sábado, 29 de mayo de 2010

El amor trinitario



Un triángulo de amor

El día que experimenté el amor es un día como hoy, con todos los gestos, el mismo calor generoso del sol, el viento vital quebrando suspiros, las palabras creadoras. Es un amor más antiquísimo que los abismos, los manantiales, la montaña, la tierra, la hierba, el cielo. Este amor es un encanto cotidiano, es un gozo humano.

Necesito de ese amor derramado en mi corazón, que me dé paz, esperanza; no me defraudará incluso en la tormenta. Esa química transforma. Es capaz de hacer de mi fragilidad una firme fortaleza y de la dureza del corazón la más sensible y tierna maternidad.

Su corazón se ha trastornado por mí, sus entrañas se han conmovido, me mira con una profunda ternura, me ha tomado de los brazos para enseñarme a caminar. Soy una persona amada. Debería esperar amenazas (mi conciencia sabe por qué) pero me alza como a un niño a su mejilla, y se inclina para darme de comer.

Apenas te despides ya te extraño, me aterra la soledad. Aunque me repites a cada momento que estarás presente y volverás, sigo débil como una vasija de barro. “El Señor se apareció a Abraham en el bosque de encinas de Mambré, mientras Abraham estaba sentado a la entrada de su tienda de campaña, como a mediodía. Abraham levantó la vista y vio que tres hombres estaban de pie frente a él. Al verlos, se levantó rápidamente a recibirlos, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente y dijo: – Mi señor, por favor, le suplico que no se vaya en seguida” (Génesis 18, 1-3).

Ese día que me enamoré sigue vivo, pero como un manantial, más lo abres, más agua viva encuentras. Insatisfecho debería valorar mejor el amor que me regalas. Aunque a veces parece no poder encontrarte, tienes muchas cosas que decirme, no me dejo guiar a ese verdadero amor. Acepta mi debilidad, mis miedos y desconfianzas. Acéptame y ámame más, no lo vayas a olvidar.

PASCUA - IX C -(30-Mayo-2010) Fiesta de la Santísima Trinidad

"El Espíritu de la Verdad les guiará hasta la verdad plena"


Hoy celebramos la fiesta de la Santísima Trinidad. Una fiesta que representa a lo que Dios es, uno y trino, tres personas en un solo Dios: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Está tan presente en nuestra vida que la nombramos en todo momento litúrgico y de oración, cuando nos bautizamos, nos levantamos e ingerimos alimentos.

¿Qué nos comunican las tres personas en un solo Dios? Nos comunica la pluralidad, diversidad y también la unidad. Una comunidad de amor conformada por personas distintas, Una familia en la que existe el amor y para ello tiene que existir alguien que ame y alguien amado y que corresponda amando, y la relación misma es de amor entre ambos. Un gran ejemplo para nuestras familias y comunidades que deben unirse en el amor.

Aunque el amor trinitario es muy profundo y cuanto más se busca conocer, más grande es, nadie se pierde porque cuanto más se le conoce más se le ama. Pero si el misterio es ignorado o no tenemos la actitud de búsqueda seguramente no tendremos señales de amor, será inaccesible. El amor se debe vivir y profundizar más que empeñarse en la duda.

En la búsqueda de la verdad es un lujo tener un guía ¿Por qué no hacemos caso? ¿Por qué apagamos la luz y el fuego en nuestro corazón? Dios se deja conocer por medio de su Hijo Jesús y él nos comunica el Espíritu Santo que nos hace posible comprender y reconocer la verdad plena: el amor que Dios es y que nos tiene, que nos anima para corresponderle mediante el cumplimiento de su voluntad, es decir, amándonos unos a otros como Él mismo nos ha mostrado que nos ama.

Si Dios nos ama y no nos prohíbe el amor, sólo nos queda amarnos. Para ellos ha dotado al ser humano de sabiduría, por eso nada se puede hacer al margen de la sabiduría, dejarla de lado sería quedarse en parálisis cerebral. Todos los frutos de la inteligencia muestran la sabiduría de Dios, su creador y donador. Una sabiduría donada sin medida, una sabiduría que implica la fe, también un don de Dios.

Dios es amor y verdad, el Espíritu nos guía. El Espíritu puede transformar nuestra vida, la verdad no e un concepto propiamente especulativo, sino operativo, la verdad “se hace” y por tanto se experimenta en la existencia, en el corazón, la vivencia del amor sin medida. Sin amor, sin sabiduría, sin la experiencia de Dios, la trinidad seguirá siendo un misterio y muy lejana a nuestra vida.

sábado, 22 de mayo de 2010

Fiesta de Pentecostes-Ciclo C- 2010



"Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo".

