sábado, 30 de noviembre de 2024

I Domingo de Adviento (C): signos de Esperanza y amor

Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación

 

Jesús vendrá y nos debe alegrar, no tener miedo. El primer domingo de Adviento es una invitación a mantener la esperanza firme en Jesús que viene a liberarnos.

 

Virgen de la esperanza

Virgen de la Esperanza con ángeles músicos. Juan Sariñena (Aragón, 1545 - València, 1619)

© Museo de Bellas Artes de Valencia


I Domingo de Adviento

Año litúrgico 2024 - 2025 - (Ciclo C)

 

 

Iniciamos el primer domingo de Adviento. El tiempo de adviento sirve para ejercitar la esperanza, la fe y la caridad como preparación para celebrar mejor el Nacimiento de Jesucristo, la Navidad. Así, el misterio de la Encarnación cobra vida en nuestra existencia.

 

¿Cómo mantener la esperanza a pesar de que no podemos controlar la naturaleza?

Si le das una ojeada al mapa de desastres naturales y artificiales del planeta te sorprenderá, el Apocalipsis queda patentado, desde terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas, hasta zonas de riesgo biológico o acercamientos de asteroides a la Tierra. Es decir, los signos cósmicos pueden ser monitoreados, pero no controlados. Por ejemplo, la inundación más devastadora conocida es la del río Misisipi (1927) en Estados Unidos, el desborde del Río Amazonas en 1953, las inundaciones de la DANA en España (2024) entre otras generaron controversias sobre la prevención.

 

Ante estos fenómenos no podemos dejarnos arrastrar por la desesperación y el miedo. Es la oportunidad para fortalecer la esperanza. Los fenómenos traen consigo un cambio radical en el orden del mundo.  Entonces, si todo lo creado está bajo el dominio de Dios significa que debemos confiar en su promesa, leer los signos temporales y agradecer por el aire, el sol, el agua, la tierra, etc que Dios nos ha dado para ser administradores prudentes y respetuosos.Humildemente necesitamos prevenir los desastres en nuestras relaciones, especialmente con Dios.

 

¿Cómo mantener la esperanza en medio del caos humano?

Las catástrofes en realidad son imágenes de la maldad que corroe nuestro corazón. A propósito, el Documento Final del Sínodo de Obispos, publicado en octubre de 2024, señala las conversiones en las relaciones. Cómo evitar las relaciones catastróficas con uno mismo, con el prójimo y con Dios. Estas mismas relaciones pueden trastornar la relación con la naturaleza.

 

Ejemplos de ello los tenemos a la mano: nuestras relaciones turbulentas con las personas, la intolerancia, la falta de respeto. Las guerras. La clase política altamente capacitada para robar y matar, salvo poquísimas excepciones. Los sistemas educativos jalados a la ignorancia práctica. 

 

Lo inútil de todo ello es que las relaciones turbulentas tienen consecuencias más allá de las ojeras y la panza, el estrés, las enfermedades crónicas y en lo más profunda del alma la falta de paz, mucha amargura, dolor, impotencia. El caos se va generando porque el sujeto roto se va alejando progresivamente de Dios, de su familia, de sus amigos. La violencia solapada es como una pesadilla y se necesita más vigilancia en las palabras, las acciones, los gestos, las expresiones. Pero, la vida según el evangelio traspasa el autocontrol personal. Dios puede sondear el alma humana, sanar las grietas escondidas, restaurar el brillo opacado.

 

¡Mi alma espera en ti Señor!

Han comenzado a suceder estas cosas catastróficas, Jesús pidió a sus discípulos que levanten la cabeza porque se acerca la liberación. Así, mientras que otros tiemblan de miedo, los creyentes tienen razones para esperar con confianza. También se puede decir que nacerá el niño Jesús para liberarnos de las fuerzas opresoras, la fe para darnos la capacidad de vivir con esperanza activa, conscientes de que Dios está actuando incluso en medio de la crisis.

