lunes, 24 de diciembre de 2012

La Visitación de la Virgen Maria a su prima Santa Isabel


Domingo IV de Adviento – Ciclo C (Lucas 1, 39-45) 23 de diciembre de 2012

“¡Dichosa tú por haber creído!”

¿Qué gestos o maneras de expresión deberíamos tener para celebrar la navidad? Es una pregunta que nos encara con nuestra forma de vivir, con la realidad de nuestra existencia, con el actuar cotidiano que va superando dificultades, adquiriendo la gracia, sensibilizándose al servicio de Dios, y también postergando.
Esta pregunta la he planteado en el templo, en la radio y a mí mismo. El feliz consumismo nos puede llevar a una infeliz navidad, no porque la torta sea grande se celebra un buen cumpleaños. El estrés agudo de estos días acelera el estado emocional, el estómago y obviamente el bolcillo. ¿Por qué no acelera nuestra cercanía a Dios?
Pero, insisto con la cuestión: ¿en mi vida, en mi familia qué gestos manifiestan la celebración de Navidad? Según el profeta Miqueas nos ofrece un dato dónde buscar la fuente de la salvación, en Belén, una pequeña aldea. Además será un Rey que garantizará la paz. Esta es una buena noticia en un contexto en el que los reyes esclavizan, adoran a un dios del miedo, y parece que sólo hacen noticia las grandes personalidades y potencias de su tiempo. Entonces, podemos entresacar que el gesto de la paz, y de la sencillez nos pueden evidenciar la celebración de Navidad.
Se trata de un Rey que se pone al servicio total de los demás. En donde se hacen sacrificios de animales, ritos exteriores, Jesucristo es capaz de ofrecerse él mismo, obediente, libre y consiente (Heb 10, 5-10). ¿Tú darías la vida por alguien que es tan libre hasta de negarte o burlarse de ti, por los pobres, los marginados,…? Si fueras político estaría pensando más en el aguinaldo (sin merecerlo) que en el servicio. En consecuencia, el servicio está ligado al amor que es capaz de sacrificarse y donarse por quienes no parecen merecerlo.
Estas actitudes, gestos son signos de la navidad, propios de la disponibilidad, sencillez de nuestra Madre, la Virgen María. Hoy se lee el texto de la visitación, María está en pura acción a favor de su prima Isabel, va a visitarla. Isabel experimenta el milagro de Dios porque es madre de Juan el Bautista y recibe la visita del su prima María que lleva al Mesías en su vientre, Isabel recibe al arca de la Alianza Nueva. Qué hermosa es la vida cuando las visitas son para alegrarse por la vida, para el bien hablar (bendecir) no para el mal hablar (maldecir). Que las visitas se hagan más gratas por que traen a Dios, no porque traen los chismes que desunen (Cfr. Lc 1).
En conclusión, estamos llamados a los gestos de navidad, anunciar la paz, el servicio a Dios, un servicio que te hace capaz de entregar la vida, un amor lleno de buen decir, de anuncio de la Buena Nueva, de la disponibilidad y la sencillez de la Virgen María.

sábado, 15 de diciembre de 2012

El Papa Benedicto XVI envió su primer tuit en su cuenta @pontifex

En el Twitter la Buena Nueva


Domingo III de Adviento – Ciclo C (Lucas 3, 10-18) 16 de diciembre de 2012


“Juan anunciaba las buenas noticias a la gente”



La buena noticia en esta semana la trajo Benedicto XVI al enviar su primer tuit del Papa en su cuenta @pontifex: "Queridos amigos, me uno a vosotros con alegría por medio de Twitter. Gracias por vuestra generosa respuesta. Os bendigo a todos de corazón". Este corto mensaje se emitió el 12 de diciembre (12/12/12) unos minutos antes de las 12,00 durante la Audiencia General de los miércoles. La predicación en el “nuevo continente” en el virtual, es un pedido del Papa desde hace mucho tal como lo expresa en sus diferentes mensajes a los comunicadores.

