sábado, 14 de diciembre de 2013

Alegría, paciencia para recibir al Niño Jesús

Tercer Domingo de Adviento – Ciclo A (Mateo 11, 2-11) 15 de diciembre de 2013

Vayan y díganle a
Juan lo que están viendo y oyendo”


Isaías nos seduce y anima en la preparación para la llegada del Señor, la Navidad. Los corazones se conmueven pero no motivados por la tristeza, sino por la alegría, una alegría perpetua.
Por ejemplo, es la alegría que experimenta una caravana después de su largo camino por el desierto, abrumada por la desazón, adolorida por el sufrimiento y encuentra un manantial de agua, la fuente de vida, fertiliza la esperanza, irriga el interior y se expresa en miradas felices, con palabras edificantes; el desierto se convierte en pradera.
Estas caravanas no quedan retratadas solamente en las imágenes de la historia, también están presentes en los cientos de hombres y mujeres que llegan de otros países, no en camellos, pero sí en aviones, en bus camión,… buscando algo más para la vida.
Esperar el nacimiento de Jesús requiere de laboriosidad y paciencia de un labrador que espera y valora cada gota de agua caída del cielo y empapa la tierra y salva la cosecha. En las épocas de larga sequía no debemos desesperarnos, las alarmas de los analistas nos pueden destruir, queremos los analistas que construyen, con propuestas proféticas
El profeta compañero de adviento es Juan el Bautista, está en la cárcel y por medio de sus enviados recibe una respuesta propia confirmando las acciones del Mesías. Digamos, Jesús está movilizando esa caravana por el desierto de la vida para llegar a la ciudad de Sión; está haciendo todo lo posible para que los ciegos de todas las cegueras vean; que todos los enfermos de todas las enfermedades contagiosas del cuerpo y el alma queden limpios y no destruidos y abandonados a su suerte. El reino que anuncia, y al que dedica su vida, tiene unas connotaciones muy particulares, algunas de las cuales van más allá de lo que los profetas pidieron y anunciaron.
Prepararse para el Nacimiento de Jesús implica trabajar en las virtudes planteadas, en este día se destaca la alegría, la esperanza. Para ello, debemos revisar la vida, no sólo el diagnóstico sino también la medicina, no basta con identificar los problemas sino que es importante trabajar en las soluciones.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Fe vigilante - Adviento 1

Primer Domingo de Adviento – Ciclo A (Mateo 24, 37-44) 1 de diciembre de 2013

“El Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen”

Si quieres tener una buena Navidad deberías tener un buen adviento. En el adviento tenemos temas que nos ayudan en dicha preparación: Isaías es una síntesis de la Sagrada Escritura y tiene infinidad de temas, Juan el Bautista también se va lucir con la conversión de los pecados y la Virgen María en el tercer domingo de Adviento nos muestra su alegría y gozo de ser una mujer al servicio del plan de Dios.
Por ello, prefiero hablarles de los temas que nos presenta Isaías, él es nuestro maestro en esta primera semana.
Mateó y todos los evangelios no pararán de decirnos que viene Jesús, es infalible, de todas maneras vendrá, el problema es si rebota de las paredes de tu casa, “vamos alegres a la casa del Señor” (salmo 121), ¿Isaías tiene una gran visión, como la presenta? Isaías intenta seducirnos, y ojala nuestro duro corazón, se deje ilusionar por las imágenes espectaculares y hermosas que nos presentará.
Es el Señor de la Paz. “Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra”… (2,1-5). Los países derrochan millones de dólares en armamento y no han solucionado la pobreza, las guerras continúan… Entonces estate vigilante: no te prepares para hacer la guerra sino la paz, no para derrochar, sino para alimentar al pobre.

Ajustarnos a los caminos de Dios: “No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será cinturón de sus lomos, y la lealtad, cinturón de sus caderas” (Is 11, 1-10). Es decir, el único justo es Dios, su justicia nos implica, nosotros si queremos ser justificados debemos ser justos y para ello ajustarnos a los caminos del Hijo de Dios.
Una meta en la vida. Isaías invita a una gran peregrinación, no siguiendo los mapas de google, sino a caminar a la escuela de sabiduría, escenario de la justicia, morada de la paz. Un camino para llegar y una trasformación que nos deben hacer distintos: “Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor”. Entonces estate vigilante, tus caminos te conducen a la paz, sabiduría, justicia, te ha distinto…?
 La alegría del banquete, de la abundancia, de la casa de Dios. Aquel día, el Señor de los ejércitos preparará para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares enjundiosos, vinos generosos. Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas las naciones. Aniq
uilará la muerte para siempre. El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros, y el oprobio de su pueblo lo alejará de todo el país. -Lo ha dicho el Señor-. Aquel día se dirá: "Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; celebremos y gocemos con su salvación. La mano del Señor se posará sobre este monte." (Is 25, 6-10) Si esto hace Dios por mí y por cada uno de nosotros con mucha ilusión espero que llegue. El Padre, le da al hijo amor, comida, casa, luz, internet, cable, ropa, regalos,… confianza, paz,… y el estúpido valora todo esto cuando ya está sufriendo miseria. Qué difíciles somos y nos escapamos por la ventana.
Si esperamos que Cristo venga, la muerte es sólo un accidente, Dios ha derribado a la muerte, entonces, lo que hagamos tendrá direccion de vida eterna, iluminados por la luz del Señor. “Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén: Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: "Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén la palabra del Señor." Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor.”