sábado, 26 de octubre de 2024

XXX Domingo del tiempo ordinario (Ciclo B): "Bartimeo: la fe que ve más allá de la ceguera y el camino al discipulado"

"Hijo de David, ten compasión de mí"

 

Bartimeo recibe dos milagros: sus ojos enfermos vuelven a mirar, y la vista del espíritu le lleva a acompañar a Jesús en su camino a la cruz.

 

Bartimeo

 

XXX Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2023 - 2024 - (Ciclo B)

 

La vista corporal y espiritual le ayudan a profundizar en su fe, perseverancia y misericordia de Dios. Bartimeo se entera de que Jesús está pasando y no dejará de seguirlo.

 

Un ciego con visión

La pregunta obvia en el caso de Bartimeo puede servirte. “¿Qué quieres que haga por ti?” ¿Qué le pedirías a Jesús? Tienes la libertad de pedirle lo que quieras, la conciencia de saber aquello que nos hace falta es respetada. ¿Qué es lo que quieres? Tu deseo personal, radica en lo más íntimo y del cual estás más consiente. Además, sabes de todo lo que es capaz Jesús, entonces tus peticiones serán escuchadas. Cuáles son tus auténticas necesidades, aquellas que necesitan de la mano divina.

 

Se suele decir que las preguntas muestran el nivel de inteligencia de las personas, pero las respuestas aún más. Bartimeo responde con una petición específica: “Maestro, que recobre la vista”. El ciego limosnero reconoce en Jesús al gran cirujano, capaz de quitarle las cataratas o el glaucoma. Quiere recobrar la vista, volver a ver todo lo que en un momento vio. Con voz alta y sin importar el comportamiento de los otros reconoce que en algún momento dejó de ver, perdió la orientación, se quedó al borde del camino.

 

Un limosnero con gran riqueza

Pedir limosna es como el recurso indigno al que un hombre puede llegar; significa no poder generar recursos para el pan de cada día, ya sea por accidente o incapacidad, no se trata de un despojo voluntario. Se ve todavía en la realidad de las calles un tipo de marginación y exclusión de la sociedad. Por ejemplo, cuando te presentas en una reunión hay ojos que escanean las marcas de zapatos y ropa que usas, no sólo en el mundo civil sino también en el religioso. No podemos dejar de reflexionar sobre cómo Bartimeo sigue siendo excluido social y religiosamente; el afán del vivir con un burgués superficial aleja lo fundamental: el amor, la fe, el prójimo.

 

El clamor de Bartimeo nace de su profunda necesidad, del dolor de haber perdido lo que tenía, pero al percibir al Mesías confía en que recibirá más allá de sus fuerzas. El tenor de su grito conlleva una profesión de fe: “Hijo de David”, es decir, Hijo de Dios, Mesías esperado. La multitud intenta callarlo y Bartimeo persiste. Es un hombre audaz y con una fe madura. Actualmente, no tenemos limosneros con una voz que incomode a las multitudes y no tema clamar en un entorno adverso que busque desanimarlo y minimizarlo. Como Bartimeo estás llamado o llamada a clamar con fe el poder transformador de Dios.

 

El ciego Bartimeo es un discípulo

 

Los apóstoles han recibido un llamado, los discípulos siguen a Jesús. “Ánimo, levántate; te llama” es la voz de la multitud que ahora no impide que Jesús lo haga visible. El contrate es claro, la multitud ha mostrado su capacidad para pasar de la indiferencia y el rechazo inicial a dar atención y amor.

 

Jesús le dice al ciego limosnero: “tu fe te ha salvado”. Así queda restaurado en cuerpo y espíritu. Bartimeo ya puede ver, y esta oportunidad no la quiere gastar buscando trabajar para enriquecerse ni quedarse en Jericó, decide cerrar el círculo del sin sentido y mejorar su visión futura: hacerse discípulo de Jesucristo y seguirle en su camino a la cruz, ya no al borde, sino consiente de que su riqueza, pureza y seguridad está en el camino con Jesús.

 

Finalmente somos como el Bartimeo, ciegos y mal olientes capaces de gratitud y compromiso. Solo la fe y el amor de Dios nos pueden restaurar los caminos de la vida. Necesitamos de la perseverancia en saber expresar nuestras intenciones, Jesús escucha nuestro grito y nos sigue preguntando: “¿Qué quieres que haga por ti?”

