sábado, 27 de febrero de 2010

Transfiguración al revés

La “Desfiguración”
La vida parece al revés: la economía, la política, la familia, incluso la fe. Padre Dios, hoy quiero escuchar a tu Hijo, al amado, en lo más alto y en lo más bajo. Sin duda a tus hijos, los amados, los “transfigurados”, tus preferidos, los postergados, encorvados, los desfigurados,...

Tu hijo, baja al encuentro de tus hijos, sus hermanos. Es un encuentro del Transfigurado con los desfigurados. Del Hoy, Mañana y Siempre con los postergados. De los “encorvados” hoy, mañana y ojala no siempre con quien nos ha dignificado. Él no se ha rebajado, nos ha encontrado, y nos ha permitido el atrevimiento de ser “igualados” para ser ciudadanos eternos, con Él, desde Hoy..

Las columnas de la fe, mancilladas, esperan el pan invisible de cada día. Los que cambian el aspecto de su rostro en Haití. Los que hacen brillar la ausencia de sus ropajes en el altiplano. Los nativos y campesinos sin choza y sin tierra. Los de buen corazón pero perezosos para hablar con tigo sienten la ausencia fría de tu rostro iluminador. Dios Padre, éstos y otros, son tus hijos amados ¿Por qué no son escuchados?

Señor, llévanos al monte de la fe, danos ese don, infunde en nuestra vida la docilidad a tu Palabra, despiértanos del sueño, sácanos de nuestros anhelos de comodidad, que el éxodo no se quede en la cruz, sino en la gloria, en tu resurrección. La muerte no es lo último, lo último es ser infelices.

APARECIDA:

“… Como hijos obedientes a la voz del Padre, queremos escuchar a Jesús (cf. Lc 9,35) porque Él es el único Maestro (cf. Mt 23,8). Como discípulos suyos, sabemos que sus palabras son Espíritu y Vida (cf. Jn 6,63.68). Con la alegría de la fe, somos misioneros para proclamar el Evangelio de Jesucristo y, en Él, la buena nueva de la dignidad humana, de la vida, de la familia, del trabajo, de la ciencia y de la solidaridad con la creación. (Documento de Aparecida nº 103).

viernes, 26 de febrero de 2010

La transfiguración


“Éste es mi Hijo, el escogido, escúchenlo”


Hoy subimos al monte, pues sólo desde la oración podemos descubrir el ser divino, lo profundo de Jesús. Esta experiencia espiritual revoluciona la vida, por ejemplo, Abraham, un patriarca (1200 a.C,) cambia del politeísmo al monoteísmo. Además tiene dos hijos Isaac e Ismael considerados como las raíces de los judíos y de los árabes. Es decir, La experiencia espiritual permite una comunicación cercana y cálida con Dios y, por tanto, una fe sólida que supera todas las pruebas.

En el desierto Jesús estaba orando y superando tentaciones, hoy también ora en la montaña (parece ser el monte Tabor 588 msnm) junto a Pedro, Juan y Santiago, considerados como “columnas de la iglesia” (Cf. Gal 2,9). Pues la experiencia de la oración personal y comunitaria es alimento para el caminar de la iglesia. Los discípulos viven algo inesperado, esto sólo puede suceder en otra dimensión: la revelación divina.

Jesús, antes de subir al monte les dijo a sus discípulos que lo iban a condenar a muerte y que resucitaría al tercer día (Lc 9,22), les exhortó a tomar su cruz y estar dispuestos a entregar su vida. Ante las noticias no sean del agrado, les lleva a l monte, donde se manifiesta su gloria, les hace ver de manera luminosa su resurrección, y mediante las figuras de Moisés y Elías (la ley y los profetas) les hace entender que en Él se cumplen las promesas del anuncio de un salvador.

Para confirmar que Jesús es Dios, Yahvé dice: “Éste es mi Hijo, el escogido, escúchenlo”. Es decir, escuchar la Palabra de Jesús es dejarse guiar hacia la contemplación del misterio de la transfiguración del Señor: “Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso”.

