sábado, 28 de septiembre de 2024

XXVI Domingo del tiempo ordinario (B): no impidan ni dejen de hacer el bien

No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. 

El que no está contra nosotros está a favor nuestro.

Apagas o avivas el fuego en tu comunidad, en tu familia. ¿Cuál es el papel que cumples? Es frecuente el riesgo de ser tentados por el espíritu de rivalidad. 

 

El pan de los pobres

La sopa de los pobres (Venecia)

XXVI Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2023 - 2024 - (Ciclo B)


"Hacer el bien sin mirar a quien"

De la pasión al amor

Juan es un discípulo con agudeza teológica, es el que expresa amor y fe, testigo privilegiado de la transfiguración, (Mc 9, 2-3), de la resurrección de la hija de Jairo (Mc 5,37), de la agonía en el huerto de Getsemaní (Mt 26, 37). Jesús les llama a Juan y a su hermano Santiago “hijos del trueno” (Mc 3,17). Es un joven con un carácter apasionado y fervoroso, por ejemplo, le pide a Jesús que haga descender fuego del cielo para destruir al pueblo samaritano que no lo recibió (Lc. 9, 45) y hoy quiere prohibir que otros tomen el nombre de Jesús.

 

Juan es un joven que necesita madurar. Eso también puede suceder con tu vida. El joven apasionado e impetuosos Juan va madurando a ser el discípulo del amor y fidelidad, incluso en la cruz. Su vida y sus escritos (3 cartas, el evangelio y el Apocalipsis) le convierten en un testimonio vivo y en un líder de la iglesia primitiva. ¿En qué te ha convertido la vida?

 

Amplitud de pensamiento e iglesia

Juan quiere delimitar o poner las condiciones de validez para hablar de Dios. Tentación: es muy conveniente que los demás cumplan nuestros criterios de pertenencia, de familia, de beneficios. La salvación no se puede monopolizar. 

 

La enseñanza clave es: “El que no está contra nosotros está a favor nuestro”. Una actitud que se oscurece por la codicia en nuestra vida es saber reconocer que el bien, la obra de Dios, puede manifestarse más allá de nuestras fronteras, de nuestro territorio marcado.

 

Si cada día tuviéramos gente sanando en nombre de Jesús el mundo sería diferente. El celo eclesial, en sentido de exclusividad, es un peligro. Evitemos no aplacar las buenas acciones, la inspiración del Espíritu Santo en las personas, incluso en las otras religiones o iglesias. El bien por más pequeño que sea da alegría al corazón humano.

 

Un premio a las buenas acciones

Dar agua al sediento es un acto de caridad, y aún más cuando se privatiza el agua. Nuestra vida está hecha de gestos, no destaquemos los impulsados por la soberbia, sino los impulsados por la generosidad. Es una tristeza profunda cuando ves que la abundancia ha generado arrogancia y no agradecimiento, que el confort momentáneo ha sido camino a la indiferencia. 

 

Cada palabra, gesto, acción, … va dibujando nuestra interioridad. Todos ellos están en los ojos de Dios. Por eso, muchos prefieren evitar a Dios para no sentirse analizados. El relativizmo ideológico moderno es capaz de aplaudir el mal. Pero Dios domina el mar para no ahogar a quienes tienen la piedra del molino en sus conciencias o en el colon y darles siempre la oportunidad.

 

Escandalosos arrojados al mar

La imagen es grave, fuerte, impactante. Normalmente pedimos un chaleco salvavidas para lanzarse al mar. Pero se habla de una piedra de molino, con un peso insuperable. Ahogarse es inminente. Sin embargo, en este valle de lágrimas hay gente que no se interesa por el bien de los demás, son abusivos, violentos, ladrones, corruptos. Simplemente no les interesa Dios y menos hacer el bien. 

 

Por ejemplo, muchos políticos personalizan el cáncer de la corrupción, no se interesan por los niños, ni por los ancianos. Manipulan la voz y pensamiento de los más débiles, de los nuevos esclavos trabajando y rompiendo sus principios morales. Muchos de ellos cristianos, católicos confesos defendiendo ideologías y personalidades públicamente reconocidos por sus principios y ejercicios delincuenciales. ¿Cómo ser un cristiano coherente en estos ambientes?