 

Palabra del papa Francisco

Bartimeo es un hombre perseverante. Alrededor de él había gente que explicaba que implorar era inútil, que era un vocear sin respuesta, que era ruido que molestaba y basta, que por favor dejase de gritar: pero él no se quedó callado. Y al final consiguió lo que quería.

Más fuerte que cualquier argumento en contra, en el corazón de un hombre hay una voz que invoca. Todos tenemos esta voz dentro. Una voz que brota espontáneamente, sin que nadie la mande, una voz que se interroga sobre el sentido de nuestro camino aquí abajo, especialmente cuando nos encontramos en la oscuridad: “¡Jesús, ten compasión de mí! ¡Jesús, ten compasión mi!”. Hermosa oración, ésta.

 

Audiencia general del 6 de mayo de 2020 - Catequesis: 1. El misterio de la oración | Francisco

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos 10,46-52

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:
«Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí».

Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más:
«Hijo de David, ten compasión de mí».

Jesús se detuvo y dijo:
«Llamadlo».

Llamaron al ciego, diciéndole:
«Ánimo, levántate, que te llama».
Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.

Jesús le dijo:
«¿Qué quieres que te haga?».

El ciego le contestó:
«“Rabbuní”, que recobre la vista».

Jesús le dijo:
«Anda, tu fe te ha salvado».
Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

 

Pintura 🎨

domingo, 20 de octubre de 2024

XXIX Domingo del tiempo ordinario (B): "Servidores en la Iglesia: El Sacerdocio como Servicio y no una Carrera de Poder"

"El que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos"


El camino del amor es siempre «con pérdida», porque amar significa dejar a parte el egoísmo, la autorreferencialidad, para servir a los demás. Jesús se da cuenta de que los otros diez Apóstoles se enfadan con Santiago y Juan, demostrando así que tienen la misma mentalidad mundana.

Zebedeo

Langenzenn ( Bavaria / Frankonia ). City church - Altar of the Holy Kinship ( 1508 ). Zebedaeus and his wife Maria Salome with their children Saint John the Evangelist and Saint James the Greater.

 

XXIX Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2023 - 2024 - (Ciclo B)


Servidores y no carreras eclesiásticas

Con frecuencia preguntan a un sacerdote si está haciendo carrera, si estudiará para ser obispo o cardenal. Existen muchas carreras profesionales, símiles o falaces imágenes de la administración pública. Por ejemplo, los abogados quieren tener un cargo en el Poder Judicial; los médicos buscan ascender en sus puestos administrativos; los policías también buscan tener altos grados, incluso tienen los grados de honor cuando sufren la muerte. Entonces, parece razonable la pregunta planteada a un religioso o a un sacerdote, es como si el desarrollo humano, espiritual, intelectual estarían necesariamente unidos al administrativo.

 

Sin embargo, el sacerdote ha elegido un estado de vida, lo importante es vivirlo a flote, parecerse cada vez más a Cristo. Los nombramientos de un obispo o cardenal no dejan de ser humanos, con estrategias pastorales, o por consultas secretas buscando su idoneidad, normalmente todo sacerdote podría ser ordenado obispo. ¿Los obispos son los altos jefes de una empresa internacional o los más inteligentes del planeta? En esta vía, si se les clasifica entre los cargos de “poder” se le quita su naturaleza de “servicio”. El servicio es una gracia de Dios, el poder podría ser la contaminación de dicha gracia y de lo que contiene la teología del sacerdocio.

 

Hacia 1374, Santa Catalina de Siena respondió a una carta de Gérard du Puy, Abad de Marmutiers, sobrino del Papa Gregorio XI, para pedirle que el Papa abra los ojos, no se preocupe tanto por sus amigos, y deje la blandura porque la exagerada indulgencia se ha convertido en raíz de corrupción. Decía que muchos son “lobos que trafican con la gracia divina” y tienen tres vicios repugnantes: la avaricia, la lujuria y la soberbia. (Sigrid Undset, Santa Catalina de Siena, p. 146).

 

"Este deseo por el poder y la gloria muestra la tentación humana de buscar el prestigio y la autoridad en lugar del verdadero espíritu del discipulado, que es el servicio. Es un reflejo de la lucha interna que todo creyente enfrenta entre el deseo de grandeza personal y la llamada a la humildad".


La meta es el servicio no la esclavitud

La propuesta del camino a la gloria sin poder pasa también por un anhelo humano. Como seres humanos estamos tentados por el poder; justamente el sínodo trata de despercudir el sentido clericalista de los ministerios. El abuso de poder puede escandalizar a los pequeños en la fe. Por ello, el caminar juntos se trata de avanzar a la misma meta. En la propuesta de Santiago y Juan se ve claramente que Jesús camina a Jerusalén y ellos están pensando cómo ser merecedores del confort futuro, un logro en su carrera de discípulo. Jesús camina a la cruz y ellos piensan en sentarse en los tronos de la grandeza y el poder.