Tenemos un objetivo: ser felices, pero no solos, sino con Jesús. No desfiguremos el rostro de Jesús, no dejemos que el sueño nos prive de la luz, que el miedo nos estanque en la comodidad. Permitamos que Dios nos ame, oremos, busquemos la vida divina.

La utopía ya está en lo germinal


La utopía ya está en lo germinal

Esperaré a que crezca el árbol y me dé sombra.
Pero abonaré la espera con mis hojas secas.

Esperaré a que brote el manantial y me dé agua.
Pero despejaré mi cauce de memorias enlodadas.

Esperaré a que apunte la aurora y me ilumine.
Pero sacudiré mi noche de postraciones y sudarios.

Esperaré que llegue lo que no sé y me sorprenda.
Pero vaciaré mi casa de todo lo conquistado.

Y al abonar el árbol, despejar el cauce,
sacudir la noche y vaciar la casa, la tierra y el lamento
se abrirán a la esperanza.

Benjamín González Buelta, S.J.

viernes, 19 de febrero de 2010

Fe firme


Aly, a su ingreso a la universidad sabía que su única misión era estudiar. Estaba segura de su objetivo: ser profesional. Su gran espíritu de superación hacia de ella una persona segura, con curiosidad intelectual y una promesa para su familia.

Como la mayoría de estudiantes tenía dificultades económicas. Le ofrecieron un trabajo en horas a su elección, calculando ingresos era beneficioso y fácil. Interiormente no se sentía bien, si era cierto que nadie sabía lo que hacía, pero ella sí.

Sus compañeros la eligieron delegada del aula y luego representaba a los estudiantes. Lideraba actividades de solidaridad, exponía los reclamos de los estudiantes y lograba el apoyo de sus compañeros. Alguna vez lideró el cambio de un docente, el motivo fue ser exigente en la asignatura. El poder puede desvirtuarse cuando lo usamos para nuestros caprichos.

La chica educada, trabajadora, poderosa,… seguía con su gran objetivo: ser profesional. El único medio para ser buen profesional es ser buen estudiante: asiste a las sesiones de aprendizaje, investiga, desarrolla propuestas, cumple con sus tareas. Otros medios no caben. El fin no justifica los medios.

Cumple tus objetivos con la firmeza, la seguridad, la fe en Dios, con sacrificio, superando adversidades, con la conciencia limpia, con sabiduría,…

Documento De Aparecida
Jesús, al comienzo de su vida pública, después de su bautismo, fue conducido por el Espíritu Santo al desierto para prepararse a su misión (cf. Mc 1, 12-13) y, con la oración y el ayuno, discernió la voluntad del Padre y venció las tentaciones de seguir otros caminos. Ese mismo Espíritu acompañó a Jesús durante toda su vida (cf. Hch 10,38). Una vez resucitado, comunicó su Espíritu vivificador a los suyos (cf. Hch 2,33). (Documento de Aparecida 149).

Tentaciones en el desierto


T. CUARESMA - I C (21-Febrero-2010)

“No tentarás al Señor, tu Dios”

Estamos ya, dentro del calendario litúrgico, en el tiempo de Cuaresma que se dio inicio con el Miércoles de Ceniza. Cuarenta días, es un tiempo de preparación para celebrar la Pascua del Señor: pasión, muerte y resurrección de Jesús.

Ante las grandes dificultades necesitamos de Dios, lo peor es sentirse dios y ser autosuficientes. Jesús mismo, en la dificultad, en la tentación, necesita de una oración profunda a su Padre. Dios mismo experimenta la fragilidad, no sólo en el desierto, sino en muchas ocasiones. Queda claro que no podemos manipular a Dios: “hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”.

Ante la propuesta del mal ¿Cómo reaccionas? Jesús responde sin ambigüedades, no va contra sus valores, no negocia ni da tregua. El mal siempre va proponernos “algo seductor” y sabe nuestras debilidades: el poder, la comida, la fama. Para nuestra vida sólo escogemos entre lo correcto o lo incorrecto, entre el bien y el mal.