 

Decisiones radicales por la libertad

La imagen del gehena o infierno es también patética: el ojo, el pie, la mano han sido ocasión de pecado, mis ambiciones, mis caminos, mis actos.  El lenguaje es de quien toma decisiones radicales: más vale cortar. Pero esta radicalidad se produce cuando se identifica algo más importante para la propia vida. Cortar con el mal que da placer y poder para optar por el bien que puede incluir cero likes.

 

En la película “los intocables” (1987), Jim Valone es un policía veterano que era parte del sistema corrupto, pero evita involucrarse, Jim ayuda a Ness (interpretado por Kevin Costner) a darse cuenta de que la corrupción es combatida con integridad y coraje, aunque eso signifique renunciar a la comodidad y seguridad que ofrece el sistema corrupto. Ness y su equipo alcanzan una vida más auténtica, honesta y libre.

 

El documental Breaking Social de Fredrik Gertten muestra cómo hay puntos de inflexión que motivan a la gente a organizarse y protestar contra las injusticias y corrupción y cómo despertar las semillas de esperanza dentro de cada persona.

 

Finalmente, el papel que desempeñamos en esta vida corta y vulnerable necesitamos de los ojos, las manos, los pies, el corazón, el hígado y especialmente de tener a Cristo por cabeza. Sin una dirección como la de Jesús, sencillamente podemos ser discípulos apasionados, con indicios sectarios, rayando la ideología.

 

Palabra del papa Francisco 

La gran libertad de Dios al donarse a nosotros constituye un desafío y una exhortación a modificar nuestras actitudes y nuestras relaciones. Es la invitación que nos dirige Jesús hoy. Él nos llama a no pensar según las categorías de «amigo/enemigo», «nosotros/ellos», «quien está dentro/quien está fuera», «mío/tuyo», sino para ir más allá, a abrir el corazón para poder reconocer su presencia y la acción de Dios también en ambientes insólitos e imprevisibles y en personas que forman parte de nuestro círculo. Se trata de estar atentos más a la autenticidad del bien, de lo bonito y de lo verdadero que es realizado, que no al nombre y a la procedencia de quien lo cumple. Y —como nos sugiere la parte restante del Evangelio de hoy —en vez de juzgar a los demás, debemos examinarnos a nosotros mismos, y «cortar» sin compromisos todo lo que puede escandalizar a las personas más débiles en la fe. Que la Virgen María, modelo de dócil acogida de las sorpresas de Dios, nos ayude a reconocer los signos de la presencia del Señor en medio de nosotros, descubriéndolo allá donde Él se manifieste, también en las situaciones más impensables y raras. Que nos enseñe a amar nuestra comunidad sin envidias y clausuras, siempre abiertos al amplio horizonte de la acción del Espíritu Santo.

(Angelus, 30 de septiembre de 2018)

 

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 9, 38-43. 45. 47-48

En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús:
«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros».

Jesús respondió:
«No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.

Y el que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la “gehenna”, al fuego que no se apaga.

Y, si tu pie te hace pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna.”

Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».

Pintura

La sopa de los pobres (Venecia)

Autor:
Origen:
al artista por el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública
Fecha:
1884

sábado, 21 de septiembre de 2024

XXV Domingo del tiempo ordinario (B): El más grande y mejor es el servidor

Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos

 

La pasión, la humildad y el servicio son temas fundamentales en el camino a Jerusalén. Ya le siguieron en la Transfiguración y ahora deben seguirle todos en la pasión como parte del ser discípulo.

 

Los niños de la concha
 Los Niños de la concha. Bartolomé Esteban Murillo

 

 

XXV Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2023 - 2024 - (Ciclo B)

 

Nos encantan los likes, ser reconocidos como importantes. ¿Cuántos likes tiene?  Suele ser el tema de discusión actual: de los gestores digitales de las empresas, los analistas de micro data; También de ti, cuando buscas un buen restaurante o un hotel, o cualquier otro producto. Solemos leer los comentarios o recensiones, la cantidad de estrellas. Pero los likes son una esquina del gran telar: valoración, experiencia. La cereza del asunto está en servir con humildad, con amor; a esto técnicamente se llama calidad humana y profesional, autenticidad ética. Pero remando mar adentro, la madre del cordero radica en transformar la idea de liderazgo y autoridad en servicio y amor. La misión muchas veces incomprendida pero infalible. ¿De qué hablas tú en el camino?

