sábado, 31 de diciembre de 2022

Santa María, Madre de Dios (A): "María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón"

"Bendito el fruto de tu vientre"


Pierre MignardLa Virgen de las uvas.


Santa María, Madre de Dios

Año litúrgico 2022 - 2023 - (Ciclo A)

 

El primer día del año tiene una invitación a que todos seamos mejores hijos de la Madre. Un deseo de paz para el mundo y en especial para cada corazón: “El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz” (Nm 6,24-26). El 31 de diciembre de 2022 inició la mañana (9:34) con la noticia de la muerte del Papa Benedicto XVI. El Papa tiene muchas reflexiones a la virgen, pero hoy destaco una, la dedicada a Santa María Madre de Dios.

 

El Nacimiento de Jesús ha significado que podemos conocer el rostro de Dios, y también buscar ser ese rostro del que viene la bendición, y su mirada difunde gracia y paz.


Los pastores de Belén

Tienen la experiencia de contemplar a Dios en un establo, delante de un “niño acostado en el pesebre” (Lc 2,16). De ese niño proviene una luz nueva, que resplandece en la oscuridad de la noche, como podemos ver en tantas pinturas que representan el Nacimiento de Cristo. La bendición, en efecto, viene de él: de su nombre, Jesús, que significa «Dios salva», y de su rostro humano, en el que Dios ha querido encarnarse para revelarnos plenamente su bondad (cf. Tt 3,4).


María, la virgen, esposa de José,

Dios la eligió para ser la madre de su Hijo hecho hombre, ha sido la primera en ser colmada de esta bendición. Ella, según el saludo de santa Isabel, es «bendita entre las mujeres» (Lc 1,42). Toda su vida está iluminada por el Señor, «fruto bendito de su vientre». Así nos la presenta el Evangelio de Lucas: completamente dedicada a conservar y meditar en su corazón todo lo que se refiere a su hijo Jesús (cf. Lc 2,19.51). El misterio de su maternidad divina, que celebramos hoy, contiene de manera sobreabundante aquel don de gracia que toda maternidad humana lleva consigo, de modo que la fecundidad del vientre se ha asociado siempre a la bendición de Dios. La Madre de Dios es la primera bendecida y quien porta la bendición; es la mujer que ha acogido a Jesús y lo ha dado a luz para toda la familia humana. Como reza la Liturgia: «Y, sin perder la gloria de su virginidad, derramó sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo, Señor nuestro» (Prefacio I de Santa María Virgen).


María madre y modelo de iglesia

María es madre y modelo de la Iglesia, que acoge en la fe la Palabra divina y se ofrece a Dios como «tierra fecunda» en la que él puede seguir cumpliendo su misterio de salvación. También la Iglesia participa en el misterio de la maternidad divina mediante la predicación, que siembra por el mundo la semilla del Evangelio, y mediante los sacramentos, que comunican a los hombres la gracia y la vida divina. La Iglesia vive de modo particular esta maternidad en el sacramento del Bautismo, cuando engendra hijos de Dios por el agua y el Espíritu Santo, el cual exclama en cada uno de ellos: «Abbà, Padre» (Ga 4,6). La Iglesia, al igual que María, es mediadora de la bendición de Dios para el mundo: la recibe acogiendo a Jesús y la transmite llevando a Jesús. Él es la misericordia y la paz que el mundo por sí mismo no se puede dar y que necesita tanto o más que el pan.

Queridos amigos, la paz, en su sentido más pleno y alto, es la suma y la síntesis de todas las bendiciones. Por eso, cuando dos personas amigas se encuentran se saludan deseándose mutuamente la paz. También la Iglesia, en el primer día del año, invoca de modo especial este bien supremo, y, al igual que la Virgen María, lo hace mostrando a todos a Jesús, ya que, como afirma el apóstol Pablo, «él es nuestra paz» (Ef 2,14), y al mismo tiempo es el «camino» por el que los hombres y los pueblos pueden alcanzar esta meta, a la que todos aspiramos.


Orar por la paz

Este día está dedicado a la oración por la paz. El mundo tiene la experiencia de las guerras, de la crueldad humana y de cómo permanecen en diversas partes. Tenemos muchos adelantos técnicos, pero en la mejor convivencia seguimos siendo primitivos.


