domingo, 14 de septiembre de 2025

Exaltación de la Santa Cruz (C): “La noche de Nicodemo y la luz de la cruz”

"Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él"


En una fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, el Papa Francisco advirtió recordando que “la cruz es un misterio de amor” y que no puede haber “Cristo sin cruz” ni “cruz sin Cristo”. La cruz de Cristo es el camino de salvación, a nadie le gusta el dolor, pero es parte del camino de la vida.

Nicodemo
Christ talking with Nicodemus at night (Christus onderwijst Nicodemus)


Año litúrgico 2024 - 2025 - (Ciclo C)

El amor crucificado es glorificado

La noche de la conversación

Al caer la jornada, bajo el amparo de la noche, puede abrirse un camino: una luz al final del túnel. Aunque el corazón cargue oscuridades, la intuición busca la verdad. La noche inspira a poetas y místicos; aclara conflictos, fortalece decisiones. Para Nicodemo, sin embargo, la noche es un manto de anonimato: le protege de las críticas de sus compañeros de culto. Descubrirlo en diálogo con Jesús sería leña para la hoguera de la marginación. Pero, en esa oscuridad, la prudencia es iluminada por la luz de Cristo.

La conversación sobre la salvación

Jesús ofrece una cátedra de salvación: ya no es una serpiente de bronce la que sana, sino una cruz; ya no es un animal sacrificado el que salva, sino el mismo Hijo de Dios. En consecuencia, el camino de la salvación es Cristo.

Nuestra mirada en la serpiente o en Cristo

Nicodemo comienza a descubrir los signos de la salvación. Tú y yo también conocemos esos caminos, pero el desafío es recorrerlos. Admiramos la tradición cristiana, valoramos sus signos, pero a menudo nos resistimos a disipar nuestras oscuridades. La noche permanece cargada de dudas, pesares y tristezas. Falta valentía para iluminar las sombras y vencer la pereza espiritual. El riesgo es terminar confiando más en la serpiente que en Cristo.

El amor y el rechazo

He escuchado a psicólogos describir a los narcisistas: hacen creer que aman para manipular, calculan cómo dominar, disfrutan del sufrimiento ajeno, se irritan con los éxitos de los demás y siembran discordias en los campos de la paz. Conscientes de sus maldades, incluso las celebran, pero niegan su condición. Juegan con el amor y el rechazo como si fuese un entretenimiento, pero es una jaula peligrosa e insuperable.

Quizás te preguntes si alguna de estas actitudes no toca también tu vida, o si reconoces en otros tales rasgos. El mundo, cada vez más narcisista, se regodea en la guerra, pierde la compasión, posee toda la información pero actúa como ignorante. Este mundo, amado por Dios, rechazó al Hijo de Dios; recibió el amor y sin embargo lo crucificó.

Si Dios no vino a condenar sino a salvar, ¿qué te impide ser hoy motivo de salvación y no de condenación?

Feliz cumpleaños Papa Leon XIV

Que sigan vivas las esperanzas, la oración por la paz, el amor a los pobres y siga construyendo puentes de diálogo. 70 años al servicio y esperamos siga festejando muchos años más.

Palabra del papa Francisco

"¿El Cristo crucificado, para mí, es un misterio de amor? ¿Sigo a Jesús sin cruz, como a un maestro espiritual que sólo me llena de consuelos y buenos consejos? ¿O sigo la cruz sin Jesús, cayendo en un masoquismo espiritual? ¿Me dejo llevar por este misterio de descenso, de vaciamiento total y de elevación del Señor?".

El Papa concluye invitándonos a pedir en la oración: "Que el Señor nos dé la gracia, no de entender, sino de entrar en este misterio de amor, con el corazón, con la mente, con el cuerpo, con todo el ser. Y entenderemos, aunque sea un poco".

Vaticano, 14 de septiembre dee 2017

 https://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2017/documents/papa-francesco-cotidie_20170914_dos-tentaciones.html

Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:

«Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.

Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.

Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él».


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