 

Una misión incomprendida

El sentido profundo de la misión debe ser comunicada adecuadamente; por ello Jesús quiere tiempo y privacidad para instruir a sus discípulos. No parece lógico que el Mesías pase por la cruz. Nuestra mentalidad que se afana por el poder y la gloria la procesa como ilógica a la misión en la cruz y la humildad.

 

Cada día evitamos el dolor, las lágrimas. Especialmente cuando tienes que renunciar. La dureza de las palabras de Jesús nos deja temblando: acoger a un niño en nombre de Jesús y en su nombre significa acoger a Dios Padre; es decir, en sus nombres acoger la enfermedad, la muerte de un ser querido, la injusticia, la incapacidad para reconocer los propios errores y buscar superarlos, etc.

 

Diálogos para el camino

¿De qué hablas tú en el camino? Silencio en la sala, en mi mente. Las preguntas de Jesús son como si tuviera en la mano la radiografía de nuestros anhelos, miedos. Durante el camino Jesús les “explicó con dibujos” el valor del servicio, pero las conversaciones de sus discípulos se basan en ¿Quién sería el más importante? Sus aspiraciones se alejan del servicio y del amor pedagógicamente explicados por el mismo Jesús.

 

Esta pregunta planteada en la vida familiar o comunitaria lleva a la depresión, es incontestable, Jesús plantea unos criterios. Si un hijo es el preferido de la madre los hermanos deben alegrarse, pero por lo general se despiertan los celos. Si una novicia es la preferida de la maestra el problema más grande está en la maestra, "SOS". Pero cuál es el criterio de discernimiento para saber quién sería el más importante. Hasta el momento nuestro cerebro gira en torno a una jerarquía, del más al menos importante. Esta lección es como la conversión, constante. Lo demuestran los grandes conflictos que se desatan en las pequeñas comunidades por el poder, que por cierto es ilusorio y diáfano.

 

Ser el hijo o la novicia "preferido/a" no significa "ser el mejor", con frecuencia es el más débil. La pregunta se modifica para dirigirse a la misión: ¿Cómo ser el mejor discípulo, o hijo o novicia? No depende del amor de la mamá o de la maestra, sino de la autenticidad de vida, de criterios que necesitan ser actualizados y nunca pasan de moda a lo largo de la historia: el amor, el servicio, la humildad. En el fondo Dios sabe cómo servimos y amamos.

 

Está idea no refuerza la idea de que Jesús te invite a ser conformista o de que aplaques tus anhelos, todo lo contrario, te da la clave: si quieres tener una vida eterna debes estar disponible a entregar la tuya, si la entregas al servicio entonces serás importante para Dios. 

 

Jesús pone de ejemplo a un niño para explicarles mejor. Recibir en su nombre a un niño, a los más humildes, vulnerables, desposeídos, dependientes, sin poder ni privilegios. En esa acción está la verdadera grandeza, en nombre de Dios, nos hace partícipes de la gran comunicación íntima entre Dios y su Hijo.

 

Es tiempo de cambiar los criterios de ser los primeros, los más importantes, los poderosos, … por sencillamente: humildes servidores. Los que son como niños también cuentan para el cielo.

 

Palabra del Papa Francisco:

 

“… da un vuelco a los criterios que marcan lo que realmente cuenta. El valor de una persona ya no depende del papel que desempeña, del éxito que tiene, del trabajo que hace, del dinero que tiene en el banco; no, no depende de eso; la grandeza y el éxito, a los ojos de Dios, tienen otro rasero: se miden por el servicio. No por lo que se tiene, sino por lo que se da. ¿Quieres sobresalir? Sirve. Este es el camino

 

(Ángelus, 19 de septiembre de 2021)

 

 

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 9, 30-37

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.

Les decía:
«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará».

Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle.

Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó:
«¿De qué discutíais por el camino?».

Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.

Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».

Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
«El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».

Pintura

Los Niños de la concha es un cuadro del pintor españolBartolomé Esteban Murillo realizado en óleo sobre lienzo. Sus dimensiones son de 104 cm × 124 cm.