Como predicaba San Juan Bautista, su Santidad lo hace con lenguaje sencillo y concreto: "Dialoga con Jesús en la oración, escucha a Jesús que te habla en el Evangelio, encuentra a Jesús, presente en el necesitado" se refiere a cómo vivir el año de la Fe. También al ser preguntado sobre cómo vivir la fe en un mundo sin esperanza, Benedicto XVI responde: "Con la certeza de que, quien cree, nunca está solo. Dios es la roca segura sobre la que construir la vida y su amor siempre fiel". Y para los que tienen muchas obligaciones profesionales, familiares y sociales les dice: "Ofrece al señor todo lo que haces, pide su ayuda en todas las circunstancias de la vida diaria y recuerda que Él está siempre a tu lado". Estos mensajes por medio de twitter son sencillos y profundos a la vez, llenos de alegría y de esperanza que llegará a miles de seguidores, a millones de “twitteros”.

Para todo predicador de la Palabra de Dios, la preparación es importante, debe tener un mensaje claro, novedoso, encarnado en nuestra realidad, expresado en un lenguaje conocido, que avive la fe. La convicción y el entusiasmo hacen más vivo el mensaje. El evangelio de hoy no cuenta cómo predicaba San Juan Bautista: “El que tenga dos trajes, dele uno al que no tiene ninguno; y el que tenga comida, compártala con el que no la tiene”. Y cuando le preguntaron unos publicanos sobre lo que debían hacer, les dijo: “No cobren más de lo que deben cobrar”. Más adelante se habla de unos soldados que también se acercaron para saber qué debían hacer ellos, y Juan les dice: “No le quiten nada a nadie, ni con amenazas ni acusándolo de algo que no haya hecho, y conformándose con su sueldo”. Todo esto, lo decía Juan, teniendo claro que no se anunciaba a sí mismo, sino que su tarea era preparar el encuentro de cada uno de sus oyentes con el Señor que venía a su encuentro de modo personal.

Hoy es la fiesta de la alegría, del anunciar las Buenas Nuevas. Sería bueno que el profeta nos anuncie la paz a las religiones (judíos, musulmanes y cristianos). El mismo Dios, Señor de la alegría, la fraternidad y la esperanza nos renueve con su amor. ¿Cómo decir que una religión es verdadera si no propone la paz. ¡Jerusalén, no tengas miedo a la paz! Además de la alegría, ya sabemos que la alegría es un signo de la paz verdadera, de un estado de serenidad, de sosiego, de confianza.
Es decir, en este Adviento, la alegría que nos trae la preparación, como Juan el Bautista, para recibir al Hijo de Dios, al Mesías, al que realmente es “Dios con nosotros” (Emmanuel) nos invita a platearnos si somos una buena noticia para Dios y para nuestros hermanos.

viernes, 14 de diciembre de 2012



Domingo II de Adviento – Ciclo C (Lucas 3, 1-6) 9 de diciembre de 2012

Los hilos de la historia

“Todo el mundo verá la salvación que Dios envía”


Hace días recibí unas llamadas que me refregaron el adviento de la vida. Por ello se llenó mi mente de recuerdos infantiles. Una de las fotografías imborrables de mi retina es ver el proceso del tejido de una frazada, de aquellas que cobijaron y hoy son casi una reliquia en la cama de la familia. Una preparación minuciosa.
La paila “zapateaba” por la fuerza del fuego afanado por hacerle brotar cada elemento del nogal y otras plantas para sellar el color de la anilina en la lana de ovejas que ha pasado por el lavado, la “rueca””y el “uso”. Para cada color el mismo proceso, la tierra, la paila, los limones exprimidos, la leña, las manos rudas de mamá parecían un colibrí, los multicolores claros y pálidos exponían un mural subjetivo moderno. Los hilos salían humeando, pesados, para ser secados por el sol, amenazados por la lluvia que oscurece el brillo del cielo serrano y requiere de una vigilancia diligente para no echar a perder el trabajo y las ilusiones de mamá.
De las maderas colgaban las madejas, desordenadas en el alar de la casa, parecía un sin sentido que se ovillaban en medio de conversaciones. El tremendo desorden tenía un orden en la mente, en la ilusión de mamá. Ella sabía cómo hacerlo, a quién expresarle el tremendo aprecio, quien lo podría necesitar en la adversidad, su sacrificio estaba plagado de bondad, trataba de prevenir el frío, de dejar sus huellas de cariño. Es decir, el desorden estaba calculado en la pericia, una preparación desde el peso de los tintes, la cantidad de agua, el fuego lento, los hilos y las hierbas naturales.
En el corral de la casa, las estacas grandes plantadas a una distancia calculada eran cubiertas por hilos multicolores, templados cuidadosamente para no mezclarse, poco a poco se aseguraba y se tejía con la mano y la caigua, con una paciencia y maestría de hormiga, prensando con la cintura por un lado y por el otro atado a un pilar de la casa. Las figuras aparecían paulatinamente, rústicas, geométricas, con una combinación que llevaba a la contrastación, a la contemplación. Lo que era un montón de hilos en una paila, los colores pálidos y claros, la mirada vigilante a la lluvia, el temor y la ilusión, tomaba forma, tenía sentido, calzaban y armaban como un rompe cabezas.
Esta es una pequeña estampa infantil, mía, ¿Cuál es la tuya? ¿Qué estampas recuerdas? Puedes unirlas en el muro de tu facebook íntimo. Cada fotografía es parte de tu historia privada, familiar. Así Dios va hilando la historia de la salvación, el hombre va decodificando el proyecto de Dios. En una historia desordenada Dios va tejiendo grandes obras maestras para cobijarnos. No lo entendemos, pero confiamos como en mamá, sabemos que lo da todo por sus hijos, su amor, su vida, todo, hasta la cruz. Entonces, el adviento de mi vida me puede hacer revisar la historia que Dios va tejiendo para darle sentido a mi existencia. Acá sí se necesita la intuición viva y unida a Dios de un profeta.


