sábado, 26 de diciembre de 2009

paso navidad




El materialismo no es tan peligroso cuando por medio está la consideración y estima a la otra persona. ¿Acaso no te gustó que te traten como aniño dándote un regalito de navidad? ¿Si no te lo dieron, acaso no tienes actitudes de protesta?

Nos llega el 2010 y si quieres construir el amor, la virtud y tu talante personal debes seguir trabajando, cada día, aunque elijan el bien menor como presidente de la nación o tu ciudad sea una selva de elefantes blancos.

Incluso si este año fue tan “malo” no pierdas la esperanza, sé optimista. Si tendrías que huir y refugiarte, si te persiguen y vas al exilio, si te conviertes en emigrante en un país extranjero,… La familia de Jesús sufrió algo parecido.
Nació Jesús, tu familia se unió, somos capaces de mostrarnos solidarios cada día, el amor a los niños genera vida, paz, armonía. El año que viene será mejor, sin duda, será mucho mejor, porque Dios no nos abandonará, estará de nuestro lado.

Así como la piedra y la palabra insultante no se pueden borrar, los regalos se convierten en signos del amor, te evocarán, te trasladarán a momentos sacramentales, se impregnan en lo trascendente de tu vida. Vive la vida con gestos eternos, propios de los limpios de corazón.


DOCUMENTO DE APARECIDA


En el seno de una familia, la persona descubre los motivos y el camino para pertenecer a la familia de Dios. De ella recibimos la vida, la primera experiencia del amor y de la fe. El gran tesoro de la educación de los hijos en la fe consiste en la experiencia de una vida familiar que recibe la fe, la conserva, la celebra, la transmite y testimonia. (DA 118)

domingo, 20 de diciembre de 2009

cree y confia

Si todos los días naces


Ufff… se acaba el año, llegó tan rápido la navidad y ojalá con un niño llamado Jesús; aunque eso dependa de cada uno, cómo reciba el regalo, forrado al vacío o forrado con el sentido a aquel símbolo del amor sin límites.

El año pasado me regalaron un boleto para ir a un concierto, pero las ocupaciones y los temas por resolver me hicieron rechazarlo. Después de unos días supe que era un concierto único. Este año, quiero que las ocupaciones no me hagan rechazar la gran invitación, el afinado cantante y pueda delirar con la música.

En estas fiestas nos volvemos regalones, expresamos nuestra solidaridad, nos identificamos con los problemas de los demás. Por eso felicitaciones, quien sienta su corazón cambiado, alimentado por la alegría, seguramente Dios se valió de un niño o de alguien par mostrarle su cercanía.

Un niño suele cambiarnos la vida. Su llegada, sus gritos, su rostro, su fragilidad, su ternura… Todo lo que él es repercute en el hogar, en cada persona. Así hace que fijemos nuestros ojos en la gran novedad, estar atentos a cada gesto. Las abuelas parecen ser mamás y como primeras madres están listas a servir con su experiencia y pericia.

A veces queremos ver el rastro de Dios, pero debemos estar atentos como el enamorado cuando espera a su amada (que tarda), como el presidiario que se estremece al escuchar su nombre o la palabra “visita”. Dios no juega a las escondidas, siempre e hace el encontradizo (“no lo arroches pues”).

Si todo el año nos comportáramos como en Navidad, seguramente se recortarían las distancias, la generosidad nos daría grandes alegrías. Si solamente superaríamos la desnutrición infantil tendríamos buenos estudiantes. Si las instituciones se involucrarían (en serio) con la problemática social los proyectos de desarrollo no serían "falsas promesas", sino realidades.


DOCUMENTO DE APARECIDA

También por el sacramento del Perdón que Cristo nos ha alcanzado en la cruz. Alabamos al Señor Jesús por el regalo de su Madre Santísima, Madre de Dios y Madre de la Iglesia en América Latina y El Caribe, Estrella de la evangelización renovada, primera discípula y gran misionera de nuestros pueblos. (Documento de Aparecida nº 25).



sábado, 12 de diciembre de 2009

La alegría





Sus pasos y sus formas de caminar son tan conocidos que todavía me siento el niño que los espera con ansias de saborear un chocolate o escuchar las últimas anécdotas. Con prisa aparecen por la esquina de la iglesia, no sé si darles el encuentro o esperarles, ella me mira, se ríe, camina rápido, le dice a él que se apure, él sonríe, corren, nos abrazamos, él quiere abrir la puerta, no encuentra la llave, ella logra abrirla y lo primero que pregunta es si he comido.