Tener el poder es una tentación permanente, a veces sacrificamos los valores más nobles (familia, ética, educación, patria, Dios, amigos) con tal de llegar a la cima del poder. Estamos en la antesala de unas elecciones; castiguemos con nuestro voto a los corruptos y apoyemos a los que sí impulsan el progreso de la comunidad.

Recuerda que toda adversidad se supera con la gran fortaleza de los cristianos: el Espíritu Santo. Jesucristo nos ha dado su amor para fortalecernos y darnos la claridad en nuestras decisiones.

sábado, 13 de febrero de 2010

Bienaventurados los que confían



Quede claro: ¡a pesar de todo confía! Sin confianza la vida es un delirio de persecución o una producción de películas en todos sus géneros. El amor, el trabajo, la religión, la filosofía, la literatura, la idiosincrasia,… pueden condicionarte, pero confía.
Confía en la amistad, es un gran regalo que depende de dos. Busca comprender los entretejidos, da tregua, sé incondicional, nunca te muevas por lo material,  La venganza no es dulce sino avinagra la conciencia.
Debes saber que eres el culmen de la creación, lo mejor de lo mejor. Eres como Dios pero no eres Dios. No puedes dominar al tiempo, ni al aire, ni a la lluvia, pero sí puedes unirte a dominar la indiferencia, el olvido, la desesperación, la desconfianza.
No serás incauto, a pesar de todo confía en tantos que aunque se pongan la vestidura de pobres les seduce llenar sus arcas, de aquellos que les preocupa su fama y prefieren no meterse en problemas, de los cómplices de la explotación, de los que agachan la cabeza para no ver las injusticias en sus narices…
Confía. El mal no triunfa, el bien siempre se impone. Si hay topos que te difaman sistemáticamente, si las sonrisas intentan cubrir la mirada iracunda, si cuando dices la verdad te dicen inmoral, si te ponen obstáculos “ridículos” en el camino,.. Te repito: ¡a pesar de todo confía! Te lo aseguro, serás libre, el mal no te posee.  
DOCUMENTO DE APARECIDA
“En el seguimiento de Jesucristo, aprendemos y practicamos las bienaventuranzas del Reino, el estilo de vida del mismo Jesucristo: su amor y obediencia filial al Padre, su compasión entrañable ante el dolor humano, su cercanía a los pobres y a los pequeños, su fidelidad a la misión encomendada, su amor servicial hasta el don de su vida. Hoy contemplamos a Jesucristo tal como nos lo transmiten los Evangelios para conocer lo que Él hizo y para discernir lo que nosotros debemos hacer en las actuales circunstancias.” (Documento de Aparecida 139)
 

domingo, 7 de febrero de 2010

pisco Perú

Brindemos Cholo

Hoy todos queremos brindar. No porque nos guste sino por un gusto. Simplemente es un gusto de celebrar: la vida, la identidad peruana, la amistad,...

La combinación de la alegría, del hielo, del pisco, de la clara de huevo, de la azucar blanca tiene como consecuencia deleitar el paladar, refrescar la garganta peruana, embellecer el paisaje peruano, sentir el cítrico norteño, la caña de nuestas costas, el racimo seleccionado con delicadesa por las manos fuertes de los viñadores,...

Es el día del pisco sour, lo de sour me pone en conflicto, pero el sabor resuelve que como se le llame el piso es un buen cholo. Atención al secreto:

Remar mar adentro



La vida es un continuo descubrimiento y eso nos pone nerviosos. El futuro no debe ser una amenaza sino una oportunidad. Por eso eres un mundo. Un mundo creado y con funciones perfectas, en el cual tienes la opción de hacer uso de tu auténtica libertad.

Para entrar cada día en ese mundo se necesita de la pericia del navegante. Debe llegar a buen puerto. No olvides el faro. Hoy se diría que confíes más en tu radar: te indica la dirección y dónde echar las redes. Pero no es una actividad individual, se necesita de ti y del equipo que te acompaña.