La pascua de Jesucristo nos ha ido dando a entender que Jesucristo está presente, ya no física, sino espiritualmente. En la Fiesta de Pentecostés celebramos esa nueva presencia, la plenitud de la resurrección y es tan especial que se concentra para celebrarlo en un día, en unidad: razas, lenguas, naciones y culturas.

Pentecostés es la fiesta de la unidad y también de la misión. La fuerza del Espíritu Santo transforma al hombre desde dentro y lo hace capaz de relaciones nuevas. Que la fuerza siga transformando a la iglesia desde dentro para comunicar la comunión del Espíritu Santo, el amor del Padre y la gracia de nuestro Señor Jesucristo.

Es una fiesta de trascendencia social. Recordemos el acontecimiento de la Torre de Babel en la que se confunden las lenguas, el lenguaje no puede ser decodificado y las estructuras sociales caen. En Pentecostés cada quién escuchaba y entendía en su propio lenguaje, más posibilidades de responder y construir una nueva sociedad. Con el poder transformador del Espíritu Santo se desarrollan las relaciones humanas y con Dios, por tanto, se mejora el desarrollo social y el bien común.

Celebrar la fiesta de Pentecostés significa también un cambio en la vida, en la fe. Más que una fiesta de las lenguas es una fiesta de los corazones, cada quien habla de la abundancia de su corazón. La diversidad de dones nos complementa, pero no divide. Un corazón de la iglesia abierto e inclusivo, armónico y entusiasmado en un mismo proyecto, en una sola misión. ¿Creemos que es posible la unidad, entonces creemos en el Espíritu Santo?

Pentecostés es la fiesta del nacimiento de la Iglesia, compuesta por todas las personas bautizadas, animado por el Espíritu Santo, del que provienen, como dice san Pablo (1 Corintios 12, 3b-7. 12-13), los dones o carismas para realizar los servicios o ministerios que el Señor asigna según la vocación de cada cual. Se destacan estos siete dones del Espíritu Santo:

1. Sabiduría para conocer la voluntad de Dios y tomar las decisiones correctas.
2. Entendimiento para saber interpretar y comprender el sentido de la Palabra de Dios
3. Ciencia para saber descubrir a Dios en su creación y desarrollarla.
4. Consejo para orientar a otros cuando lo solicitan o necesitan ayuda.
5. Fortaleza para luchar sin desanimarnos a pesar de los problemas y las dificultades.
6. Piedad para reconocernos como hijos de Dios y como hermanos entre nosotros.
7. Respeto a Dios (llamado también temor de Dios, pero con un sentido diferente del miedo), para evitar las ocasiones de pecado y cumplir a cabalidad sus mandamientos.

Necesitamos pues, cada quien en su diversidad apuntar a la unidad. Dar tiempo a la escucha de la Palabra de Dios, a la oración personal y comunitaria. El Espíritu nos da fuerza para buscar la luz, salir de los refugios y afrontar con convicción la misión de la iglesia.

domingo, 16 de mayo de 2010

Jornada mundial de las Comunicaciones Sociales

Que estén siempre en el mundo digital…



La 44 Jornada por las Comunicaciones sociales, o mejor dicho por los comunicadores sociales, motivada por una carta del Papa Benedicto XVI dirigida de manera especial a todos los sacerdotes en el año dedicado al santo Cura de Ars, nos trae una gran invitación real a ser hombres de Dios en el mundo digital.

El mundo digital da muchas posibilidades, es un lugar teológico, Dios también se manifiesta en dicha actividad. La inmediatez y el mensaje comprimido demanda un trabajo a tiempo y destiempo, estar vigilantes para que las lámparas no pierdan el aceite ni ser sorprendidos por los salteadores. Incluso, hay que saber construir, porque los movimientos telúricos pondrán en evidencia la arena movediza de nuestras editoriales y políticas internas.

Pero, más que una invitación al uso de los medios digitales, tal vez sea una celebración, porque hoy dicha necesidad cae por su propio peso, la gravedad de no usarlo puede ser equivalente a querer ser profesional sin estudiar, tener biblioteca y no leer, ser comunicadores y no comunicarnos (autocrítica),… No hay argumento fuerte que impida su buen uso, salvo el de las malas costumbres.

