Homilía y Reflexión

Homilía para "Reflexionar la vida terrena a la luz de la Sagrada Escritura"

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En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros

 

Todo gira en torno al amor de Dios a la humanidad, desde su creación sigue la historia del amor acompañando a la humanidad, se consuma este amor o llega a su glorificación en el momento de la muerte, y se sigue quedando en el amor como mandamiento para los unos con los otros. Es decir, el único distintivo de los seguidores de Jesucristo es que saben amar.

 


La Última Cena (Juan de Juanes)


V Domingo de Pascua

Año litúrgico 2024 - 2025 - (Ciclo C)  

 

 Mamá hablaba con las manos a la tierra indomable

Día de la madre
A las madres de mi tierra, en su día

Pencas, eucaliptos y zarzamoras surcaban el perímetro de aquella tierra indomable. Nadie se atrevía a cultivarla. El agua escapaba por grietas secretas, los ratones eran sus dueños invisibles y los perros vagos tendían el heno como si fuera su parque de diversiones.

Parecía condenada a vivir enredada entre gramas y tréboles. Hacia 1985, la cabecera del terreno aún pertenecía a don Jacobo. Renegaba con bastón en mano cada vez que cruzábamos unos metros de su parcela para alcanzar el canal de regadío. Desde su balcón, la vecina Lila —agricultora, ganadera, y buena amiga— nos pedía con fastidio que “quebráramos la acequia” porque el agua estaba inundando su casa. Protestaba, pero comprendía.


Entonces, unas manos de acero y un corazón indomable comenzaron a surcar pequeñas acequias, como arterias, para irrigar el cuerpo entero del terreno. A mamá se le unió su compañero de vida, pala en mano, para arrancar malas hierbas, alinear las zarzas y reducir el espesor de las pencas.


Mamá, como si realizara un antiguo ritual, esparcía cenizas y guano de cuy y conejo. Papá parchaba las porciones de tierra reseca con semillas de heno. Ambos sudaban “la gota gorda” algunas tardes. Al riego se sumaban los zorzales y ruiseñores, atraídos por las lombrices. Los ratones huían, convertidos en festín de los gatos techeros.


Y así, poco a poco, la tierra indomable comenzó a rendirse. Brotaron pastos más verdes. Muchas veces, mamá desaparecía de escena para llamarnos luego a disfrutar de un chocolate caliente con panes de yema que papá solía traer de Celendín.


Hoy, aunque mamá sigue mostrando su madera de roble y papá ha empezado a olvidar algunas melodías, esta historia de la tierra indomable es también la historia de cada madre que construye su hogar con sudor y lágrimas. Madres capaces de domar la tierra, la vida, a sus esposos y a sus hijos. Este es solo un reflejo del tesoro labrador, artesano, terapéutico que hay en cada una de ellas.


Si tienes una madre capaz de desafiar la maldita topografía de tus campos, las miradas rebeldes, o la mezquindad del tiempo, entonces también eres capaz de transformar tu
desierto en un paraíso de sapos, luciérnagas, babosas, aves, flores y hierbas aromáticas.


Hoy, abrázala. Bésale las manos de fierro, el rostro zanjeado por tus rebeldías, el cabello pintado por tantos pensamientos en silencio.
Y si ya la tienes en el cielo, recuerda que parte de ti habita ya en la eternidad, orando ante Dios por cada segundo de tu vida.


¡Feliz día a las madres!

¡Feliz día a las madres que hacen florecer hasta a la tierra más difícil!

"Yo y el Padre somos uno"

“Yo y el padres somos uno” podría semejarse a “In illo uno unum” ("En el único somos uno") que es el lema del Papa León XIV. Hoy se pide por las vocaciones, por las santas decisiones y por las madres que son las primeras catequistas en la iglesia doméstica de la casa.

 

El buen Pastor

«buen pastor» en las catacumbas de san Calixto.


IV Domingo de Pascua

Año litúrgico 2024 - 2025 - (Ciclo C)

La unidad de Jesucristo con Dios Padre

La unión expresada por Jesús es el modelo fundamental para todo pastor. Pastor se entiende como la persona que cuida en sentido amplio de sus ovejas. Se encarga de ver lo que las alimenta y los peligros que las amenazan. Pero, todo lo que implica ser pastor está sostenido en la unión con Dios. El pastor puede ser muy inteligente, pero si su corazón no está inundado de fe, si Dios no le es fundamental, entonces, las ovejas se convierten en carne y piel. Es el gran peligro de un pastor sin fe y con poca inteligencia, desnaturalizar su misión de pastor, tergiversar la comunión, el sentido de libertad, y en definitiva, el amor del mismo Dios.

 

La ventaja del pastor es que Dios da la confianza de que nadie le pueda arrebatar de las manos a sus ovejas. Pero el pastor necesita de esas capacidades que las madres suelen comunicar en la crianza, en el hogar, para que su vocación sea firme, llena de fe, de amor y de servicio

 
La unidad en torno al Pastor

El Papa León XIV ha iniciado con el llamado a la Paz, al Diálogo, destacando su compromiso con una iglesia cercana y dialogante. Durante su homilía inicial manifestó su deseo de ser fiel administrador y llamó a que la iglesia se identifique por la santidad de sus miembros, no por sus edificios, alineándose así con el Papa Francisco. El papa León valiente y con fortaleza ante las guerras y los egoísmos invita también a no despegarse de la intercesión de la Madre, la Virgen María.