Las experiencias ingratas suelen hacernos negativos y pesimistas. El amor no se puede medir ni pesar, tampoco vender. El amor no está en la billetera, por eso es vacía cuando usas esa táctica. Si amas no te importa dar, pero si no amas sí te importa lo que das.

En el amor tiene que suceder algo que te haga capaz de dejarlo todo: tu barca, tu espacio en la sociedad, tu fama, tu tiempo, tus seguridades, tus grandes logros… En el amor simplemente amas. No digo dejarlo todo fingiendo que amas para darte un paseo turístico. Si no amas, simplemente no muevas las fichas, porque puedes terminar en jaque mate.

Si amas, descubres tus miserias y las superas. No las pones a flote para probar. Si amas, remas cada día más a la profundidad de tu existencia y descubres a quien en realidad te guía, a quien mueve la barca, dinamiza tu vida, da funcionamiento a tu corazón… Si amas a Dios, los pretextos no son limitantes. (Fr. Javier Abanto Silva).

Documento de Aparecida

Nuestra fidelidad al Evangelio, nos exige proclamar en todos los areópagos públicos y privados del mundo de hoy, y desde todas las instancias de la vida y misión de la Iglesia, la verdad sobre el ser humano y la dignidad de toda persona humana: Documento de Aparecida, Nº 390.

Pesca milagrosa


Cuando integramos un grupo o comunidad, nos gustaría ser elegidos, ser llamados a participar y seguir un camino. A la vez, sentimos miedo: el futuro no es tan claro y podemos sentirnos incapaces, a veces indignos. En cualquier caso, no tenemos escapatoria, siempre respondemos. Lo óptimo es hacerlo como Jesús lo pide. No podemos inventarnos misiones, pero sí responder cuando Jesús llama.

Isaías, Pedro y Pablo son tres seguidores maravillados por la presencia de Dios e interiormente resueltos a dejarlo todo, dejar su única fuente de vida, abandonar lo que les da lugar: la barca. “Aquí estoy, Señor. Envíame”, le respondió Isaías (Is. 6, 1-8). “Desde hoy serás pescador de hombres”, le dijo Jesús a Pedro. Entonces, “llevaron las barcas a tierra, y dejándolo todo, lo siguieron (Pedro, Santiago y Juan)” (Lc. 5, 1-11). “¿Qué debo hacer, Señor?”, respondió Pablo (Hech. 22, 3-16).

Jesús quiere enseñar y se asegura de las estrategias de orador para llegar a la mayoría de gente. Después de escuchar la Palabra, la gente va a testificar la “Pesca milagrosa”. Los pescadores estaban cansados, tristes por la faena sin frutos, toda la noche echaron las redes y no pescaron. Pedro, pese a su experiencia, responde con la experiencia negativa y tiene una decisión positiva, optimista, confiada: “Confiado en tu palabra, Señor, echaré las redes”.

Los pescadores pasan de espectadores a participantes directos, a hacer un plan de emergencia en equipo para poder sacar las redes llenas de peces que casi hundían a las barcas. Ante la presencia de Dios misericordioso, generoso y de expresiones abundantes Pedro se siente pecador e indigno, pero el llamado del Señor provee la fuerza de todo misionero: “No temas. Desde ahora serás pescador de hombres”. Los pescadores se dieron cuenta que teniendo al Señor de los mares, nunca carecerán de peces.
Isaías, Pedro y Pablo nos muestran que todos podemos ser escogidos, podemos sentirnos indignos, pero Dios nos aclara las capacidades que podemos desarrollar para seguirle completamente. “Finalmente se me apareció también a mí, que soy como un aborto. Porque yo perseguí a la Iglesia de Dios y por eso soy el último de los apóstoles e indigno de llamarme apóstol” (1ª Cor. 15, 1-11). Sin Dios no podemos ser elegidos: “Por gracia de Dios soy lo que soy... he trabajado... aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios”.