Dios es amor, es justo y pacífico, y quien quiera honrarlo debe comportarse sobre todo como un hijo que sigue el ejemplo del padre. Un salmo afirma: «El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos … El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia» (Sal 103,6.8). Como Jesús nos ha demostrado con el testimonio de su vida, justicia y misericordia conviven en Dios perfectamente. En Jesús «la misericordia y la fidelidad» se encuentran, «la justicia y la paz» se besan (cf. Sal 85,11). En estos días la Iglesia celebra el gran misterio de la encarnación: la verdad de Dios ha brotado de la tierra y la justicia mira desde el cielo, la tierra ha dado su fruto (cf. Sal 85,12.13). Dios nos ha hablado en su Hijo Jesús. Escuchemos lo que nos dice Dios: Él «anuncia la paz» (Sal 85,9). Jesús es un camino transitable, abierto a todos. La Virgen María hoy nos lo indica, nos muestra el camino: ¡Sigámosla! Y tú, Madre Santa de Dios, acompáñanos con tu protección. Amén.

 HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI Basílica VaticanaDomingo 1 de enero de 2012

 

 

Palabra del papa Francisco

El nuevo año inicia bajo el signo de la Santa Madre de Dios, en el signo de la Madre. La mirada materna es el camino para renacer y crecer. Las madres, las mujeres, no miran el mundo para explotarlo, sino para que tenga vida. Mirando con el corazón, logran mantener unidos los sueños y lo concreto, evitando las desviaciones del pragmatismo aséptico y de la abstracción. Y la Iglesia es madre, es madre de este modo, la Iglesia es mujer, es mujer de este modo. Por eso no podemos encontrar el lugar de la mujer en la Iglesia sin verla reflejada en este corazón de mujer-madre. Este es el puesto de la mujer en la Iglesia, el gran lugar, del que derivan otros más concretos, más secundarios. Pero la Iglesia es madre, la Iglesia es mujer. Y mientras las madres dan la vida y las mujeres conservan el mundo, trabajemos todos para promover a las madres y proteger a las mujeres. Cuánta violencia hay contra las mujeres. Basta. Herir a una mujer es ultrajar a Dios, que tomó la humanidad de una mujer, no de un ángel, no directamente, sino de una mujer. Y como de una mujer, de la Iglesia mujer, toma la humanidad de los hijos.

Al inicio del nuevo año pongámonos bajo la protección de esta mujer, la Santa Madre de Dios que es nuestra madre. Que nos ayude a conservar y a meditar todas las cosas, sin tener miedo a las pruebas, con la alegre certeza de que el Señor es fiel y sabe transformar las cruces en resurrecciones. También hoy invoquémosla como lo hizo el Pueblo de Dios en Éfeso. Nos ponemos todos en pie, mirando a Nuestra Señora, y como hizo el pueblo de Dios en Éfeso, repetimos tres veces su título de Madre de Dios. Todos juntos: “Santa Madre de Dios, Santa Madre de Dios, Santa Madre de Dios”. Amén.

 Papa Francisco, 1º de enero de 2022 - Homilía

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 16-21

En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacia Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

Pierre MignardLa Virgen de las uvas. Madre de Jesús

sábado, 24 de diciembre de 2022

Natividad del Señor (A): «Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad».

Luces de navidad


Navidad

El nacimiento de Cristo. PANTOJA DE LA CRUZ, JUAN. Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado


Natividad del Señor

Año litúrgico 2022 - 2023 - (Ciclo A)


Si revisamos las actividades de la última semana consisten en gestos de compartir, en comprar y dar regalos, recibir saludos, comer con los amigos o compañeros de trabajo. Es la fecha del año en la que algo mágico llega a nuestro corazón y nos invita a compartir, a buscar la paz y encender luces para colorear las noches.

 

En el norte del mundo las personas enfrentan el invierno y la oscuridad. En algunas zonas la oscuridad de la guerra, las luces que matan. Se comparten el pan, refugios, medicinas.