En el marco tecnológico, así como no hay desarrollo sin comunicación, no hay “hombres de Dios” sin Dios, no hay comunidad sin el respeto al “otro(a)”. Por ejemplo, muchos de los ciudadanos de las redes sociales tienen miles de contactos y son una isla en su familia, enlazan eventos y no tienen vida social, adjuntan imágenes y videos y no se respetan, envían mensajes y no crean textos, en fin,.. muchos corazones, poco amor.

Planteo algunas preguntas: ¿Cómo superar el egocentrismo, la “ceguera social” de muchos web master y de muchos usuarios de las redes sociales? ¿Qué estrategias debemos diseñar para que la Palabra tenga cabida y leída en su profundidad? (aunque de eso se encarga también Dios) ¿Cómo hacer que los sacerdotes participen en el mundo digital?

Un mundo lleno de posibilidades, de preguntas, de desafíos y de estrategias para ser “hombres de Dios”

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Les invitamos a ver el video de la reflexion dominical: Mirar al cielo

(16-Mayo-2010)-PASCUA VII C Fiesta de la Ascensión del Señor

"Volvieron a Jerusalén muy contentos. Y estaban siempre en el templo, alabando a Dios"

Todos pasamos por diferentes etapas, nos duele mucho que lo planificado no salga como nos gustaría y nos gusta más cuando florece lo que aparentemente no germinaría. Nos resuelve conflictos y dudas experimentar las señales que nos llevan a convencernos de que un proyecto, una forma de vida, una manera de servir, una misión tiene éxito.
Los discípulos tristes, casi decepcionados, experimentan el fin de una historia en la que Jesús cumple la voluntad del Padre y se entrega por amor, muere y resucita. No es el fin, sino el inicio de una nueva etapa, otra manera de estar presente en la primera comunidad, la iglesia, una experiencia llena del Espíritu Santo que tiene como peculiar hacernos partícipes, testificar una gran verdad: Jesús asciende a los cielos, se pierde entre la nube como símbolo de la presencia de Dios o que es introducido en el ámbito de lo divino.

En la ascensión podemos alegrarnos y esperar seguros de que Jesús, Dios hecho hombre, ha resucitado y está a la derecha de Dios. Si es así, los hombres podemos anhelar a tener la misma experiencia con la intervención de Dios. Los miedos no tienen lugar, después de cuarenta días, los discípulos van asumiendo la misión que les corresponde, van comprendiendo que la ruptura es necesaria para salir a afrontar los desafíos, pensar las estrategias de evangelización. Si la iglesia sale de su encierro, se dinamiza la tarea misionera y Jesús se hace más presente en la vida cotidiana.

En este día de ascensión, el llamado y la misión sigue latente a ser hombres de Dios, a ser testigos de la verdad, a usar lo que nos ofrece la técnica y la ciencia para hacer cada vez más presente la Palabra.

La ascensión da la seguridad de la misión de quien es signo de la vida de Dios, de los testimonios vivos en nuestra comunidad, de abandonar al dios muerto y comunicar vida. Así, Dios va estableciendo una presencia renovada en la comunidad y en la vida de cada creyente. Dios sigue actuando con tus manos, hablando con tu boca, por favor, dale la importancia que merece.

domingo, 9 de mayo de 2010

Homenaje a mamà

Habitar en el amor


Mamá, hoy te saludo de manera diferente, superaré lo trivial y cursi, me enseñaste que lo trascendental está en la belleza de la naturaleza, en la creatividad, en lo sencillo y en la naturaleza. Esto es la paz, el amor, la fe,… vivida en tu cotidianeidad.

Cada ilusión, proyecto y oportunidad te la debo a ti que optaste por mí, tu gran proyecto. La ilusión con la que me esperabas me dio la gran oportunidad de homenajearte con la arteria en estas letras que para ti sí serán bonitas.

Me dejaste elegir lo que quería, el hacer y el ser se fueron moldeando con tu espíritu y también el de papá. El cordón umbilical sigue unido en el amor y me ha hecho tomar la rienda con la fuerza de la fe y la resolución del sudor de la frente.

También me quiebra tu soledad, aunque estás rodeada de todos los que te amamos y a lado de tu “viejo”. El silencio que tus hijos dejamos es porque te robamos la música de nuestros gritos, los sacamos del comedor, el patio, la sala y la chacra; incluso de algunas reuniones. Pero sonríe, tienes a las “reinas” que hoy agudizan la música, la pedagogía cambia con las nietas.