Representa el momento en que Jesús da de beber agua de una concha a su primo Juan el Bautista.1

domingo, 15 de septiembre de 2024

XXIV Domingo del tiempo ordinario (B): La identidad: cargar la cruz y seguirlo

“Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga”

 

Si te enseñaron sólo a ganar la vida y no el alma es la oportunidad para dar el testimonio de la alegría, de la libertad que da la coherencia, del amor del mismo Jesús.

 

 

Cristo Cargando La Cruz - TizianoCristo Cargando La Cruz - Tiziano 


XXIV Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2023 - 2024 - (Ciclo B)

 

 
¿Cuál es tu identidad? 

La identidad es tema con varios ángulos, es donde inicia y donde termina la calidad, la grandeza, la estructura de una persona, de una institución. La identidad analizada por el ángulo equivocado es un desvío y pérdida de tiempo, de energías y dinero.

 

La identidad se refiere por ejemplo al cómo ser humano, pensador, político, ser religioso. Te identificas y eres. O sólo te identificas, pero no eres. El ser está “identificado” con quién soy, quién eres, y éstos a su vez con qué hago, qué haces. De tal manera que si dices que eres y no lo haces entonces llega la crisis: incoherencia. 

 

La incoherencia suele ser batida por Jesús en sus diálogos con los fariseos, los escribas. Hoy, Jesús increpa a Pedro porque su incoherencia quería desviar la voluntad de Dios. No piensa como Dios, sino como los hombres. En este caso la incoherencia de objetivos está desviada por el sentido verdadero de ser el Mesías, ha venido para salvar, para cumplir la voluntad de Dios, para sufrir en la cruz. Pero su voluntad no es descender para quedarse con los muertos, sino para resucitar, dar vida.

 

Ser coherente con Dios

Pensar como Dios es el reto personal. Y la respuesta de Pedro es correcta en su formulación, pero ambigua en su significado. Es lo que me sucede, tener la idea formulada, pero no comprenderla adecuadamente. Les sucedió a los apóstoles, comprenden vagamente quién es Jesús, pero al final la confesión del centurión les deja sorprendidos, lo reconoce como el Hijo de Dios por cómo muere en la cruz.

 

Perder o ganar la vida

Sus enemigos no son los romanos y los que llevan a la cruz, sino los adversarios de Dios, no con armas sino con la muerte. Pedro quiere proteger a Jesús de los sufrimientos, la figura del Mesías imbatible, quiere que se le vea como el Mesías que derrota peleando con fuerzas del cielo y de manera espectacular.


La autorrealización y felicidad que se busca para uno mismo, los que se ponen por encima de todo y creen realizar su vida y salvarla, en realidad las pierden, porque fracasan en su vocación de ser hijos de Dios y ser cada día mejores cristianos.


Identificarse, entonces, con el Hijo de Dios es poner la vida al servicio, ganar la vida donándola. Cada día nos esforzamos por conservar la vida, pero, al igual que Pedro, tenemos la oportunidad de enmendar el comportamiento que divide, el Satanás, de reconciliar nuestra vida: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará. Pues ¿de que le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?».


 Palabra del papa Francisco

Cuando Jesús les dice claramente aquello que dice a los discípulos, es decir, que su misión se cumple no en el amplio camino del triunfo, sino en el arduo sendero del Siervo sufriente, humillado, rechazado y crucificado, entonces puede sucedernos también a nosotros como a Pedro, y protestar y rebelarnos porque eso contrasta con nuestras expectativas, con las expectativas mundanas. En esos momentos, también nosotros nos merecemos el reproche de Jesús: «¡Quítate de mi vista, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres» (v. 33).

 

Ángelus 16 de septiembre de 2018


Lectura del santo Evangelio según San Marcos 8, 27-35

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino, preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que soy yo?»

Ellos le contestaron:
«Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas».

Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy?»

Pedro le contestó:
«Tú eres el Mesías».

Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto.

Y empezó a instruirlos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».

Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro:
«¡Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».

Y llamando a la gente y a sus discípulos, y les dijo:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará. Pues ¿de que le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?».

sábado, 7 de septiembre de 2024

XXIII Domingo del tiempo ordinario (B):Jesús sana a un sordomudo

«Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos»

 Jesús viene por los “impuros” y profundiza en la escucha y el habla. Restaurar esta comunicación significará romper con la idea tradicional de que el mundo pagano no es digno de Dios.