 

Nuestra vida no se puede separar de la luz, tampoco de la esperanza. Lo espectacular de la creatividad humana, de los corazones y de los pensamientos es la revelación de la belleza, la inspiración del amor y la fuerza de la verdad. Por ello, hasta los seres más indiferentes, los pesimistas y los agnósticos, sienten que nace en su corazón algo inexplicablemente iluminador.

 

Esta noche tienes las ganas enormes de abrazar, de hablar, de bailar y de disfrutar de la alegría. Es la fiesta de la alegría. La música resuena en tu interior y desearías ser anunciador de buenas noticias. Es el anuncio de la mejor noticia, la fiesta de la vida, el llanto de un nuevo rostro, sí, es un nuevo rostro irrepetible, único, como tú. Entonces, el gesto de amor es fruto de la inspiración de un amor más puro, de un ser que nace para dar vida en abundancia.

 

Esta noche, la luz de las estrellas, la luz de los ángeles, la luz de tus ojos realmente se focaliza en el pesebre. Hay un pesebre del que eres parte, con amigos y familiares, de la forma más cordial. En este pesebre buscamos al recién nacido, búscalo en ese momento de los mejores deseos, en la cordialidad, en el saludo. Búscalo en el niño recién nacido, con la luz y el amor; en cada rostro de los que hoy estarán a tu lado.

 

Esta noche de luz es también de búsqueda de los deseos más profundos de la vida: la verdad. Esta noche se prolonga, a lo largo de los siglos, como lo hacían tus antepasados, en la búsqueda espiritual, en la fe. Cómo sería la vida sin fe, sin fe en ti mismo (a). Tenemos el privilegio de respirar el fresco aire nocturno para mirar la luz, para identificar la verdad, por ello, es la oportunidad para ponernos en comunión también con los ausentes, que como nosotros llenos de ilusiones y de sueños se presentaban al Niño Dios para pedirle por el sentido de la vida.

 

En esta noche se alegraron los ángeles, los pastores, los reyes magos, por qué no alegrarse ante el acontecimiento:   "Os anuncio una gran alegría para todo el pueblo: os ha nacido hoy un Salvador... Es el Mesías, el Señor".

 

Si el Mesías ha venido para salvarnos en esta noche como la luz de las estrellas o como el resplandor de los ángeles significa que ya está con nosotros y confía pese a nuestros pesimismos e incertidumbres. En esta noche, necesitamos de su luz, buscamos la iluminación de su verdad, la alegría de su amor.

 

Si la alegría es tan grande, si hasta los ángeles cantaron, todos podemos tener la dicha de cantar junto a los queridos amigos y familiares: "Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres y mujeres que ama".


Deseo que esta navidad sea una fiesta en tu vida, sientas La Paz y la tranquilidad de que Dios ha venido y nos espera algo grande. La luz te ilumine y la verdad te revele ese rostro de un niño lleno de ternura y buen corazón.

 

Palabra del papa Francisco

“Esta noche Dios se acerca a ti porque para Él eres importante. Desde el pesebre, como alimento para tu vida, te dice: “Si sientes que los acontecimientos te superan, si tu sentido de culpa y tu incapacidad te devoran, si tienes hambre de justicia, yo, Dios, estoy contigo. Sé lo que vives, lo he experimentado en el pesebre. Conozco tus miserias y tu historia. He nacido para decirte que estoy y estaré siempre cerca de ti”.

“El pesebre de Navidad, primer mensaje de un Dios niño, nos dice que Él está con nosotros, nos ama, nos busca”, sostiene el Papa, animándonos a no dejarnos vencer por el miedo, la resignación o el desánimo. Porque “Dios nace en un pesebre para hacerte renacer precisamente allí, donde pensabas que habías tocado fondo. No hay mal, no hay pecado del que Jesús no quiera y no pueda salvarte. Navidad quiere decir que Dios es cercano”. “¡Que renazca la confianza!”

(Homilía, misa de la vigilia de Navidad, 24 de diciembre de 2022)

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 1-14

Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio.
Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad.
También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada.
En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.
De repente un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor.
El ángel les dijo:
«No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»
De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
«Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad».