 

Los hijos de Zebedeo prometen acompañarlo hasta el final, pero en la cruz Jesús solo es acompañado por dos bandidos. En la meta, al final, son momentos decisivos en que prometes seguir a Dios y terminas escapando. La clave está en el amor de Dios, siempre al servicio del hombre, dotándolo de inteligencia y libertad. El Dios del servicio es el de la gloria, es el verdadero. Pero, los hombres y mujeres también tenemos a los poderosos, que buscan dominar todo, desde la conciencia hasta las acciones. Esta es la patología del poder seducido por el dinero, busca dominar, esclavizar voces amplificadoras del chantaje, no interesa lo justo ni el sentido humano.

 

¿Cuántas veces buscamos el reconocimiento, el poder o los privilegios, incluso en nuestros roles como cristianos? Jesús nos invita a dejar de lado esos deseos y a seguir su ejemplo de humildad y servicio. En lugar de buscar los primeros puestos, debemos buscar oportunidades para servir a los demás.

 

Palabra del papa Francisco

El camino del servicio es el antídoto más eficaz contra la enfermedad de la búsqueda de los primeros puestos; es la medicina para los arribistas, esta búsqueda de los primeros puestos, que infecta muchos contextos humanos y no perdona tampoco a los cristianos, al pueblo de Dios, ni tampoco a la jerarquía eclesiástica. Por lo tanto, como discípulos de Cristo, acojamos este Evangelio como un llamado a la conversión, a dar testimonio con valentía y generosidad de una Iglesia que se inclina a los pies de los últimos, para servirles con amor y sencillez. Que la Virgen María, que se adhirió plenamente y humildemente a la voluntad de Dios, nos ayude a seguir a Jesús con alegría en el camino del servicio, el camino maestro que lleva al Cielo.

 

(Ángelus, 21 de octubre de 2018)


Lectura del santo Evangelio según San Marcos 10, 35-45

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:

«Maestro, queremos que nos hagas lo que te vamos a pedir».

Les preguntó:
«¿Qué queréis que haga por vosotros?».

Contestaron:
«Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda».

Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís, ¿podéis beber el cáliz que yo he de beber, o bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?».

Contestaron:
«Podemos».

Jesús les dijo:
«El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y seréis bautizados con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado».

Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, llamándolos, les dijo:
«Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos».

https://www.dominicos.org/predicacion/homilia/20-10-2024/lecturas/

https://es.wikipedia.org/wiki/Zebedeo#/media/Archivo:Langenzenn_Stadtkirche_-_Altar_Heilige_Sippe_5.jpg



sábado, 12 de octubre de 2024

XXVIII Domingo del tiempo ordinario (B): "El Joven Rico y la Vida Eterna, Reflexión sobre el Desprendimiento y la Gracia"

«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo»

El joven rico puede tener tu nombre, disciplinado, bueno; se inquieta por la verdadera felicidad, Jesús le invita a seguirle, a ser libre y rico en relaciones humanas y divinas, a recibir cien veces más de lo que renuncie.

 

joven Rico
Cristo y el joven rico (1889) Heinrich Hofmann, "Christ and the Rich Young Ruler", 1889

XXVIII Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2023 - 2024 - (Ciclo B)

 

¿Qué joven no aspira a ser rico? “Tiren la primera piedra”. Vivimos en una cultura del reciclaje, en la cual usar y tirar es el lujo de los ricos. Por ello, muchos jóvenes presumen de ricos en las redes sociales. Es conocida la frase: "quien tiene plata habla como quiere, come… , viste… roba … "

 

El joven rico tiene los méritos ideales para su tiempo y el nuestro: posee bienes materiales y morales. Solo le falta descifrar el camino a la vida eterna. Entonces, decide acercarse a Jesús y plantearle su duda: “Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?” . Y la respuesta de Jesús, lo desarmó al joven rico y a también a nosotros: Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme.

 

1. Joven eterno, vida eterna. Retornar a la fuente de todos los bienes

La pregunta del "Joven rico" no parece relacionarse con la preocupación de un joven de 18 años, quizá ni con la del de 30. La flor de la juventud aleja la preocupación por la muerte o por lo que exista después de la misma. Esta etapa se caracteriza por la duda sobre el punto medio entre ser autosuficiente o discípulo, libre u obediente. Si al final este joven hubiese escuchado la respuesta completa de Jesús, que los seguidores reciben todo multiplicado por mil, su respuesta pudo ser más clara.