 

El llamado es a la vigilancia y a la oración. "Tengan cuidado, no sea que sus corazones se entorpezcan por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida".  Los momentos de oración son de gran intimidad con Dios, es un diálogo sincero y sanador. Dios escucha nuestras plegarias, nos acompaña en los momentos más turbulentos. 

 

La venida de Dios en esta navidad nos encuentre en medio de la crisis, pero con esperanza firme, con preocupaciones, pero no al margen del amor, con muchos desafíos pero sabiendo que contamos con su ayuda y presencia; en todo, Dios tiene la última palabra.

 

Palabra del papa Francisco

Es la oración la que mantiene encendida la lámpara del corazón. Especialmente cuando sentimos que nuestro entusiasmo se enfría, la oración lo reaviva, porque nos devuelve a Dios, al centro de las cosas. La oración despierta el alma del sueño y la centra en lo que importa, en el propósito de la existencia. Incluso en los días más ajetreados, no descuidemos la oración. Ahora estaba viendo, en el programa “A su imagen”, una bella reflexión sobre la oración: nos ayudará verla, nos hará bien. La oración del corazón puede ayudarnos, repitiendo a menudo breves invocaciones. En Adviento, acostumbrémonos a decir, por ejemplo: "Ven, Señor Jesús". Solo eso, pero decirle: “Ven, Señor Jesús”. Este tiempo de preparación para Navidad es hermoso: pensemos en el pesebre, pensemos en la Navidad, y digamos con el corazón: “Ven, Señor Jesús, ven”. Repitamos esta oración a lo largo del día y el ánimo permanecerá vigilante. “Ven, Señor Jesús”: es una oración que podemos repetirla tres veces, todos juntos. “Ven, Señor Jesús”, “Ven, Señor Jesús”, “Ven, Señor Jesús”.


Ángelus, 28 de noviembre de 2021 | Francisco

 

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 21, 25-28. 34-36

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».


Pintura: 

Virgen de la Esperanza con ángeles músicos. Juan Sariñena (Aragón, 1545 - València, 1619)

© Museo de Bellas Artes de Valencia

domingo, 24 de noviembre de 2024

XXXIV Domingo del tiempo ordinario (B): La solemnidad de Jesucristo Rey del universo

«Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz»

El diálogo entre Jesús y Pilato sobre la verdad y el reino. Los temas actuales de esta vida son la verdad y el reino, las falsas acusaciones de los líderes religiosos, y el falso poder del líder político.


Juicio de Pilato  Pilato lavándose las manos   


XXXIV Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2023 - 2024 - (Ciclo B)

 

Un rey que testimonia la verdad responde a un rey que es signo de mentira y esclavitud. El rey creador de este mundo le aterriza a un rey que quiere dominar el mundo pequeño. El rey de la paz habla del cielo a un rey violento. Pilato se debió sentir perdido en un pueblo que lo odia y ante un judío que le dice ser escuchado por quienes aman la verdad de Dios.

 

Pilato

A Jesús le han acusado de hacerse llamar “rey” lo cual para el derecho romano es penado con la muerte. Pilato se niega a juzgar, pero debe examinar y encontrar razones para mandarlo matar. Pilato entiende el “reino” en términos meramente políticos, y si alguien se proclama rey comete el reato de lesa majestad.

 

Pilato es sólo una pieza del ajedrez de la mentira, como las acusaciones de considerarse “Mesías”, la burla de los soldados, los gritos populares “crucifícalo”; en el camino de la pasión se le va restregando al ser humano sus capacidades para mentir, juzgar, matar, huir, etc. En los escenarios de la mentira la verdad debe ser apagada, escondida, crucificada. En cada corazón codicioso y plagado de maldad anidan el desamor, la violencia. Llega a obsesionarse por defender ciegamente la mentira, a maquillar de legal su poder.