No te pido quemar etapas, sino vivirlas, dales su sentido. Calidad donada con alma corazón y vida, los problemas tienen solución, si no los tienen entonces para qué preocuparnos. Tus hijos sabemos distinguir lo bueno y lo malo, lo que nos conviene. Que tu fe y optimismo te roben lágrimas de emoción, no de dolor.


Tu sacrificio, penas, esperanzas, alegrías, … forman la imagen de la dama fuerte, preocupada, con profundos sentimientos y sabiduría. El amor, la fe, la paz son valores que la vida te premia, que dios te bendice y que estamos atentos para heredarlos. Te amamos mamá.

Voz en Cuello:
 
MD 18: "La maternidad de la mujer, en el período comprendido entre la concepción y el nacimiento del niño, es un proceso biofisiológico y psíquico que hoy día se conoce mejor que en tiempos pasados y que es objeto de profundos estudios. El análisis científico confirma plenamente que la misma constitución física de la mujer y su organismo tienen una disposición natural para la maternidad, es decir, para la concepción, gestación y parto del niño, como fruto de la unión matrimonial con el hombre. Al mismo tiempo, todo esto corresponde también a la estructura psíquico-física de la mujer. Todo lo que las diversas ramas de la ciencia dicen sobre esta materia es importante y útil, a condición de que no se limiten a una interpretación exclusivamente biofisiológica de la mujer y de la maternidad. Una imagen así «empequeñecida» estaría a la misma altura de la concepción materialista del hombre y del mundo. En tal caso se habría perdido lo que verdaderamente es esencial: la maternidad, como hecho y fenómeno humano, tiene su explicación plena en base a la verdad sobre la persona. La maternidad está unida a la estructura personal del ser mujer y a la dimensión personal del don: «He adquirido un varón con el favor de Yahveh» (Gén 4, 1). El Creador concede a los padres el don de un hijo. Por parte de la mujer, este hecho está unido de modo especial a «un don sincero de sí». Las palabras de María en la Anunciación «hágase en mí según tu palabra» (Lc 1, 38) significan la disponibilidad de la mujer al don de sí, y a la aceptación de la nueva vida."
(CARTA APOSTÓLICA MULIERIS DIGNITATEM DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II SOBRE LA DIGNIDAD Y LA VOCACIÓN DE LA MUJERCON OCASIÓN DEL AÑO MARIANO )

Sexto Domingo de Pascua (9-5-2010)

"Paz a Ustedes"

Desde la resurrección seguimos ahondando en la experiencia de encuentro con Jesús resucitado, cada día deberíamos estar más convencidos de que las promesas de Dios se cumplen sin límites. Esta experiencia la viviremos con más fuerza en la fiesta de Pentecostés.

En la vivencia de las primeras comunidades cristianas se va asumiendo la misión en sintonía con el resucitado. Sin embargo, como todo cambio trae cuestionamientos, difícil desarraigo de las costumbres, prejuicios, los discípulos junto a las primeras comunidades necesitan tener un diálogo, así se realiza el Primer Concilio de la Iglesia en Jerusalén.

Gracias al Concilio de Jerusalén la pertenencia a Jesucristo no es por la circuncisión, sino por el bautismo. En el fondo significa que es más importante la Palabra del Señor Jesús que la ley. Ante Dios todos somos iguales, sea de la cultura que sea. La salvación no le pertenece a ninguna cultura, depende de la gracia de Dios.

Con Jesús, la buena nueva no está lejos de las personas que no creen o los llamados “del mundo”, los extremismos matan; pero el texto de San Juan sí muestra a un mundo que no ama, coincidencia o no con el nuestro, evitemos este cáncer de la humanidad. Además, el amor es tan puro que aunque un no creyente no diría que ama a Jesús pero actúa con amor está en el camino de Dios. Así, podemos decir que Dios va haciendo morada en sus corazones, aunque reacios a reconocerlo como su creador y salvador.

La buena noticia a nuestras familias está dotada de amor y paz. La fe no es una virtud que se adquiere por mayoría o por imposición, es un regalo de Dios. Si el amor y la paz anidan en tu corazón un lugar para Dios habrá paz interior, familiar, social y global.
Amar es buscar una comunicación auténtica, con gestos, palabras, detalles. En este día et sugiero que des gracias a Dios junto a tu familia y que se den el abrazo de la paz expresándose el amor, así, Dios seguirá construyendo su morada y habitará en tu familia, en tu corazón.

sábado, 1 de mayo de 2010

Lo nuevo y el amor


Nuevo y extremo


Caminaba tratando de ver cada detalle en el supermercado. En cada área se exponen novedades y ofertas. Todo es nuevo y limpio. Una camisa de temporada, linda pero muy costosa. Un pantalón de marca, nuevo con tonada de viejo, demasiado costoso. Todo nuevo, en serie, y amontonado.