Pintura

El nacimiento de Cristo

PANTOJA DE LA CRUZ, JUAN

Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado


El nacimiento de Cristo

1603. Óleo sobre lienzo, 260 x 172 cm  
Depósito en otra institución

Forma pareja con El nacimiento de la Virgen (P1038), y ambos fueron realizados en 1603 para el oratorio privado de la reina Margarita en el Palacio Real de Valladolid, donde tenía su sede la Corte en esos años. En ellos se aprecia una mezcla de narración sagrada y vida cotidiana muy característica del Siglo de Oro, pues varios de los personajes que interpretan el papel de pastores son miembros de la Familia Real española. Así vemos a la reina Margarita a la derecha, de pie, acompañada de sus hermanos Fernando, Leopoldo y Maximiliano Ernesto. 

sábado, 17 de diciembre de 2022

IV Domingo de Adviento (A): "José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer"

El sueño del matrimonio

San José y la Virgen María
La aparición del ángel a San José. De Georges de La Tour - The Yorck Project (2002)  
 

IV Domingo de Adviento

Año litúrgico 2022 - 2023 - (Ciclo A)

 

La ilusión por el matrimonio

Un varón enamorado también se ilusiona en una buena celebración de su matrimonio. En el mundo, cada cultura tiene diferentes rituales y costumbres coloridas. No es lo mismo en Escocia que en Japón o en Francia, lo único en común es que las parejas buscan buenos augurios para ser felices. A nivel de estadísticas, se nota la disminución del matrimonio tradicional, el aumento de hijos fuera del matrimonio, el bajo el índice de natalidad, etc. Hay mucho miedo al compromiso.

 

Te puedes imaginar a José ilusionado en cómo celebrar bodas con María, su prometida que todavía vive con sus padres. De acuerdo a las costumbres palestinas, las bodas son grandes fiestas con música y danzas, donde el vino se debe multiplicar. Y, de manera sorpresiva, recibe la noticia: María está embarazada, obviamente no de él, sino del Espíritu Santo. Es un drama para un hombre que sueña un hogar como Dios manda. No existía la prueba de paternidad por medio del ADN; en la actualidad 1 a 3 casos de cada 10 dan como resultado que el progenitor legal no es realmente el padre biológico. Entonces, se intensifica la duda, seguramente las preguntas le golpean los pensamientos: ¿Qué hago con María embarazada? ¿Pido a doña Ana y don Joaquín para suspender el matrimonio, en secreto? ¿Y María dice que ese niño será el salvador? ¿Cuál es mi lugar en este momento? ¿El padre es realmente Dios?

 

El sueño de José: amar a María en toda circunstancia

José es un hombre justo, obediente a Dios (Mt 1,19); no quiere avergonzar a María y la familia. Lleno de preguntas; sus sueños de novio serán modificados durante otro sueño, donde Dios le habla. Es momento oportuno para que José aclare su misión en este acontecimiento:  no sólo es el padre legal, descendiente de David, tal y como lo anunció el profeta Isaías, sino que también debe cuidar a María y al niño: con un nombre (Jesús) y una misión (salvador de su pueblo). No sabemos la edad exacta de José, pero al menos en la fe es un hombre maduro.

 

Esta es la historia de amor de una pareja humilde, de Dios con los limpios de corazón, para cambiar el rumbo de la historia. Es la pareja que en lo secreto de su corazón siente el misterio, lo guarda y lo ejecuta. Caminan millas de preguntas, huirán de los Herodes de la muerte. Pero hoy, la vida se va gestando, no sólo en el vientre de María, sino también en el corazón de un papá, minuto a minuto se va revelando y se revelará el misterio del rostro de Dios. El Abba-Padre guía a José cómo ser papá.

 

¡No temas!

Es normal el miedo de un hombre a ser ridiculizado, a vivir engañado, a seguir confiando y a buscar justicia. El “no temas” es un chorro de gracia para: refrescar la esperanza, continuar soñando con el hogar, dar un paso a depositar las vidas en las manos del creador. 

 

No temas ante la enfermedad, el hambre y la indiferencia. No temas a tus equivocaciones, el escándalo; lo mejor es vivir sin tratar de agradar a alguien si no es a la divinidad en tu corazón. No temas a la expresión del amor en la noche de Navidad. ¿No es ésta la aventura más grande y hermosa en la que Dios no puede fallarnos? Esto es lo que hicieron José y María, se jugaron la vida por una promesa de Dios.