 

Jesús

El profeta judío está ante Pilato, antes de la pasión en la cruz. Su poder divino no busca conquistar tierras ni dominar los imperios. No tiene ejército, sólo discípulos armados con su Palabra. En un contexto de deshumanización y esclavización resuenan sus enseñanzas por liberar, por humanizar, por poner en el centro su predilección por los débiles de “este mundo”. 

 

“Yo soy rey” es una afirmación clara y la explica de inmediato. Vincula a la verdad como un mensaje claro de parte de Dios para con su pueblo. Jesús es el testimonio de la verdad, a dar a conocer el sentido de la vida iluminada por Dios. Pilato está cuestionando a la Verdad misma sin saber que la tiene al frente, no necesitaría preguntar más. 

 

En este día, en honor a la verdad, supera las tentaciones de las aparentes verdades que traen la muerte. Vayamos más allá de la curiosidad de Pilato y del reino de este mundo, allá donde el amor y la paz son verdaderas luces para nuestra existencia. Si al menos hoy dejamos que Dios nos hable su verdad, si buscamos escuchar su voz, si amamos como Dios manda, …

 

Palabra del papa Francisco

Jesús hoy nos pide que dejemos que Él se convierta en nuestro rey. Un Rey que, con su palabra, con su ejemplo y con su vida inmolada en la Cruz, nos ha salvado de la muerte, e indica —este rey— el camino al hombre perdido, da luz nueva a nuestra existencia marcada por la duda, por el miedo y por la prueba de cada día. Pero no debemos olvidar que el reino de Jesús no es de este mundo. Él dará un sentido nuevo a nuestra vida, en ocasiones sometida a dura prueba también por nuestros errores y nuestros pecados, solamente con la condición de que nosotros no sigamos las lógicas del mundo y de sus «reyes».

 

(Ángelus, 25 de noviembre de 2018).

 

 

Lectura del santo Evangelio según san Juan 18, 33b-37

En aquel tiempo, Pilato dijo a Jesús:
«¿Eres tú el rey de los judíos?».
Jesús le contestó:
«¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?».
Pilato replicó:
«¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?».
Jesús le contestó:
«Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí».
Pilato le dijo:
«Entonces, ¿tú eres rey?».
Jesús le contestó:
«Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».

sábado, 16 de noviembre de 2024

XXXIII Domingo del tiempo ordinario (B): “Signos de esperanza y preparación: Viviendo con los ojos puestos en la eternidad”

"El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán"

 

El discurso escatológico del Evangelio según San Marcos busca describir los signos que anunciarán la llegada gloriosa de Jesús. Los diferentes signos cósmicos están fuera del control de los hombres, y solo en las manos de Dios, como el tiempo, el mundo y nuestras vidas.

 

La creación

Michelangelo - Creation of Adam (cropped)


XXXIII Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2023 - 2024 - (Ciclo B)

 

Recrear el mundo está en las manos de Dios. Nosotros vemos las hojas de la higuera, las nubes, el amanecer y el atardecer; sentimos el frío y el calor; experimentamos la alegría y la tristeza.


Estar preparados ante los signos cósmicos

No todo el tiempo es primavera y por ello nos preparamos para el invierno, el otoño y el verano. Seríamos incautos si no abrimos  las ventanas de la habitación durante el verano y como una llamada a la pulmonía si las dejaríamos abiertas durante el invierno. Y no todo el globo terráqueo vive al mismo tiempo la frescura del mar en el verano, ni ve caer copos de nieve en el invierno.

 

En Europa, a mediados de noviembre se usa ya la calefacción para enfrentar los 7 grados de temperatura descendente. Pero, la naturaleza tiene más sorpresas que le permite al hombre sobrevivir, ojalá las campañas ecológicas llevaran a equilibrar los problemas de contaminación. El hombre más parece un destructor que un administrador probo de la “casa común”. Pero hay signos de esperanza, por ejemplo, los jóvenes voluntarios para ayudar a las personas que le perdieron todo a causa de una DANA que causó inundaciones en Valencia y otras ciudades. Han perdido carros y casas, pero tienen la oportunidad de superar lo transitorio, de ver el mundo con ojos de lo eterno. Es decir, los signos cósmicos nos han infundido esperanza, un signo de que en el corazón humano va latiendo la bondad originaria, el ágape, el amor, el soplo de Dios.