 

En cierta forma, este joven ya tiene la abundancia que este mundo le puede ofrecer; vive y saborea los privilegios de su riqueza. Esta abundancia le ha planteado intuiciones profundas en su propia existencia. La vida cotidiana le ha llevado a vivir para sí, al margen de los suyos, en la superficie de las cosas, los placeres con mínimas satisfacciones. En el fondo de su corazón existe una aguda intuición de que esta abundancia no es la verdadera riqueza, tiene una sed que no calma en el torrente de agua, necesita saber más sobre una idea de vida eterna, o al menos arañar evidencias de su existencia. 

 

¿por qué al joven rico no descubre el secreto de la vida eterna? Si la Samaritana descubrió con Jesús la pasión por la verdad; María Magdalena, el gran amor; Mateo, el verdadero servicio; Zaqueo, la justicia a favor de los pobres, etc.  ¿Por qué Jesús no le responde con los aplausos motivadores de un maestro? 

 

Jesús le remite al sentido de la vida, le muestra el centro de la vida en Dios y no en la acumulación de riquezas. Ha llegado a su vida una crisis de identidad ¿quién soy?, "el joven rico" o "el hijo De Dios". Entonces ¿Qué hacer? Sin duda tiene una estrategia, se arrodilla  como un discípulo y plantea la pregunta directamente al Maestro. La Biblia muestra muchos ejemplos de preguntas maliciosas  planteadas a Jesús por sus detractores, todas ellas fueron siempre respondidas de manera personal y pedagógica.

 
2. Pasos tristes, respuestas radicales. Pasar del “mérito” al “don”

El mérito del joven rico se centra en el vértigo del flujo económico y tener las cuentas en verde, cuida a sus padres y está seguro de vivir una moral de acuerdo los mandamientos. El joven considera que “todo” lo ha hecho y quiere hacerlo bien, pero la corrección y la respuesta de Jesús le han desencajado, frunció el rostro y caminó triste. En ese momento, Jesús ha identificado la debilidad del joven, pues, sus muecas expresan su descontento.


En el Evangelio de Marcos, el joven es anónimo, sin nombre porque tiene tu nombre o el mío. Su marca es "rico". Su identidad es el tener, como el rico Epulón, (cfr. Lc. 16,19-31). Es triste ya ser un hombre anónimo cuando la identidad de todos es ser hijos de Dios.


Existen ricos que quieren ser anónimos porque su riqueza tiene raíces oscuras. Robaron el pan de los pobres, son promotores de la pobreza.

 

Las exigencias del maestro han superado sus cálculos, si creía como buen judío que su riqueza era una gran bendición ahora debe replantearla. La vida eterna existe, pero para lograrla sus méritos no bastan, su seguridad de vivir los mandamientos no basta ante el Dios que todo lo sabe.

 

El joven rico está decidido a actuar para tener la fórmula de la vida eterna, pero no quiere someterse a la acción de Dios. Quiere el consejo y no al consejero. El cambio de visión que le plantea Jesús le choca.


Como todo rico que quiere ganar se debe estar preguntando: ¿Venderlo todo suena a suicidio económico? ¿Repartir la riqueza entre los pobres es sostenible y soluciona los problemas? La reflexión podría cambiar siguiendo la respuesta de Jesús: el único bueno y fuente de todos los bienes es Dios (no solo mi inteligencia), la única fórmula para la vida eterna es seguir a Jesús, todo lo que doy será multiplicado por mil. Esta fórmula supera toda matemática comercial, todo nicho de ventas, todas las bolsas de valores.

 

El ejercicio de pasar de los méritos a la gracia, es también un llamado a los discípulos de Jesús. Pero ellos se angustian: ¿Quién podrá salvarse? En el fondo es “no podemos engañarle a Dios”.


Nos angustia que la fórmula de la auténtica vida esté de la mano de Dios. En esta historia se devela un mensaje impresionante: Dios pide lo imposible porque sólo él puede hacerlo posible. El detalle señalado por el evangelio dice mucho, “lo amó y le dijo”. Es decir, en torno al amor de Jesús es posible renunciar a las ataduras, a las seguridades, a los privilegios. El joven quiere llegar por sus propias fuerzas a la vida eterna, y Jesús le propone: "Ven y sígueme"; pero el joven pensaba lograrlo todo sin Jesús, sin Dios, sin el prójimo.