Lectura del santo Evangelio según San Lucas 3, 1-6

En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la Palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.

Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del Profeta Isaías:

«Una voz grita en el desierto: preparad el camino del Señor, allanad sus senderos;

elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, o escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios.»

sábado, 8 de diciembre de 2012


Inmaculada Concepción de la Virgen María

Celebramos esta solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María en un contexto de adviento, ella como la primera discípula nos enseña a cómo esperar.

La iconografía de la virgen muestra a una Mujer pisando la cabeza de la serpiente, nos lleva a la escena del Génesis de nuestra historia, a la primera mujer: Eva, naturalmente también al varón: Adán. Es decir, podemos establecer un contraste entre la mujer de la creación y la de la Anunciación; ambas se resuelven desde el proyecto de Dios. Ojo a las feministas y también a los machistas, extremismos que no resuelven algo.

En el génesis (3, 9-20), el egoísmo del pecado se expresa con soberbia. No podemos negar que nos encanta lo prohibido, nos fascina la libertad desmesurada, nos envuelve la curiosidad. Adán y Eva quieren ser divinos, absolutizarse, prescindiendo de Dios. Para ello les habla una “inteligencia superior” pero que no es divina, la serpiente. Esta desvalorización ha hecho daño a la humanidad, el hombre no valora a su prójimo (lo veo como el peor) y no se hace cargo de las consecuencias de sus actos.

En la anunciación, la respuesta a la gracia cura el pecado. Es la otra cara del génesis. Unas palabras muy significativas sobre la mujer, quieren reivindicar a la grandeza de lo débil de la mujer. Si los ha creado a imagen y semejanza tiene que ser distinto. Ahora la mujer se abre a la gracia, a Dios.

María es desconocida (de la nada), una muchacha de Nazareth, es el comienzo (génesis) de la salvación (nueva creación). El génesis de la historia de la humanidad se mancha de orgullo y miedo, de acusaciones (no asumen culpa) y despropósitos (no son los propósitos de Dios). Aquí, en los comienzos del misterio de la "encarnación", lo maternal es la respuesta a la gracia y abre el camino a la humanización de Dios. María presta su seno materno a Dios para engendrar una nueva humanidad desde la gracia y el amor. ¿Cómo? Entregando su ser humano a la voluntad de Dios.

Aunque la presencia del mal esté relatada de manera mítica, no somos ingenuos para creer que es “puro cuento” eso nos lo pueden hacer, sin misericordia ni culpabilidades. Aparece el ángel trayendo buenas noticias de Dios, no la serpiente contra Dios. Sucede no en un escenario religioso, es histórico, María es una mujer marginal, Jesús es un judío marginal. Que una mujer marginal sea elegida por Dios, parece que Dios ironiza nuestra política de inclusión. Además que tenga títulos cristológicos: grande, Hijo del Altísimo, recibirá el trono de David su padre. Todo eso es demasiado para una muchacha de Nazaret. Y todo ocurre de distinta manera a como ella lo había pensado; ya estaba prometida a un hombre. Ella pensaba tener un hijo, ¡claro!, pero que fuera grande, Hijo del Altísimo y rey (Mesías en este caso), iba más allá de sus expectativas. Pero sucede que cuando Dios interviene, por medio del Espíritu, lo normal puede ser extraordinario, lo marginal se hace necesario. Esa es la diferencia entre fiarse de Dios como hace esta joven de Nazaret o fiarse de "una serpiente" como hizo la mítica Eva.