 

Cuando el sol oscurezca no reflejará la luna, no tendremos flores y moriremos de frío. Cuando caigan las estrellas nuestro planeta desaparecerá. Los planetas y sus movimientos están en las manos de Dios. En tus manos/ decisiones están mejorar la vida, mirar los valores eternos, abrazar a tu hermano, ser una vitamina para la vida de los demás. Al final triunfará el amor, la justicia, Dios.

 

¿Dónde está Dios?

Seguir los movimientos de Dios requiere de mucha atención, preparación, oración. Dios ya está en tu vida, se hará más explícito si lo exiges, pero no se somete a tu cronómetro, ni a tu agenda. Pero de que viene, viene, ni lo dudes, porque cumple su Palabra. Si supiéramos cuándo viene limpiaríamos la casa, compraríamos un buen vino, buscaríamos estar presentables y tener una conversación interesante. Pero como esos datos ignoramos, perdemos el control. Por qué no preparar ya sin importar cuándo venga.

 

La esperanza conlleva alegría, ilusión, sueños. ¿Cuándo se enfrío en nuestra vida? Obsesivos, cada día es más difícil esperar. Las desilusiones son dones calientes servidos en nuestro menú para abrirnos a la verdad. El camino es más seguro cuando se cree en la Palabra que permanece firme, aunque el cielo estalle y el sol desaparezca. La esperanza vivida permite saber que Dios tiene lenguajes por descodificar, noticias por anunciar, sonrisas por celebrar, signos por expresar. Si una hoja verde está naciendo en un aparente tronco seco de higuera anuncia la flor primaveral, así es posible que una palabra tuya con la frescura del germen del amor también anuncie el calor familiar, el sentido de vivir juntos, la alegría de querernos, el gozo de lo eterno. En consecuencia, entre esperanza y fe, entre afecto y amor, entre cercanía y fraternidad, está Dios acá en tu vida cotidiana con una visión de la vida eterna. Dios ayer, hoy y siempre, trabajamos por el mundo presente con los ojos puestos en la eternidad, en la construcción urgente del Reino de Dios.

 

Si los fenómenos de la naturaleza están controlados por Dios, seguramente no le será difícil mejorar mi vida. Allí tienes un motivo para sonreír y orar en este día. San Marcos ve cómo Jesús mira a sus discípulos, a los pobres, a los enfermos y a quienes están al borde del camino y de la muerte. La mirada De Dios puede llegar por medio de tu alma a los ojos de las personas más cercanas.

 

Palabra del papa Francisco

 

Cuando no sé qué hacer, cómo tomar una decisión definitiva, una decisión importante, una decisión que implica el amor de Jesús, ¿qué debo hacer? Antes de decidir, imaginemos que estamos ante Jesús, como al final de la vida, ante Él que es amor. Y pensando allí, en su presencia, en el umbral de la eternidad, tomemos la decisión para el hoy. Así tenemos que decidir: siempre mirando la eternidad, mirando a Jesús. Quizá no sea la elección más fácil, la más inmediata, pero será la buena, eso es seguro. 

(Ángelus, 14 de noviembre de 2021)


 

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 13, 24-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«En aquellos días, después de la gran angustia, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán.
Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y gloria; enviará a los ángeles y reunirá a sus elegidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
Aprended de esta parábola de la higuera: cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros que esto sucede, sabed que él está cerca, a la puerta. En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto al día y la hora, nadie lo conoce, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre».

sábado, 9 de noviembre de 2024

XXXII Domingo del tiempo ordinario (B): "El valor de la autenticidad: dos Viudas, dos ejemplos de fe y generosidad radical"

Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta viuda, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir

La humildad y la generosidad de las viudas pone en evidencia la superficialidad de la fe y la religión de quienes buscan poder y prestigio.

viuda de Sarepta

Resurrección del hijo de la viuda de Sarepta. Cuadro de Louis Hersent

 

XXXII Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2023 - 2024 - (Ciclo B)

 

Dos viudas confiadas y generosas al extremo son modelos para ver, juzgar, actuar y celebrar nuestra forma de vivir.

