El materialismo no es tan peligroso cuando por medio está la consideración y estima a la otra persona. ¿Acaso no te gustó que te traten como aniño dándote un regalito de navidad? ¿Si no te lo dieron, acaso no tienes actitudes de protesta?
Nos llega el 2010 y si quieres construir el amor, la virtud y tu talante personal debes seguir trabajando, cada día, aunque elijan el bien menor como presidente de la nación o tu ciudad sea una selva de elefantes blancos.
Incluso si este año fue tan “malo” no pierdas la esperanza, sé optimista. Si tendrías que huir y refugiarte, si te persiguen y vas al exilio, si te conviertes en emigrante en un país extranjero,… La familia de Jesús sufrió algo parecido.
Nació Jesús, tu familia se unió, somos capaces de mostrarnos solidarios cada día, el amor a los niños genera vida, paz, armonía. El año que viene será mejor, sin duda, será mucho mejor, porque Dios no nos abandonará, estará de nuestro lado.
Así como la piedra y la palabra insultante no se pueden borrar, los regalos se convierten en signos del amor, te evocarán, te trasladarán a momentos sacramentales, se impregnan en lo trascendente de tu vida. Vive la vida con gestos eternos, propios de los limpios de corazón.
DOCUMENTO DE APARECIDA
En el seno de una familia, la persona descubre los motivos y el camino para pertenecer a la familia de Dios. De ella recibimos la vida, la primera experiencia del amor y de la fe. El gran tesoro de la educación de los hijos en la fe consiste en la experiencia de una vida familiar que recibe la fe, la conserva, la celebra, la transmite y testimonia. (DA 118)