Con María comienza la nueva creación a la que esta llamada el hombre por medio de Cristo. En primer lugar María, a la que también llega un mensaje “del cielo” mediante el Arcángel Gabriel, textualmente mensajero de Dios, no se esconde, no huye. María, con la valentía que sólo tienen los verdaderamente humildes, escucha el mensaje de Dios. En segundo lugar no repara en su desnudez, en el hecho de que todos los hombres tenemos nuestra vida y nuestros pensamientos descubiertos delante de Dios. María no repara en que Dios la conoce y la sondea como dice el salmo porque no vive esa experiencia como algo externo, sino como su mayor anhelo. Y por último María no intenta huir de su responsabilidad. Pregunta cómo será ese milagro, pero no intenta en ningún momento “culpar” a nadie. En definitiva ella libremente será la que acoja su historia. Esta diferencia entre los dos textos ya nos marca el momento de nueva creación que conmemoramos en la fiesta de la Inmaculada.

“María de Nazaret, pues, la "llena de gracia", está frente al misterio de Dios, cubierta por su Espíritu, para que su maternidad sea valorada como lo más hermoso del mundo. Sin que tengamos que exagerar, es la mujer quien más siente la presencia religiosa desde ese misterio maternal. Y es María de Nazaret, de nuestra carne y de nuestra raza, quien nos es presentada como la mujer que se abre de verdad al misterio del Dios salvador. Ni los sacerdotes, ni los escribas de Jerusalén, podían entenderlo. La "llena de gracia" ( kejaritôménê ), con su respuesta de fe, es la experiencia primigenia de la liberación del pecado y de toda culpa. Dios se ha hecho presente, se ha revelado, a diferencia del Sinaí, en la entraña misma de una muchacha de carne y hueso. No fue violada, ni maltratada, ni forzada... como otras como ella lo eran por los poderosos soldados de imperio romano que controlaban Galilea. Fue el amor divino el que la cautivo para la humanidad. Por eso, en un himno de San Efrén (s. IV) se la compara con el monte Sinaí, pero el fuego devorador de allí y la llama que los serafines no pueden mirar, no la han quemado. Esta "teofanía" divina es otra cosa, es una manifestación de la gracia materna de Dios.”

Detengámonos un momento en la segunda lectura que es quizás la más importante de las de hoy. En ella se nos dice que estamos destinados a ser “santos e irreprochables” por Cristo ante Dios. Es nuestro destino de criaturas nuevas. Los nacidos de la nueva Eva. Pero posteriormente, en la misma carta, podemos leer que este destino es también compartido por la Iglesia: “Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificarla mediante el bautismo y la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada” (Ef 5, 25-27). Es decir, María Inmaculada se convierte así en el modelo del creyente y de la Iglesia, ambos llamados a vivir esta ausencia de pecado y ser irreprochables ante Dios por el Amor. El proyecto de Dios para con el hombre tras la Encarnación de Cristo está claro tal y como dice R. Cantalamesa: “Una humanidad de santos e inmaculados: he aquí el gran proyecto de Dios al crear la Iglesia. Una humanidad que pueda, por fin, comparecer ante Él, que ya no tenga que huir de su presencia, con el rostro lleno de vergüenza como Adán y Eva tras el pecado. Una humanidad, sobre todo, que Él pueda amar y estrechar en comunión consigo, mediante Su Hijo, en el Espíritu Santo”.

María Inmaculada es el faro donde el creyente ve su vocación a la caridad perfecta; donde la Iglesia se tiene que ver como proyecto de santidad perfecto. La liturgia nos habla de María como modelo de santidad. Pero no podemos dejar de verla también como ayuda en este devenir, como intercesora privilegiada, en definitiva como Virgen Inmaculada pero también como Madre de todos los nuevos creyentes, madre del la humanidad renovada que vive en la Iglesia.