-       Una viuda estaba recogiendo leña para tostar el último pan que tienen para comer ella y su hijo. Elías llega y le pide un poco de agua y pan, la viuda le da el último pan que tenía para sobrevivir junto a su hijo. Sarepta, s. IX a.C. vivía un tiempo de sequía y hambre. (cfr. Re 17, 10-16)

-       Una viuda fue a dar su ofrenda en el templo. También la gente rica echaba su ofrenda. Jesús observa, analiza y concluye que las dos monedas de la viuda servían para que ella sobreviva y así se convierte en la ofrenda agradable a Dios. Palestina, año 30, se realizaba la “purificación del Templo de Jerusalén” (cfr. Mc 12, 38-44).

 

Aunque las historias son semejantes al tratarse de las viudas como signo de pobreza, abandono, ‘insignificantes’, en palabras actuales, ‘desechables’, tienen diversos significados.

 

Dios se vale de los sencillos

Dios muestra la fidelidad y seriedad de su palabra-promesa a los hombres por medio de una viuda que está a punto de morir de hambre. El hambre en dicha situación impacta en un niño inocente. Esta es la situación de millones entre las guerras y países que viven las injusticias. ¿Cómo ser un profeta Elías para poder despertar la confianza en la providencia divina? No parece lógico compartir el último seguro de vida esperando que se cumpla la promesa del Señor: no se agotará la harina ni el aceite para una mujer con poco pan y mucho corazón. Por ello, la viuda tiene una fe extrema. Al final de la sequía y la hambruna comprenderá que no se agotó el pan y el aceite. Entonces, Dios, desde el corazón de los humildes es capaz de obrar maravillas en abundancia.


Sarepta es una región extranjera, una viuda marginada por el pueblo elegido, no califica para ser hija de Dios. El niño huérfano ya ni siquiera sirve para las estadísticas. La historia destaca el largo alcance del amor y la misericordia de Dios, cuida de los suyos y no olvida a los extranjeros, a los migrantes, a los marginados. En este evento, de hace un milenio antes de Cristo, ya se esboza la universalidad de la salvación. El profeta Elías y la mujer confían mutuamente en la providencia de Yahvé.

 

El año 30, ante los ojos de Jesucristo una viuda echa dos monedas de un valor desproporcionado para cubrir necesidades económicas y para el juicio de Jesús. Los ricos quieren más, la simonía no tiene escrúpulos, y las necesidades creadas suelen pesar más que las necesidades reales y auténticas. A gritos, Jesús está orientando en la necesidad auténtica de la intención de la ofrenda, del corazón puro, de procurar desprenderse de aquello que es útil y necesario para agradar a Dios y no a los hombres. Otra vez, la insignificante viuda, sin valor utilitarista, supera la arrogancia del ‘dar’, de la ofrenda opulenta. Es la autenticidad versus la superficialidad.

 

La ofrenda ambiciosa

Si contamos la historia diferente, en que un rico ofrece monedas de mucho valor, el sonido del bronce alegra sus oídos y recibe aplausos de los demás. La “sala del tesoro” mostraba las grandes ofrendas de los ricos. Parte de estos tesoros ayudaban a los pobres, pero no era dirigidos a solucionar la pobreza. Pudieron también hacer la dinámica de benefactor con tarjeta de oro, de plata, de lata, etc. Pobres ricos que usan sus monedas para buscar los favores de Dios, y grandes mentirosos los que se acercan a los ricos por sus monedas a cambio de ‘milagros’.