Mi espíritu consumista me dice interiormente: “compra” “compra”. Las expresiones de las personas van desarrollando el hábito de mirar y anhelar, de comentar ofertas, algunas sacrifican su presupuesto para “verse bien”. ¿Verse bien con el estómago vacío?

Verse bien, atractivo(a), solvente, presentable, ante quien dice ser el amor, ante los demás. De pronto sea una forma de sacrificarse por agradar a los demás, incluso el amor extremo puede llevar a realizar algo “ridículo”. Aunque no sepas cuándo en verdad te aman o amas, agota las esperanzas y las expresiones.

En el mismo supermercado caminamos ansiosos de las novedades. También piensas en la cantidad que ganas, en los límites de tu presupuesto mensual, en que no eres reconocido(a) en tu trabajo, en fin, más que el dinero es cómo actúas con los demás, si las relaciones te edifican y te hacen ser mejor persona cada día.

Si quisieras distinguirte por lo que vistes, sería difícil en el supermercado, todos llevan la misma ropa que tú, en la calle comentarás que tienes una camisa igual o no querrás cruzarte con alguien que tiene una prenda con el mismo color del montón. La característica no es lo que te cubre, sino lo que haces. San Martín de Porres no vivía a la moda, pero sí movía corazones a la caridad.

Cada día es una novedad, lo que haces lo hace nuevo, eres una buena nueva, un gran mensaje, una nueva forma de vivir la vida, la expresión humana que debería ponerse de moda, lo nuevo y extremo que podría solucionar el hambre y la pobreza, el mal y el individualismo: Amor hasta el extremo, siempre nuevo.



Voz en cuello:
“Bien común, dignidad humana, desarrollo sostenible, son los principios que tendrían que inspirar una visión económica inspirada por la ética”. (Lo ha revelado Benedicto XVI en el discurso a la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales).


V Domingo de Pascua. Ciclo C (Juan 13, 31-33a. 34-35)



“La señal por la que conocerán todos que ustedes son discípulos míos, será que se amen los unos a los otros.”
Imaginen que estamos en una cena de despedida, un ser querido va dar su discurso, incluso podemos decir que pondrá en evidencia su testamento, sus mejores palabras, su recomendación más profunda e importante. Jesús está con sus discípulos en la última cena, y les da un “mandamiento nuevo: que se amen unos a otros; como yo los he amado, ámense también entre ustedes. La señal por la que conocerán todos que ustedes son discípulos míos, será que se amen los unos a los otros.” (Juan 13, 31-33a. 34-35).

Parece matar al romanticismo presentando al amor como un mandamiento. El amor nace, se manifiesta libre y voluntariamente, nadie me puede imponer amar a otro(a). Sin embargo, Jesús no está diciendo: “ámate”, va más allá: “ámense”. El mandamiento indica que aceptemos las expresiones de amor, que mostremos a los demás el amor. Supera al amor egoísta y edifica a la persona con el amor al prójimo(a). Es decir, si nadie te muestra amor, muéstralo tú setenta veces siete, no odies porque no te gustaría que te odien.

También parece matar al relativismo, “ni chicha ni limonada”, un amor que pierde calor en la indecisión o en el “qué pasará mañana”. Jesús nos deja con cariño su autógrafo: un “mandamiento nuevo.” Un nuevo sentido del amor: hasta el extremo (Jn 13, 1), hasta la última gota de sangre derramada en la cruz. Esta actitud de amor tiene medidas intensas ante el mal, la indiferencia. Por eso, la última cena quedará grabada en el recuerdo de sus discípulos y querrán vivir el mandamiento nuevo como Jesús lo vivió.

Si en este testamento quisieron recibir las armas para luchar contra el mal del mundo, pues lo recibieron: el amor hasta dar la vida. Si hay algo que distinga a muchos seguidores de Jesús es el amor extremo: entregar su vida al servicio sin medida, la Madre Teresa decía: “dar hasta que duela”.

Es una recreación de la espiritualidad cristiana que nos invita a preguntarnos: ¿Qué nos distingue? ¿Nos distinguen el amor a los demás o de pronto perdemos momentos valiosos en los chismes, en “sacar los trapitos mojados de los hermanos”, en descalificar,…?