosa y un padre trabajador, con el aprecio de vecinos y familiares, ha decidido iniciar un camino. Eso implica, dejar el calor familiar, despedirse y tener un objetivo claro para caminarlo. Lo último que se supo fue que sus padres procuraban su desarrollo espiritual, intelectual y físico; ahora, a sus 30 años tiene la suficiente madurez para reorganizar la vida y replantear la nuestra. Jesús fue de Galilea al río Jordán, donde estaba Juan el Bautista, caminó un aproximado de 100 kilómetros para poder ser bautizado.

 

La sorpresa de Juan

Juan es un gran profeta que está predicando la venida del reino de Dios. Muchas personas de toda Palestina acudían: Juan los sumergía en el agua, la persona reconocía sus pecados e imploraba a Dios la purificación de sus culpas y se le invitaba a cambiar los comportamientos equivocados. Recordemos que, aunque se llama bautismo, no tiene el mismo significado del sacramento católico.

 

Jesús ha llegado como cualquier penitente palestino, en fila con los pecadores, esperando su turno, y es reconocido por Juan el Bautista. Se sorprende de que el sin pecado esté en la fila de los pecadores. Juan intenta disuadirlo, considera que Jesús debe bautizarle. Jesús al ver su desconcierto le pide a no resistirse y a bautizarlo.

 
El acontecimiento del bautismo

Este acontecimiento nos muestra quién es Jesús, de dónde viene y a dónde va. Es un acto para “cumplir la justicia”, en la clave bíblica significa que es obediente al Padre, se hace hombre humilde y obediente hasta la cruz (cfr. Flp 2,7), el que no tiene pecado y deja que lo traten como a un pecador (cf. 2 Co 5,21).

 

Hijo amado. Nadie será el mejor relacionista entre Dios y la humanidad sino el mismo Jesús. Se inicia un nuevo ciclo centrado en Jesucristo. De hecho, se manifiesta el Padre y el Espíritu Santo. 

 

Hijo predilecto: Jesús se bautiza y se abren los cielos, es la fuerza del bautismo, la gracia de la fe chorrea en el nuevo bautizado. El predilecto cambia la historia y lleva la humanidad a la divinidad de donde salió. El hijo lleva la humanidad a la divinidad, es el fiel servidor.

 

Escucharlo, meditar su Palabra, amada y predilecta, nos da señales de un Dios cercano, de un Dios que abrió los cielos para los corazones cansados y agobiados.

 

En este día del bautismo de Jesús tenemos esa alegría de haber recibido también el bautismo, como se inició con el mismo Jesús, donde se alegra Dios y baja el Espíritu Santo. El Padre nos pide escucharlo a Jesús, Jesús mandó a sus discípulos a bautizar en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (cfr. Mt28). Es decir, si no sabías todo el contenido de tu bautismo, alégrate, es tiempo, nunca es tarde para emprender el camino, con la fuerza de los 100 kilómetros, ya no sólo para ser sumergido en el agua y sentirse purificado sino para recibir una marca o una característica imborrable: ser también hijo de Dios, con todos los deberes y derechos, con la dignidad y el amor.

 

Palabra del papa Francisco

Esta fiesta del Bautismo de Jesús nos recuerda nuestro bautismo. Nosotros también renacemos en el bautismo. En el bautismo el Espíritu Santo vino a permanecer en nosotros. Por eso es importante saber la fecha del bautismo. Sabemos la fecha de nuestro nacimiento, pero no siempre sabemos la fecha de nuestro bautismo. Seguramente algunos de vosotros no la saben... Una tarea. Cuando regreses a casa pregunta: ¿Cuándo fui bautizada? ¿Cuándo fui bautizado? Y celebra la fecha de tu bautismo en tu corazón cada año. Hazlo. Es también un deber de justicia hacia el Señor que ha sido tan bueno con nosotros.

Que María Santísima nos ayude a comprender cada vez más el don del bautismo y a vivirlo coherentemente en las situaciones cotidianas.

Capilla Sixtina, 9 de enero de 2011. Homilía


Lectura del santo evangelio según san Mateo 3, 13-17

En aquel tiempo, vino Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara.
Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole:
«Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?».
Jesús le contestó:
«Déjalo ahora. Conviene que así cumplamos toda justicia».
Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él.
Y vino una voz de los cielos que decía:
«Este es mi Hijo amado, en quien me complazco».


Pintura:

Bautismo del Señor por Piero della Francesca

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