 

El ser ambiciosos y codiciosos nos invade a todos. Pobres y ricos, queremos capitalizar todo, desde el agua, el aire, el fuego, la tierra. En la estructura religiosa y civil la ambición va desnaturalizando el amor al prójimo, el cuidado del bien común. La lacra humana suele hacer de rectitud moral, legitimidad política y ejemplaridad cívica y a la misma vez robar a las viudas y niños huérfanos. Cómo comprender tanto descuido en el cuidado de los bienes comunes. Cómo presentarse ante Dios sabiendo que las dos monedas de miles de viudas y huérfanos vayan a terminar en la opulencia de sus pastores. Los robos y profanaciones afectan la fe y la confianza, están en el ojo de Dios.

 

La mirada de Jesús

Jesús está con sus apóstoles y les está diciendo: ojo, quién da mejor ofrenda. Es una pedagogía en contexto y en tiempo real, despierta el análisis crítico de sus discípulos. Observan los vestidos de marca, actitudes presuntuosas, colores, cantidad de monedas de los ofertantes, unos más generosos que otros. No les pide que sumen. Tampoco que vayan a saludarlos y pedir su WhatsApp. Les da la enseñanza y les deja en observación del cáncer de la humanidad: la codicia, profanación, dominación, distorsión del culto, falsedad. En esta situación Jesús es radical, el remedio debe desinflamar el orgullo y desinflar los aires soberbios. Las palabras de Jesús se concentran en la intención de la persona y en la confianza auténtica del ofrecer a Dios. 

 

La mirada de Jesús se concentra en la ofrenda de la viuda, porque trae luz de autenticidad. Una mujer oprimida paga impuestos y regala ofrendas desde su miseria. Desechada de la convivencia social por ser abandonada y sola, pero con el corazón en un Dios samaritano. Llena de fe para mostrar el embuste del culto. Su mandil desteñido es fruto de su sacrificio ante la arrogancia de los vestidos lujosos. Se despoja de su única riqueza material con la intuición de Cristo, se despoja de su riqueza y pobreza para hacernos dignos ante Dios. Desde la pobreza humana paradójicamente también puede gozar de la riqueza divina. Es la anciana que puede estar en tu casa y su corazón es capaz de perdonar la ingratitud y el robo, la burla y la violencia, el chantaje de abandono y la impaciencia ante su lentitud.

 

La estrategia de Jesús es mirar, destacar aquello importante para predicar la autenticidad de su evangelio, analizar la situación, y darte pistas claras de una actuación para emprender un camino de comunión con Dios, una senda salvífica clara. Entonces, es un desafío para cada uno de nosotros, cuáles son nuestras prioridades para vivir una fe auténtica, qué es el centro de nuestras acciones, la humildad y sinceridad en nuestras interacciones. Sin duda, Dios conoce nuestro corazón y valora nuestro sacrificio y confianza, dos monedas de amor bastan para el corazón generoso de Dios.


Conclusión: cómo el sacrificio auténtico y la generosidad desinteresada de las dos viudas en el Antiguo y Nuevo Testamento son modelos de fe genuina y confianza en Dios. También subraya el contraste entre la humildad de sus ofrendas y la superficialidad de quienes buscan reconocimiento a través de la opulencia. Así, invita a reflexionar sobre nuestras propias prioridades y sobre vivir una fe que esté fundamentada en la autenticidad y el amor verdadero.

Palabra del papa Francisco

Jesús indica a esa viuda pobre y generosa como modelo a imitar de vida cristiana. No sabemos su nombre, pero conocemos su corazón —la encontraremos en el Cielo y seguramente iremos a saludarla—, y eso es lo que cuenta ante Dios. Cuando nos sentimos tentados por el deseo de aparentar y de contabilizar nuestros gestos de altruismo, cuando estamos demasiado interesados ​​en la mirada de los demás pensemos en esta mujer y, —permitidme las palabras— cuando nos pavoneemos, pensemos en esta mujer. Nos hará bien: nos ayudará a despojarnos de lo superfluo para ir a lo que realmente importa, y a permanecer humildes.