 
3. La vida eterna es gratis, “Ven y sígueme”

El joven rico está desencajado por las respuestas, pero debería estar alegre por los signos de amor y verdad. Está invitado a saber despojarse de las ataduras, para ser libre y seguir a Jesús. La vida eterna no gira en torno a clases económicas, el rico no lo puede comprar, ni el pobre canjear por sus sufrimientos. Gira en torno a la gracia. La vida eterna es gratis, por ello el joven rico debe aprender a vivir de la providencia divina más que de sus rentas, de la gracia de la fe más que de presumir de cumplir los mandamientos, del amor a los más débiles que de la acumulación de bienes.

 

Puede resultar ilógico vivir de la gracia, puede ser escandaloso que Jesús no se contente con el cumplimiento de los mandamientos, pero el joven y nosotros debemos embarcarnos en un nuevo camino hacia la vida eterna. Nuestro deseo profundo de un sentido de vida no necesita de dinero, sino de la gracia De Dios. es decir, Seguirle a Jesús es una riqueza incalculable, rico en misericordia, en relaciones, en amor, en alegría, en vida.

 
Palabra del papa Francisco

Abatido por estas palabras, se marchó entristecido» (Mc 10,22). No había dudado en plantear la pregunta decisiva, pero no tuvo valor para aceptar la respuesta, que es la propuesta de “desatarse” de sí mismo y de las riquezas para “atarse” a Cristo, para caminar con Él y descubrir la verdadera felicidad.

Mensaje a los jóvenes, Medjugorje, 29 de junio de 2021.

 


Lectura del santo Evangelio según San Marcos 10, 17-30

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:
«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?».

Jesús le contestó:
«¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».

Él replicó:
«Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».

Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo:
«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme».
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico.

Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
«¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!».

Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió:
«Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».

Ellos se espantaron y comentaban:
«Entonces, ¿quién puede salvarse?».

Jesús se les quedó mirando y les dijo:
«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».

Pedro se puso a decirle:
«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».

Jesús dijo:
«En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones— y en la edad futura, vida eterna».

Pintura: 🎨

Heinrich Hofmann, "Christ and the Rich Young Ruler", 1889

sábado, 5 de octubre de 2024

XXVII Domingo del tiempo ordinario (B): El matrimonio es para siempre

"Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre"

El flechazo al corazón se mantiene en una relación matrimonial, en la relación con Dios, basándose en la humildad, confianza, fidelidad, respeto, como un niño con sus padres.

Matrimonio sagrado

Jerónimo EzquerraLos desposorios de la Virgen y San José. s.f.

 

XXVII Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2023 - 2024 - (Ciclo B)

 

Decir que el matrimonio es para siempre parece ya una falacia. En una personalidad sin capacidad de compromiso puede parecer un desperdicio de oportunidades. En este texto existen dos protagonistas con los dones suficientes para sostener firme y fuerte una relación: la relación de Dios con los hombres y las relaciones matrimoniales.

 

Relación de Dios con los hombres

Todo el amor incondicional de Dios, su fidelidad, su ternura, su misericordia direccionan el camino de un matrimonio. Toda su profundidad y trascendencia están disponibles para cada persona y por lo mismo es importante valorarlo y respetarlo.

 

Los padres suelen pedir la bendición para sus hijos. En este caso los niños son imagen de humildad y confianza. El corazón limpio de un niño para relacionarse con su padre es el modelo moral para un esposo o una esposa. Así, Dios eleva el sentido del matrimonio, es digno no sólo por la norma, sino por ser el propósito del mismo Dios: unión de amor y compromiso muto. 

 

Relaciones matrimoniales

Se unieron por amor, para toda la vida. En este punto radica la importancia de la catequesis matrimonial. Los novios suelen moverse en torno a las hormonas y la notoriedad pública, trampas futuras de violencia e infelicidad. Las preguntas que vengan en torno al divorcio ya son manotazos en la piscina de la decepción; en todos los casos son tristes, pero necesitan seguir la vida. El hedonismo, el relativismo, egoísmo, han convertido las relaciones en frías e irrespetuosas.

 

Los divorciados suelen decir que fue mejor así para evitar violencia y desacuerdos. Jesús lo define “Dureza de corazón”. En el fondo del corazón las aguas turbulentas han dejado barro y piedras, la podredumbre convierte al agua en insalubre. La lozanía de la juventud ha descuidado la inocencia de los niños, la fidelidad de Dios, la humildad de Jesucristo, el amor sagrado, el respeto humano.