 

Effetá

Cristo cura al sordomudo de la Decápolis, por Bartholomeus Breenbergh, 1635

XXIII Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2023 - 2024 - (Ciclo B)

 

Jesús dice “Effetá” para entrar en el fondo de las miserias de los paganos y restaurar nuestra humanidad con sed de eternidad.


Marcos es el evangelio que nos presenta a Jesús en las fronteras, allí donde Dios parece no ser relevante, en los corazones que sienten a Dios lejano pero no han vuelto los ojos a las raíces de comunión con su creador.

 

¿Qué significa Effetà?

Restaurar. Evoca la creación del hombre, Génesis, Jesús se inclina sobre el sordomudo como Dios se inclinó sobre Adán, Le toma la cabeza entre las manos, signo de bendición, y le marca con su saliva, es decir, con el sello de su humanidad, él que es la Sabiduría de Dios. Le toca la oreja, como si le confiara el gran secreto del amor de Dios por él y, al igual que Dios hizo con Adán, Jesús devuelve a este hombre al mundo de los vivos respirando sobre él.

 

Effetà – Restaurar los oídos y la lengua

El mundo necesita restaurar la capacidad para escuchar y para anunciar la restauración de la comunión con Dios y con el hombre.

Restaurar la fraternidad, necesaria cada día para tener un hermano, no un enemigo. Pero, este acto que debería ser natural necesita de algunos procesos, de abandonar las actitudes corrosivas, de las ganas de ser creaturas nuevas en las manos de Jesús.

 

Effetà – Romper prejuicios y fronteras

Jesús camina en las regiones marginales. En aquellas fronteras mete su dedo y sopla sobre lo profundo del hombre para restaurarlo. ¿Restaurar nuestro sello divino con el halito de Dios, con la sabiduría de su Hijo? Vamos opacando la huella de nuestro creador con nuestros gestos cargados de malas intenciones.


Entre las fronteras que hacen sufrir a la humanidad podemos identificar:

-       Los países en guerra: Palestina, Israel, Ucrania, Myanmar, en Kivu del Norte.

-       El fenómeno de la migración. “que los mares y los desiertos no sea cementerios” (Papa Francisco. La justicia, la fraternidad y solidaridad parecen no ser consideradas en las leyes de fronteras. Lo terrible es cuando algunos de los cristianos mismos tienen juicios xenófobos, racistas, “es un pecado grave”.

-       La corrupción como falta de humanidad en los países como Nicaragua, Perú, Venezuela, Haití, etc.

-       La contaminación. El viaje a Asia y Oceanía del Papa Francisco (setiembre 2024) nos lleva a retomar la Laudato Si, el cuidado de los archipiélagos y las culturas. 

-       La intolerancia religiosa y los obstáculos de la fraternidad. La iglesia llamada a romper las barreras que clasifican. La primera cita del papa Francisco en Indonesia fue con los huérfanos y refugiados. Además, un documento que no deberá pasar desapercibido, la «Declaración conjunta de Istiqlal 2024» -Promover la armonía religiosa por el bien de la humanidad- firmada el jueves 5 de septiembre por el papa Francisco y el gran imán Nasaruddin Umar durante el encuentro interreligioso en la mezquita de Istiqlal de la capital indonesia.

 

Efettá – hablar como el sordomudo

Nuestra cultura nos aleja cada día de nuestro mejor juez, la conciencia. La autoevaluación parece ya una sesión para el psiquiatra. Era y debe ser natural analizar mi vida. ¿Escucho a las personas, mis relaciones son sanadoras, quiero renovar mi vida, rompo las barreras de los prejuicios?

 

Hablar como el sordomudo sanado. Esta experiencia es la más difícil, nos quedamos en lo impactante y el mensaje es el desenlace. Precisamente, es de la que necesita nuestra vida y nuestra familia. Saber hablar de la experiencia, de la restauración que Dios ha hecho de mi existencia. Este testimonio de soltar la lengua para edificar, para dar gracias a Dios, para ser imparables en la comunicación de su Palabra, consecuentes de ser bautizados. ¿Por qué algunas palabras van cargadas de heridas, frustraciones, prejuicios, resentimiento? Al final ¿Qué construyen y para qué son útiles las palabras que uso contra los demás?