 

Un papá protector

En medio de las dudas y las dificultades que vendrán José no huyó. Podría ser un gran influencer de la defensa de la vida. Desde la sencillez es testigo de una sociedad que descarta (cf. EG 195). Identifica la divinidad del niño en el vientre de María, evita de que la vida del niño esté a merced de las conveniencias contingentes de los poderosos (EG 213). El tema fundamental es el niño, la vida más que su paternidad.  

 
El progreso y la vida

Si no revisamos la historia no podremos hilar la Sagrada Escritura. Por ejemplo, el Emmanuel o “Dios con nosotros” es hijo de Ajaz (732 aC.), Ezequías, anunciado por Isaías en tiempos de guerra y desesperación, (Is. 7, 10-19). El Dios con nosotros, Jesús, hijo de María, nacido en Belén para ser el camino, la verdad y la vida. Se han perdido las guerras, pero no a Dios.

 

El Emmanuel nacerá este año en los lugares de guerra, en los conflictos sociales, en la cultura del odio, en el derroche y en el hambre. Cómo nos falta seguridad para decir que el Emmanuel también está en estos momentos con nosotros. Cuánta fe nos falta para disponer nuestro corazón y expandir paz, abrir nuestros hogares y gozar de la reconciliación, escuchar la esperanza desde nuestra fe frágil. Necesitamos de la docilidad de José, de la disponibilidad de María, del amor del niño Dios.

 

Vivimos ya en un mundo que defiende los derechos humanos, pero el progreso de una civilización se mide precisamente por su capacidad de preservar la vida, especialmente en sus fases más frágiles, más que por la difusión de instrumentos tecnológicos. Cuando hablamos del hombre, no olvidemos nunca todos los ataques a la sacralidad de la vida humana: el aborto, la muerte de los migrantes, los niños desnutridos, el terrorismo, el abandono de los ancianos, la violencia, etc.

 

En este cuarto domingo de Adviento, María y José nos ayudan a pensar y obrar con docilidad a la Palabra de Dios, a la vida, al amor. La disponibilidad genera paz y entendimiento. La historia nos ayuda a no repetir los patrones de fracaso. Dios en la historia nos muestra su presencia permanente.

 

Palabra del papa Francisco

Pienso de modo particular en todos aquellos que se abren a acoger la vida a través de la vía de la adopción, que es una actitud muy generosa y hermosa. José nos muestra que este tipo de vínculo no es secundario, no es una alternativa. Este tipo de elección está entre las formas más altas de amor y de paternidad y maternidad. ¡Cuántos niños en el mundo esperan que alguien cuide de ellos!  Es un riesgo, sí: tener un hijo siempre es un riesgo, tanto si es natural como si es por adopción. Pero es más arriesgado no tenerlos. Más arriesgado es negar la paternidad, negar la maternidad, tanto la real como la espiritual. (Audiencia general 5 de enero de 2022)

 

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 18-24

La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por medio del profeta:
«Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.

Pintura:

De Georges de La Tour - The Yorck Project (2002) 10.000 Meisterwerke der Malerei (DVD-ROM), distributed by DIRECTMEDIA Publishing GmbH. ISBN: 3936122202., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=153633

La aparición del ángel a san José, también conocida como El pensamiento de san José o El Sueño de San José (en francés, L'Apparition de l'ange à saint Joseph o Le Songe de saint Joseph), es una pintura de estilo Barroco que Georges de La Tour realizó en torno a 1640 mediante la técnica del óleo sobre lienzo. Sus dimensiones son 93 cm de alto y 82,2 de ancho y se encuentra expuesto en el Museo de Bellas Artes de Nantes.

sábado, 10 de diciembre de 2022

III Domingo de Adviento (A): “Yo envío mi mensajero delante de ti"

La alegría del rostro de Jesucristo


Mesías
Johannes der Täufer por Bartolomé González, hacia 1600


III Domingo de Adviento

Año litúrgico 2022 - 2023 - (Ciclo A).

 

-¿Ya colocaron el árbol de navidad en el Vaticano?