Fuente:
Servicio de Homilías del Portal de la Orden de Predicadores
La víspera se celebra

Quiero reírme algo arrancándole un poquito de su misterio a la vida. Reírme de mis sueños frustrados, de mis éxitos, de mis estudios, de mis actos, de mi vida misma, quiero ser esta caricatura que intenta parecerse a mí, bajo mis manos tiene es intención.

Un año más de vida, con todo el clima y su gripe, con el sol y la energía. Entre la tristeza y la alegría, debería ser la vida con el paquete sin lazo. Hoy, es el día, sólo atinaron los que saben el lenguaje del afecto, los que comparten mi tristeza de la lejanía, las lágrimas de preguntas ¿por qué no estás acá?

En mi tierra la fiesta está sonando, pocos saben que en mi casa la víspera es la verdadera fiesta, el día es sólo un complemento. Esta tarde en la montaña de mi desorden pude encontrar un poema antiguo, de aquellos en que explotan los sentimientos y la letra aviva su cantar, de esos que no quiero leer mañana porque me dejan confundido, feliz, abrazado en el no sé qué de la gratitud.

Hay poca bulla en mi habitación, mucho sonido en mis pensamientos; cansancio y poco sueño, esperando una llamada, un mensaje, o, de pronto ser olvidado para descubrir la grandeza de Dios.

Hoy, es un homenaje a mi madre, a mi padre, a la virgen María. Es un homenaje porque ante cualquier feminismo la virgen nos muestra su disponibilidad de madre, su generosidad de servidora de Dios, un ángel trae la redención no la soberbia. Hoy pido a la inmaculada, que siga indicándome de dónde vengo, a dónde voy.

Gracias por este año, cómo será el que viene, mi fe me dice que será mejor, el servicio no tiene vacaciones, el tiempo no perdona las arrugas, la vida no perdona ser infeliz, los sueños dan paso a la verdad, la vida da paso a la vida, el amor al amor, la fe a Dios, y Dios a sentir un cumpleaños feliz.

Nacimos y qué!

Nacimos

Hoy tengo doble motivo para agradecer: a la Madre, mi madre, al Padre, mi padre
Mis hermanos, mis hermanos, ustedes, la vida y todos sus encantos,
Las personas muy agraciadas que germinan como un roble,
Mi gente, tu gente, ellos pecadores y santos.

A Ella que piropeada por el mismo Dios, con un saludo de Gabriel
Defendida por el mismo Espíritu Santo, consolada,
en un día tan oportuno, puerta de la resurrección y la vida,
A Ella, gracias, y de mi vida peregrina timonel.

Agradecido de la primavera, del abrigo, del pan y del trabajo;
de la ilusión, de los pasos pacientes y signos providentes,
de las sorpresas, también de las decepciones,
del sueño, del recuerdo y cada sentimiento.

Vivir el hoy en un estado de emergencia,
Pero vivir no para pedir clemencia.

Confianza, esperanza sobre roca.

Maratón del tirano tiempo.
Cómo te extraño viento,
Helado, sonidos para el eterno;
Mi cuerpo esta sediento,
Abrigado en bello recuerdo.

Cuánto cuesta anular el espacio,
Anularlo sin el tiempo,
Signo,
Recuerdo,
Pensamiento,
Sacramento.

Sí, a lo lejos,
Entre lo humano y lo eterno,
Evocador acontecimiento.

Nacimos,
Mi madre y mi padre,
Mis hermanos.

(8/12/2011)

Alejandro Huaypar Farfán


Una vida en Adviento
Fray Alejandro Huaypar Frafán.

Creo que Dios tiene el privilegio de escoger a sus amigos, de llamarlos cuando los necesita, de tomarles de los brazos y hacerlos caminar a su casa. Alejandro fue llamado por Dios de una forma maternal, tal como su madre con mucha fe deseó en su corazón que su hijo sirviera a Dios; el hermano respondió y lo logró: Dominico hasta la vida eterna.

El 3 de diciembre, de manera callada como su personalidad, Dios nos hizo evidente el gran testimonio de una vida en adviento. Es cómico recordar nuestras conversaciones pausadas, por ejemplo: la forma cómo se subió el ángel de la Torre de Santo Domingo después de un terremoto; Helicóptero, grúa, ingenieros,… no superaron a la habilidad del hermano Alejandro, él valiéndose de un tecle, armando maderas, con sogas y fuerza de hombres pacientes hicieron posible que Lima siga vigilada y cuidada por el ángel que hoy no tiene espada, ni escudo pero que da vueltas por la fuerza del aire o el aterrizaje de un gallinazo.