¡Que la Virgen María, mujer pobre que se entregó totalmente a Dios, nos sostenga en el propósito de dar al Señor y a los hermanos, no algo nuestro, sino a nosotros mismos, en una ofrenda humilde y generosa!

Ángelus, 11 de noviembre de 2018 | Francisco

 

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 12, 38-44

En aquel tiempo, Jesús, instruyendo al gentío, les decía:
«¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas y aparentan hacer largas oraciones. Esos recibirán una condenación más rigurosa».
Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante.
Llamando a sus discípulos, les dijo:
«En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».


Pintura: 🎨

Resurrección del hijo de la viuda de Sarepta

La resucitación del hijo de la viuda de Sarepta es un milagro del profeta Elías registrado en la Biblia hebrea1 Reyes 17, que tiene lugar en la ciudad fenicia de Sarepta.

sábado, 2 de noviembre de 2024

XXXI Domingo del tiempo ordinario (B): "Amor y egocentrismo: Cuando el reflejo nos aleja del prójimo y de Dios"

 No estás lejos del reino de Dios

 

La vivencia de los mandamientos hace posible una convivencia veraz, pacífica, humana y divina. Es importante cumplir con Dios pero sin olvidar a los demás, y en comunión con los demás sin perder la comunión con Dios.


Mandamientos De Dios


 Rembrandt Harmensz. van Rijn 079


XXXI Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2023 - 2024 - (Ciclo B)

 

Yo, no estoy lejos del Reino de Dios. Tengo amor, quiero el bien, anhelo la felicidad, busco el éxito, trabajo para progresar. En mi vida el amor está presente, muchos concentran su admiración en las cosas que hago y digo. Tengo la atención y dedicación de quienes me rodean, algunos casi satisfacen mis expectativas. Y es que merezco lo mejor y no me conformo con menos, si me siento triste o brotan mis miedos entonces quién me acompañe no debe ignorarlos. No acepto la envidia de los demás expresada en críticas inaceptables, si no me dan la razón es porque no ven las cosas con claridad. Mi frágil corazón necesita del amor inmediato, no tengo tiempo para perder con problemas de otros, bastante tengo con los míos. Y no entiendo por qué la gente se molesta, si sólo soy sincero. En último caso quien no cumple con las exigencias le retiro mi cariño y mi interés. Se trata de valorarse primero, de amarse primero, de cuidarse primero, "Todo el mundo debería aspirar a ser como yo".

 

¿Desde cuándo confundimos el amor con egocentrismo?

Es muy inteligente el escriba al remitirse al mandamiento principal de la Ley de Dios. Rompe con las características de los escribas que plantean preguntas tramposas. Éste, Repite y amplía los mandamientos principales, con la disponibilidad tácita a superar la auto-referencialidad, aclara que el amor a Dios y el amor al prójimo son inseparables. Entonces, el óxido de amor propio corroído por el orgullo es roto por una estructura cristiana del amor, del ser humano a Dios y al ser humano.

 

Para vivir un amor genuino, una persona egocéntrica necesita aprender a salir de sí misma y descubrir el valor de la empatía. La reciprocidad y la entrega. El egocentrismo suele tener el piso resbaladizo, no es como la seguridad y lucidez para avanzar en la fe y la caridad. Es el falso camino de empoderamiento que pone a los otros siempre en segundo lugar. El evangelio no habla del “amor a sí mismo” porque sería la bomba atómica destructora de familias, comunidades y toda presencia humana envenenada por sus ondas expansivas.