-Estoy alistando la navidad y me faltan colocar las luces

-Quiero vacaciones de navidad

-En navidad extraño más a mi familia

-La navidad la celebrábamos en casa, …

 

Podría seguir la lista de frases durante el tiempo de adviento, me sorprende ese anhelo casi melancólico producido por la cercanía de navidad. Es como ver el amanecer y no el sol. Yo estoy entre los pesimistas, no me preocupan los árboles de navidad, siempre son los mismos plásticos de fantasía; es la fiesta mundial en la que creyentes y ateos no dudan en aprovechar las vacaciones laborales. Pero más allá de los que celebran y no lo viven o de quienes utilizarán el saludo para selfis existe en el fondo la palpitación de humanidad, la ilusión de esperar algo nuevo, distinto, digno, capaz de felicidad.

 

Los rastros de un Dios creador

Llega la palabra Navidad y muchos piensan en acciones solidarias. En el fondo interior se revela la acción caritativa, inspirada por el amor; las semillas cristianas se van expresando. Es decir, la ilusión o alegría de navidad, aunque parezca fantasiosa, se une a la caridad, el impulso del corazón que quiere ser sensible ante el dolor. Por ello, el tiempo de adviento es una preparación para ver la presencia del sol y no sólo las luces que adornan los árboles artificiales. Necesitamos seguir cada rastro de bondad quizá así encontremos al niño Dios en nuestro corazón, en pañales, pero nacido.

 

En este domingo gaudete, de alegría, Juan el Bautista aclara sus dudas. ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?. La espera del Mesías, Jesús, el Emmanuel, el Salvador. Las acciones de Jesús causaron preguntas al Bautista. Necesita de una descripción precisa, de quién es o qué hace el Ungido: “los ciegos ven, y los cojos andanlos leprosos quedan limpios y los sordos oyenlos muertos resucitan y los pobres son evangelizados.

 

La pregunta de Juan resulta vigente ante los impostores. Los falsos salvadores llegan en todas las épocas y lugares. Incluso, tenemos también el riesgo de ser impostores. La pregunta es decisiva porque conduce, en el texto evangélico, a la revelación del quien anuncia la palabra y de quien es la Palabra.

 
El rostro de Juan Bautista

Juan ha sido ya encarcelado y la respuesta de Jesús es la alegría más grande, pues toda su predicación en el desierto ha tenido sentido.  Jesús mismo lo exalta como el profeta, la coherencia y sencillez de sus vestidos, comida, palabras, acciones. Yo te envío mi mensajero delante de ti, para que te prepare el camino. Su misión ha sido prepara el camino de Jesús. Es la misión de los profetas de hoy: señalar la presencia de Jesús entre nosotros, mostrar la luz de la justicia y de la paz.

 

El rostro de Jesús

El rostro de Dios es el tuyo. Es la revelación en Navidad: tu rostro revela el rostro de Dios; dicho de otra manera, tu forma de ser y actuar revela a un Jesús convencido de que el ser humano es digno, es hermano, es amigo. No te sientas un impostor, por la creación ya eres imagen y semejanza. Tampoco seas escéptico a descubrir los rostros del niño Dios. La cereza del pastel está en que la gente lo reconozca, valore tu coherencia, calidad humana, luz auténtica de Navidad.

 

Alegría de los profetas

La alegría del adviento está en la alegría de la espera, es la actitud de la madre que espera el nacimiento de su hijo. Hoy, Juan el bautista tiene la gran alegría de que su misión es auténtica y anunciaba al real Mesías, ya no le importa la muerte, el mismo Jesús lo exalta como el gran profeta. La alegría manifestada como semillas opacas en los actos de generosidad de muchas personas. La alegría de que tú eres imagen y semejanza y estás llamado a brillar la fuerza de la luz, Cristo. Es mejor un profeta coherente y alegre que una Navidad sin niño Dios. La alegría de que los árboles y luces sean símbolos de los corazones en búsqueda de Jesús y no de esperar a otro.

 

¿Cómo podemos ocultar esta alegría cuando se acerca la Navidad? Debemos decírnoslo a nosotros mismos, cantarlo, celebrarlo, proclamarlo y, sobre todo, hacerlo activo, transmitirlo a todos los que sufren, que están agobiados porque no encuentran sentido a la vida, porque les pesa el silencio de Dios. Esta alegría que tenemos debe convertirse en caridad, ayuda mutua y testimonio de esta realidad que es mucho más grande que nosotros y que vive dentro de nosotros.