Ella siempre me muestra su amor y alegría preocupándose por darme de comer. El fogón milagroso no admite que la sopa esté fría. Él pregunta por mi salud mientras expone el pan, el queso y las paltas (aguacates). Ella, saca como un tesoro escondido una presa de carne que es imposible negarse al olor y sabor típico de casa, sin querer me han trasladado a los años de mi infancia.

Aquella noche faltó algo, alguien, no sé qué… pero faltó. Me divertí, comprendí que los años son los que nos quedan. Sentí el abrazo sincero y familiar. Los amigos y amigas expresaban su alegría, algunos se preparaban con una copa para decir salud, no importaba si es aguardiente, chicha, vino o whisky, lo importante es la alegría de celebrar la vida, la esperanza, el amor.

Ella no quiere hablar, no es necesario, ya ha demostrado que me ama, todo lo que ha preparado es su mejor discurso. Él toma la copa de vino, da gracias a la Inmaculada Concepción y resalta la suerte de tener un hijo, pide perdón por los errores y desea éxitos. La mesa amplia es amenizada por las ocurrencias de los niños.

Siempre esperamos estos momentos, los anhelamos, nos preparamos, procuramos coincidir, compartir, unir fuerzas, limar asperezas, mirar el futuro, estar seguros del otro, tener fe, confianza. ¿Qué sería de una familia que no espera a sus hijos? ¿Qué sería de nosotros si no esperamos al que trae las buenas noticias? ¿Qué sería de nosotros si no expresamos la alegría?

DOCUMENTO DE APARECIDA

“En el encuentro con Cristo queremos expresar la alegría de ser discípulos del Señor y de haber sido enviados con el tesoro del Evangelio. Ser cristiano no es una carga sino un don: Dios Padre nos ha bendecido en Jesucristo su Hijo, Salvador del mundo”. (Documento De Aparecida nº 28).

domingo, 6 de diciembre de 2009

Adviento- prepara camino

La última vez que le vi tenía una chaqueta media despintada por la antigüedad o por el sereno, sus ojos trasnochados pero atentos al movimiento de las personas, a la vez, estaba atento a las palabras de su radio. Me saludó con una voz de ultratumba mofándose de la prisa con la que caminaba.
Ese día, el presidente saldría a saludar a los pobladores pero necesitaban allanar el camino para desplazarlo sin problemas. Unos comandos elegantemente vestidos y armados cuidaban el pasó del presidente; otros dentro de la gente facilitaban el acceso de algunas personas.
Los extremos hacen difícil el acercamiento. Uno con poder, sus agentes de seguridad deben tomar muchas precauciones, hay un acercamiento físico. Otro sin poder, está dentro de la gente casi encubierto, no lo identifican ni lo valoran. Acercar los corazones depende de ambos lados.
Su última misión “de avanzada” fue en una ciudad dentro del país. Varios días antes de la llegada del presidente, preparó cada detalle en la ciudad. Cruzó información con sus colegas, les preparó para desarticular cualquier movimiento y garantizar una agenda de visitas segura.
El avión presidencial debió llegar a las diez de la mañana, pero llego a la una de la tarde. La misión de seguridad no se altera, sigue disponible, vigilante, atenta a cada orden, ponen todo su esfuerzo, nadie se duerme, el sol y el hambre son superables.
La comitiva ha llegado, el primer ministro ha anunciado las reuniones, las agendas, las inauguraciones, los saludos, los reconocimientos. El encuentro ya está preparado, el pueblo espera con efervescencia la llegada. Cada palabra debe contener la voz y el sentir de la gente.
DOCUMENTO DE APARECIDA

Bendecimos a Dios con ánimo agradecido, porque nos ha llamado a ser instrumentos de su Reino de amor y de vida, de justicia y de paz, por el cual tantos se sacrificaron. Él mismo nos ha encomendado la obra de sus manos para que la cuidemos y la pongamos al servicio de todos…. (Documento de Aparecida nº 24).