Muchas veces llegué con una mochila y hambre a las puertas del convento, Fray Alejandro valiéndose de la firmeza de su bastón se aseguraba de llenarme el estómago y luego entregarme las llaves, alguna vez me dio la llave antigua, me quedé en la puerta hasta las 2 de la madrugada gracias al gentil auspicio de los ladrones que ese día robaron el automático. Le sucedía lo mismo a muchos huéspedes nacionales e internacionales, sólo que no recibieron la llave antigua, sino que encontraron dónde dormir, comer, ducharse, descansar, orar, pensar. Mi mochila pesada encontraba descanso.

En el primer año de estudios, me tocaba comprar el pan, despertarse a las 5:00 hrs. Hasta ahora sería mi castigo. El con mano firme retumbaba la puerta y nos despertaba. Era como que las cosas se hacían solas, llegábamos y ya todo estaba preparado para hacer sentir bien a la comunidad. San Martin de Porres era así, un engreidor. Siempre callado, a mi llegada para ser parte de su comunidad – hace dos años- me tenía preparada la habitación, parecía que se reía con los ojos, feliz de ver mi cara de sorpresa y gratitud.

El fue el único travieso o inocente que pudo ingresar una cámara fotográfica al Vaticano para el día de la canonización de San Martín, gracias a él tenemos un registro importante de fotografías. Recordaba con alegría a los frailes, los obispos y todos los que participaron de la gran fiesta.

Dios llama a sus amigos, de madrugada, Alejandro Huaypar partió a la casa del Padre Misericordioso. Quién como él que disfrutó de su vocación hasta la eternidad, con el elegante hábito dominicano, con rosario en mano tal como rezaba cada día, llevado por sus hermanos de hábito, acompañado por quienes busco hacer felices, en su convento recorrido hasta el último rincón, pues vivió por más de 50 años de sus 87.

Descansa en paz hermano Alejandro, pídele al Señor por tus hermanos; la muerte se estrelló, Jesús te tiene en su gloria.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Adviento 1- C - Vigilantes en la oración

Domingo I de Adviento – Ciclo C (Lucas 21, 25-28.34-36) 2 de diciembre de 2012


“(...) Anímense y levanten la cabeza, porque muy pronto serán libertados”


Cada viernes en el Templo de Santo Domingo se celebra la eucaristía por el Señor de la Justicia. Los fieles se apropian de la frase de Jeremías: “El Señor es nuestra justicia”, con él los casos no son perdidos. En el fondo es un compromiso de Dios con su pueblo. Pero el sentido de justicia sobrepasa al “dar a cada quien lo que le corresponde”,- ¿quién determina lo que te corresponde?, - se la entiende como hacer valer al que no vale, bajarle a pisar tierra a quien se cree en las nubes, hacer humilde al orgulloso, servidor al tirano. Es decir, el compromiso divino no se impone como hacen los poderosos sino que llama a esperar la justicia prodigiosa de Dios; ser, vivir y actuar con los valores que Dios nos da.
La dedicación a lo divino. La venida del Señor parece que implica la muerte y, si es así, será mejor preparar el día del encuentro con el Señor. ¿Como prepararse? Siendo santos, viviendo el amor, no el individualista, sino el que se parte con los demás, sin excepción, con la alegría de la navidad; el niño Jesús no excluye a nadie de su amor.
Adviento significa tiempo de esperanza, se acerca nuestra liberación. Pero la liberación no radica en la grandeza del templo, sino en levantar la cabeza para estar vigilantes en oración, abiertos los ojos del alma y de la vida. El talante del cristiano es ser una persona de oración, es la clave de las grandes decisiones de Jesús y de la comunidad.
Así, el cristiano debe inspirarse más en la esperanza que en el temor. Nuestra vida con matices apocalípticos se convierte en expresión de situaciones desesperadas, mensaje a veces deprimente. Sólo hay un camino para no caer en el desamparo inhumano: vigilar, creer y esperar que el evangelio, la libertad divina salga al encuentro de nuestra impotencia.