 

La gran terapia matrimonial

Para las terapias matrimoniales hay un punto lanzado por Jesucristo: el corazón, el amor. El corazón palpitando en la fuente de la Creación de Dios: el hombre y la mujer están llamados a ser una sola carne, en una unión indivisible (Génesis 1, 27 y 2, 24). Más allá de que las parejas piensen en cuánto pierden o ganan por el contrato legal que han firmado o el qué dirán de la gente que los conoce, está el compromiso ante Dios.

 

Entonces, la unión de amor y compromiso mutuo tiene implicaciones, por ejemplo, el valor humano, los comportamientos sinceros, la transparencia económica, la corresponsabilidad en toda dimensión. Las palabras de amor verdadero alejan todo tipo de manipulación; pues ésta arrastra miedos, traumas.

 

Al respecto, al final de la película “romper el círculo” (“It end with us”), Lily Bloom (Blake Lively) está en la cama del hospital y con su bebe recién nacida en brazos, pregunta a su esposo que le pide la reconciliación: ¿Qué le aconsejarías a tu hija si te cuenta que su esposo la manipula, la golpea? El esposo responde: “Le pediría que lo deje inmediatamente”. Esta respuesta es un sí al divorcio civil. De acuerdo al psicólogo Farid Dieck, durante la trama del drama romántico hay “banderas rojas” lanzadas: él le confiesa su amor y evita que ella tenga una buena relación con su mamá, él bebe licor y se convierte en violento, ella justifica sus reacciones violentas, ella cree que puede cambiar y no presta atención a lo que le dice la propia familia.  O rompemos el círculo o los patrones nos rompen a nosotros.

 

El matrimonio de acuerdo al plan de Dios es para la felicidad y la santidad. Pero, cada persona debe estar atenta a las “banderas rojas” lanzadas por los comportamientos. Hombres y mujeres evitemos la violencia y revaloremos el amor.

 

Palabra del papa Francisco

La ruptura de una relación conyugal genera mucho sufrimiento debido a la decepción de tantas ilusiones; la falta de entendimiento provoca discusiones y heridas no fáciles de reparar. Tampoco a los hijos es posible ahorrarles el sufrimiento de ver que sus padres ya no están juntos. Aun así, no dejen de buscar ayuda para que los conflictos puedan superarse de alguna manera y no causen aún más dolor entre ustedes y a sus hijos. El Señor Jesús, en su misericordia infinita, les inspirará el modo de seguir adelante en medio de tantas dificultades y aflicciones. No dejen de invocarlo y de buscar en Él un refugio, una luz para el camino, y en la comunidad eclesial una «casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 47).

(Carta del papa Francisco, 26 de diciembre de 2021)


Oración

San José, guardián de Jesús y casto esposo de María, 

tú empleaste toda tu vida en el perfecto cumplimiento de tu deber,

mantuviste a la Sagrada Familia de Nazaret con el trabajo de tus manos.

Protege bondadosamente a los que recurren confiadamente a ti.

Tú conoces sus aspiraciones y sus esperanzas.

Se dirigen a ti porque saben que los comprendes y proteges.

También conociste pruebas, cansancio y trabajos.

Pero, aun dentro de las preocupaciones materiales de la vida,

tu alma estaba llena de profunda paz

y cantó llena de verdadera alegría por el íntimo trato que goza con el Hijo de Dios,

el cual te fue confiado a ti a la vez que a María, su tierna Madre.

Ayúdanos a comprender que no estamos solos en nuestro trabajo,

a saber descubrir a Jesús junto a nosotros, a acogerlo con la gracia

y custodiarlo con fidelidad como tú lo hiciste.

Obtén que en nuestra familia todo sea santificado

en la caridad, en la paciencia, en la justicia y en la búsqueda del bien.

Amén.

(San Juan XXIII)

 

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 10, 2-16

En aquel tiempo, acercándose unos fariseos, preguntaban a Jesús para ponerlo a prueba:
«¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?».

Él les replicó:
«¿Qué os ha mandado Moisés?».

Contestaron:
«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».

Jesús les dijo:
«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.

Él les dijo:
«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».

Acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban.

Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:
«Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él».

Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.

Pintura

Jerónimo Ezquerra

Los desposorios de la Virgen y San José s.f.

  • Óleo sobre lienzo

    52,2 x 41 cm  / CTB.2016.148.2

    © Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga