Habrás escuchado decir que el cristianismo va contra el ritmo del avance cultural, no te sorprendas, a Jesús lo mataron por criticar a su cultura.
Homilía VI Domingo de Pascua
Año litúrgico 2018 - 2019 - (Ciclo C)
"El que me ama guardará mi palabra..."
Lo central de su mensaje tiene que ver con el corazón, el amor, el santuario interior que todos tenemos. ¿Por qué no habló, Jesús, mejor de la escultura romana o de los diálogos griegos, de su tiempo? El evangelista San Juan muestra un auditorio carente de la limpieza de corazón, un mundo sin amor. ¿Se parece o no, en el fondo, a nuestro tiempo? Tremenda motivación: “Si alguno me ama (…), vendremos a él y haremos morada en él”
Ponte en el hipotético caso que un político fuera morada de Dios. Su santuario no sería la “impunidad”. Los santuarios de la ley no se habrían convertido en nido de ratas. El mundo que no ama no está interesado en su pueblo, aman el “cobre” no al pobre.
Amar a Dios tiene el reto de no reducirse a una ideología, usada con frecuencia por la política. Muchos pastores, en nombre de Cristo, actúan como Pilatos o Herodes, por conservar el poder son capaces de vender a sus propios hermanos, se olvidan de su pueblo.
Jesús, une el amor a la paz. Así como el amor cristiano no es de estúpidos, no es ideología, la paz tampoco es de resignados. Cada día podemos escuchar a los políticos engañando, sin evidencias de remordimiento de conciencia. Las redes sociales les llenan de criticas e insultos y ellos parece que nunca leen los comentarios. Qué paz puede existir en un corazón sin autoevaluación. Si amor y sin paz, la injusticia es su identificación, no “morada de Dios”.
Si amor y sin paz, sobre qué se podría dialogar. Y no te repito porque sean meras virtudes teologales o valores cristianos, sirven para todo ser humano que ama. En esos corazones invencibles, solo tienen cabida las pasiones individuales, parece que el Espíritu Santo debe esforzarse por “enseñar” y “recordar”, actualizar el primer amor, el derecho natural, la capacidad de ser mejores seres humanos; para Dios no hay nada imposible.
Jesús, manda su paz, “La paz les dejo, mi paz les doy”, pero ojo, “No la doy como la da el mundo”. Puedes describir la paz que te da el “mundo”, te propongo algunas: pasividad, indolencia, indiferencia, egolatría, incomunicación, lujuria, etc.
Te confieso, cada día me informo de la situación política en el Perú, ejecutivo y legislativo enfrentados, pero no dejan de cobrar. El ejecutivo carente de gestión y el legislativo carente de colaboración. Han cerrado sus proyectos sin amor ni paz por el pueblo; en justicia, deberían renunciar y largarse con algo de dignidad.
Todo cristiano es hombre de esperanza, y a eso te invito. No a esperar mirando el circo, sino a pensar, desde el hogar, cómo mejorar, qué hacer para que tus hijos sean cada día mejores seres humanos, sean esa morada del amor, de la justicia y la paz.
Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según San Juan 14, 23-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado ahora que estoy a vuestro lado; pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La Paz os dejo, mi Paz os doy: No os la doy como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir:
«Me voy y vuelvo a vuestro lado.» Si me amarais os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.
–El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado ahora que estoy a vuestro lado; pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La Paz os dejo, mi Paz os doy: No os la doy como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir:
«Me voy y vuelvo a vuestro lado.» Si me amarais os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.