 

Palabra del Papa Francisco


Pienso también en las personas marginadas y heridas, tanto moral como físicamente, a causa de los prejuicios y las supersticiones, en ocasiones, hasta el punto de arriesgar la propia vida, como nos lo recordaban James y sor Lorena. La Iglesia quiere estar particularmente cercana a estos hermanos y hermanas, porque en ellos, Jesús está presente de un modo especial (cf. Mt 25,31-40), y donde está Él —nuestra cabeza— allí estamos también nosotros, que pertenecemos al mismo cuerpo, «[el cual] recibe unidad y cohesión, gracias a los ligamentos que lo vivifican y a la acción armoniosa de todos los miembros» (Ef 4,16)” 

(El Papa en el Santuario de María Auxiliadora de Port Moresby)

 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 7, 31-37

En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga la mano.
Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.
Y mirando al cielo, suspiró y le dijo:
«Effetá» (esto es, «ábrete»).
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente.
Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos.
Y en el colmo del asombro decían:
«Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».

martes, 3 de septiembre de 2024

Visité a mi papá en el hospital

 El silencio de la esperanza

 

padre
Regreso del hijo pródigo (Leonello Spada, museo del Louvre)


Cruzo la puerta recorriendo pacientes,

Me choco con las miradas curiosas al borde de las camillas,

Cuerpos haciendo carne la esperanza, almas expectantes de ángeles, conciencias mecidas en la balanza entre orgullo y el perdón.


A la derecha unos mandiles celestes, azules y escarlatas, vigilan de reojo entre el móvil y el ordenador, a los intrusos, enfermos y alarmas. Entre los guantes quirúrgicos, documentos amarillentos, fórmulas médicas… parecen morder el tiempo, en la frialdad de la frontera de la vida.

 

Saludo con la cabeza para afinar la mirada y buscar el rostro de mi padre,

Camino, reviso desde la derecha y lo encuentro en la última camilla de la izquierda.  En un clima expectante y silencioso me acerco, tomo su mano fuerte y flaca, las huellas de las agujas son moretones, y respiro como evitando ahogarme en la piscina de lágrimas.


Su mano aprieta la mía, su mirada es débil y angelical, como contemplando a alguien conocido,  rema en sus recuerdos, una sonda le impide la viva voz, tampoco me salen palabras. Solo quedan las manos como vasos comunicantes de esa misma sangre de padre e hijo.


Se desprenden gotas cristalinas de su trajinada alma, sus canas destacan en su piel colorada, la costra de la ceja izquierda y la rigidez de su cuello son rezagos del infarto y caída.


Pero èl llora, una rara intuición le asalta, balbucea refiriendo la voluntad de Dios. 


El vecino rompe el silencio, su tono de voz evoca las calles empedradas del Huauco, “yo lo he conocido joven, formó la banda de músicos”, y callaba conteniendo su respiración, “ayer ha rezado una ave maría completa” suelta el aire de esperanza; escucho, y afirmo. Y entonces, salen las preguntas, ¿usted es su hijo?, ¿cómo lo encuentra a mi paisano?..., otra vez el silencio espeso en sus palabras, gira su mirada a su esposa como reclamándole algo a la vida: “por su padre es capaz de venir desde tan lejos”; su esposa mueve la cabeza y sonríe; le cambia de conversación, siguen inmersos en sus historias, mientras yo tengo su mano, miro los valores de las máquinas, no logro descifrarlas, suena una alarma, llega una mujer y la desactiva, y desaparece murmurando.


Busqué dónde sentarme, al pie de su camilla, después del paisano estaba una señora, luego una anciana cuidada por su hija, y seguían 3 camillas más. Cada historia estampada en lo que pueden ser los últimos momentos en este mundo. Con la frente pegada a su brazo quería retroceder el tiempo.


Aquellos pasillos impactan poblados de gente en una silla de madera, un banco de plástico o una camilla. Entre los pitidos de las alarmas y los quejidos de dolor brilla la necesidad de un mundo más humano, de verdaderos compañeros en la enfermedad. La hora de visita es más que 60 minutos, es una vida, de dónde vengo y a dónde voy.


Literatura/ Poesía

(Autor: Laepi) (Calle 7)