Que esta poesía te ayude en tus oraciones:

 

Hay alegría que viene de dentro y alegría que viene de fuera.

Me gustaría que ambos fueran tuyos,

Que llenen las horas de tu día, y los días de tu vida; 

Porque cuando los dos se encuentran y se unen, hay tal canto de alegría que ni el canto de la golondrina ni el del ruiseñor pueden compararse.

Pero si sólo uno te perteneciera,

Si por ti tuviera que elegir,

Elegiría la alegría que viene de dentro.

Porque la alegría que viene de fuera es como el sol que sale por la mañana y se pone por la tarde. Como el arco iris que aparece y desaparece; 

Como el calor del verano que va y viene; 

Como el viento que sopla y pasa; 

Como el fuego que arde y se apaga...

Demasiado efímero, demasiado fugaz...

Me encantan las alegrías del exterior. No niego ninguna de ellas. Todos llegaron a mi vida cuando los necesitaba...

Pero necesito algo que dure; Algo que no tenga fin; Que no pueda acabar.

Y la alegría que viene de dentro no puede terminar.

Es como un río tranquilo, siempre el mismo; siempre presente.

Es como la roca,

Como el cielo y la tierra que no pueden cambiar ni pasar. 

La encuentro en las horas de silencio, en las horas de abandono.

Su canción viene a mí a través de mi tristeza y cansancio; Ella nunca me ha abandonado.

Es Dios; es el canto de Dios en mí,

Esa fuerza tranquila que gobierna los mundos y guía a los hombres; y que no tiene fin, que no puede acabar.

Está la alegría que viene de dentro y está la alegría que viene de fuera.

Me gustaría que ambos fueran tuyos.

Deja que llenen las horas de tu día y los días de tu vida...

Pero si sólo uno te perteneciera

Si por ti tuviera que elegir,

Elegiría la alegría que viene de dentro 

(Traducido del francés: Le Moine ruminant)

 

Palabra del papa Francisco

El Evangelio según San Juan hoy presentó la figura bíblica que -a excepción de la Virgen y de San José- “fue la primera y la más experimentada en la espera del Mesías y en la alegría de verlo venir:  Juan el Bautista.

Francisco recordó que el Bautista es el primer testigo de Jesús, con la palabra y con el don de la vida. Todos los Evangelios coinciden en mostrar “cómo cumplió su misión señalando a Jesús como el Cristo, el Mensajero de Dios prometido por los profetas”. Juan fue un líder en su tiempo, era famoso en toda Judea y más allá hasta Galilea. “Pero no cedió ni por un momento a la tentación de llamar la atención sobre sí mismo: siempre la dirigió a Aquel que iba a venir”, cuando anunció la venida de Jesús, dijo: "A él no soy digno de desatar la correa de la sandalia".

 (ángelus, 13 de diciembre de 2020)

 


 

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 2-11

En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, mandó a sus discípulos a preguntarle:
«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?».
Jesús les respondió:
«Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo:
los ciegos ven, y los cojos andan;
los leprosos quedan limpios y los sordos oyen;
los muertos resucitan
y los pobres son evangelizados.
¡Y bienaventurado el que no se escandalice de mí!».
Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:
«¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué salisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Mirad, los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta?
Sí, os digo, y más que profeta. Este es de quien está escrito:
“Yo envío mi mensajero delante de ti,
el cual preparará tu camino ante ti”.
En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él».

 Pintura:

La predicación de Jun Bautista. Johannes der Täufer por Bartolomé González, hacia 1600

Obras sobre Juan Bautista


sábado, 3 de diciembre de 2022

II Domingo de Adviento (A): Voz del que grita en el desierto: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”

 La esperanza de nuestra existencia 

Juan el Bautista


II Domingo de Adviento

Año litúrgico 2022 - 2023 - (Ciclo A)


Escuchar tu desierto 

Si te transportas imaginariamente al desierto, afinas los oídos, escuchas y escuchas, … en un primer momento suena el viento, y quizá las aves del mar, o sencillamente algún ser viviente. Y eres perseverante en la escucha, comienzas a escuchar tus propios ruidos, tus pensamientos, tus frustraciones, tu historia. El desierto de tu vida. La vida siempre necesita renovación, oxígenarla, entusiasmarse, tener proyectos, esperanza. Es decir, el adviento es la esperanza en el desierto, tu desierto, tu vida, tu existencia, tu historia, tu...

 

El profeta Isaías, poeta de la esperanza, grafica la paz evocando la creación, es como recuperar el paraíso, la armonía entre aquellos seres que parecen irreconciliables:  el lobo vive con el cordero, el leopardo se acuesta junto al cabrito, el ternero y el león joven se alimentan juntos. Es la paz y la armonía que clama nuestro desierto interior. Pero estas analogías son la meta de nuestro camino, el cual necesitamos recorrer.


La esperanza de los pobres

Tus anhelos, tan presentes en tu corazón, los tenían también los “pobres de Yahvé”, como la virgen María, el mismo Juan Bautista lo anuncia como urgente a un auditorio que necesita, pero no escucha.

 

Ya Jesús se refiere a quienes tienen oídos pero no escuchan. Y la escucha conlleva una respuesta. Ojo, siempre hay respuesta, responsable o sarcástica. Por ejemplo, el sarcasmo de Herodías es usar su propia hija para no responderse así misma ni a Dios, pero sí a sus estrategias de poder. Enderezar los caminos requiere mucho esfuerzo y es necesario. 


¿Cómo sería tu vida sin esperanza? 

El riesgo es desfallecer, desanimarse, perder la esperanza. Los profetas no necesariamente viven para ver el fruto de sus semillas. Da la impresión de ser muy difícil cambiar el desierto en valles fértiles. Podrías preguntarte: ¿La venida de Cristo ha transformado realmente la faz de nuestra tierra? O ¿Cómo habría evolucionado el mundo sin el cristianismo?

 

Lo único que sabemos es que el cristianismo ha transformado la vida de hombres y mujeres, muchos, en nombre del evangelio y su fe, han aportado a la paz, a la misericordia, a la justicia. Las relaciones de santos y santas han salvado vidas. Los escritos espirituales han ayudado en la edificación de muchos corazones tristes y desconsolados. Piensa en los padres de familia que dan su tiempo a educar a sus hijos en la fe, ciencia, letras, deporte,… María y José, le dedicaron tiempo, amor, esperanza,… no estaban solos en la lucha, Dios les acompañaba. Sin aquella perseverante esperanza no tendríamos Navidad.

 

Necesitamos de esa esperanza que nos haga capaces de comprometernos, amarnos y de volver a empezar cuando todo parece desmoronarse.

 

Palabra del papa Francisco

La Navidad es un día de gran alegría también exteriormente, pero es sobre todo un acontecimiento religioso para el que es necesaria una preparación espiritual. En este tiempo de Adviento, dejémonos guiar por la exhortación del Bautista: "Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos", nos dice (v. 3). Preparamos el camino del Señor y enderezamos sus senderos, cuando examinamos nuestra conciencia, cuando escudriñamos nuestras actitudes, para desechar estas actitudes pecaminosas que mencioné, que no son de Dios: el éxito a toda costa; el poder a costa de los más débiles; la sed de riquezas; el placer a cualquier precio.

 

Que la Virgen María nos ayude a prepararnos para el encuentro con este Amor a toda costa, que es el que lleva Jesús, y que en la noche de Navidad se hizo pequeño, como una semilla que cayó en la tierra. Y Jesús es esta semilla: la semilla del Reino de Dios.

Angelus. Domenica, 4 dicembre 2016

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo 3, 1-12

Por aquellos días, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando:
«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos».
Este es el que anunció el Profeta Isaías diciendo:
«Voz del que grita en el desierto:
“Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos”».
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y de la comarca del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:
«¡Raza de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente?
Dad el fruto que pide la conversión.
Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Tenemos por padre a Abrahán”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.
Ya toca el hacha la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será talado y echado al fuego.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo y no merezco ni llevarle las sandalias.
Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga»

La pintura

San Juan Bautista en el desierto 

Juan el Bautista predicando en el desierto, por Anton Raphael Mengs, 1760. Museo de Bellas Artes de Houston.