 
Amarme a mí mismo como a mi prójimo

Retomemos el “no estás lejos del Reino de los Cielos”, Jesús reconoce en el escriba un conocimiento suficiente de la Sagrada Escritura, pero le deja claro que la vida misma con Dios y con los seres humanos te lleva al Cielo. Dios te lleva al cielo, tú pones tu corazón, alma y vida, pero no vas solo al cielo. Es el problema de una persona egocéntrica: no se preocupa por el bienestar de otra persona y busca en el amor un espejo que realce su propia imagen; el amor no se basa en la reciprocidad sino en la satisfacción de sus expectativas; idealiza la relación en función de cómo la hace sentir, ignorando las necesidades y realidades del otro; no acepta críticas o límites y limita su crecimiento y la empatía necesarios para una relación genuina y sana; busca gratificación inmediata y se desvincula emocionalmente de quien le pide esfuerzo; condiciona sus afectos por medio de normas y frases que la ubican como víctima, el amor incondicional desaparece. La ruta real del amor es en dos vías, no en un solo sentido: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”

 

“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas” 

En este amor se involucran a todas las dimensiones del ser humano: corazón, alma, mente y fuerzas. No es un amor parcial ni un sentimiento pasajero; es un compromiso integral y profundo que abarca la voluntad, los pensamientos y la acción. Al situar el amor a Dios en este nivel, Jesús revela la relación íntima que Dios quiere establecer con cada persona.

 

“Ama a tu prójimo como a ti mismo”

Amor a Dios, amor al prójimo, amor con todo mi corazón, alma, espíritu, fuerzas, etc. Esta ecuación inicia con Dios y no es auténtico amor si no se relaciona con el prójimo; y el amor al prójimo no puede prescindir del amor a Dios. Si faltan Dios o el prójimo en la vida y en el amor entonces la persona comienza su crisis humana, de fe, existencial. Pueda que sea exitosa profesionalmente, pero en lo profundo de su vida es un mar de lágrimas, una isla, una burbuja fácil de pinchar. Esto es lo paradójico, prescindir de Dios para ser víctimas de otras burbujas o sujetos rotos, es una vida miserable.

 

El argumento central de Los Miserables, de Victor Hugo, se centra en la búsqueda de la justicia y misericordia en un contexto de pobreza, marginación y opresión social en la Francia del S. XIX. Jean Valjean ha sido condenado por robar pan, tras cumplir su larga condena intenta rehacer su vida; Pero Javert, inspector rígido, la ley sin piedad, ve a Valjean únicamente como un criminal, incapaz de su transformación moral. Victor Hugo va mostrando en su obra cómo el amor y la bondad son fuerzas transformadoras que permiten a los personajes luchar contra las adversidades, resaltando el valor de la compasión y la esperanza para superar la miseria personal y social.

 

En conclusión, tenemos un camino que recorrer de la mano de Dios y del prójimo, el mandamiento central es el amor. Podemos ser felices sirviendo al prójimo en nombre de Dios y amando a Dios respetando en el prójimo su dignidad de hijo de Dios. 

 

Palabra del papa Francisco

Dios, que es amor, nos creó por amor y para que podemos amar a los demás permaneciendo unidos a Él. Sería ilusorio afirmar que amamos a nuestro prójimo sin amar a Dios; y sería igualmente ilusorio pretender amar a Dios sin amar a nuestro prójimo. Las dos dimensiones del amor, a Dios y al prójimo, en su unidad caracterizan al discípulo de Cristo. ¡Que la Virgen María nos ayude a recibir y a dar testimonio de  esta enseñanza luminosa en la vida cotidiana! 

Ángelus, 4 de noviembre de 2018

 


Lectura del santo Evangelio según San Marcos 12, 28b-34

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús:
«El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos».
El escriba replicó:
«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
«No estás lejos del reino de Dios».
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.


Pintura: 🎨

Rembrandt Harmensz. van Rijn 079

Moisés rompiendo las Tablas de la Ley es una pintura al óleo sobre lienzo realizada en 1659 por Rembrandt.1

La obra está firmada y fechada "REMBRANDT F. 1659." y se representa a Moisés con las tablas de la ley por encima de su cabeza, con los mandamientos escritos en hebreo (el artista fue ayudado seguramente por amigos judíos).2