 

Mamá, las primeras pastoras de nuestra existencia.

En varios países se celebra el día de la Madre. Además, se pide por las vocaciones. Felicidades a las Madres. Y oramos por las vocaciones llenas de Dios y de amor por el servicio.

  

Las madres tienen la noble misión de ir identificando y haciendo descubrir a sus hijos la vocación que dará sentido a su vida. Cada madre, como la Virgen María, cuida a su hijo o hija desde su vientre cuidándose ella misma. El impacto de la madre es esencial para el desarrollo en el amor, la resolución de conflictos, el respeto a los demás, el significado de Dios en la existencia, … Las madres son las que escuchan las voces de sus hijos, identifican sus penas y alegrías, respetan sus límites, piden a Dios desde su corazón para acompañar a su hijo o hija. La madre puede testimoniar cada paso de la vida, la primera palabra, el primer gol, la primera fiesta, la primera… las madres suelen registrar en su corazón cada evento de sus hijos. Por ello, pedimos a la Virgen Madre que acompañe a las madres, que lleve al cielo a todas las mamás, y hoy se encargue de darles un gesto de su presencia y del amor que se merecen.

 

Palabras del papa Francisco

Las ovejas que escuchan y saben que son conocidas siguen: escuchan, se sienten conocidas por el Señor y siguen al Señor, que es su pastor. Y quien sigue a Cristo, ¿qué hace? Va donde va Él, por el mismo camino, en la misma dirección. Va a buscar a quien está perdido (cfr. Lc 15,4), se interesa por quien está lejos, se toma en serio las situaciones de quien sufre, sabe llorar con quien llora, tiende la mano al prójimo, se lo carga sobre los hombros. ¿Y yo? ¿Me dejo solo amar por Jesús y del dejarse amar paso a amarlo, a imitarlo? Que la Virgen Santa nos ayude a escuchar a Cristo, a conocerlo cada vez más y a seguirlo en el camino del servicio. Escuchar, conocerlo y seguirlo.

 

Regina Celi, 8 de mayo 2022

 

 

Lectura del santo Evangelio según San Juan 10, 27-30

En aquel tiempo, dijo Jesús:
«Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.

Lo que mi Padre me ha dado es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre.

Yo y el Padre somos uno».

«Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero»

 

Cada discípulo, persona, pez, oveja, barca, etc. están o estamos en las manos de Jesús; sin su voluntad, sin su presencia, todo camina al fracaso. Es el Señor, solo su providencia puede quedar seducida por el amor y abrirnos el camino, la red abundante, la misión fértil. 

 

la pesca
Cristo en el lago Tiberíades. (Cristo nel lago di Tiberiade). Scene from John's Gospel. Tintoretto

 

III Domingo de Pascua

Año litúrgico 2024 - 2025 - (Ciclo C)

 

¡Vamos a almorzar!

Qué sentimientos están raspando los corazones antes del almuerzo. Los siete discípulos han regresado al lago de Tiberíades; el punto y la cantidad perfectas, con miedo y hambre, saben que deben ganarse el pescado de cada día. Revisando en su interior ante la inmensidad y bravura de las aguas aquello que ha sucedido en su vida y no logran clarificarlo. Cada discípulo con su propia carga interior. Con las redes vacías responden como autómatas y lanzan las redes, el desconocido tiene voz conocida y no les ha dado tiempo para refutarlo como en la primera vez; sólo lanzan las redes. Si es Jesús, qué vergüenza, no me comporté como discípulo ni como amigo. 

 

Unos peces a la brasa les esperan, ellos contemplan la escena con un silencio sepulcral, se acercan al fuego de Jesús, lo han reconocido ya, pero hay algo que no les deja expresarlo. La escena se extiende con las preguntas a Pedro.

 

La actualidad del discipulado – “Es el Señor”

En este lago redescubren a Jesús. Volvieron al lago donde el Maestro les llamó por primera vez y les envió a ser pescadores de hombres. La red está vacía, pues su misión de pescadores sigue con la visión del resucitado, deben continuar y pescar hombres para la iglesia. Aunque ellos pensaron que habían abandonado a Jesús, pero Jesús nunca les abandonó. Seguía a su lado, invisible, pero presente. Tan cerca, con el fogón encendido para alimentarles porque el camino a recorrer finaliza en la eternidad; el joven Pedro no tendrá otro camino que el del resucitado hasta más allá de su crucifixión. No tiene la opción de ser el anciano Pedro, sólo de la sabiduría y de una vida para siempre. “Sígueme” es el verbo que sella el reinicio de la iglesia que hoy está buscando elegir al representante de Pedro, al Vicario del mismo Cristo.

 

El interrogatorio sobre el amor

Las preguntas de Jesús ponen en el centro la misión de Pedro, y de cada discípulo. Si Pedro se arrojó al mar al escuchar la voz de Jesús, ahora le será difícil aprovechar el pescado a la brasa al ser interrogado sobre el amor. Sentarse a comer con el Maestro significa continuar la historia, pero desde la resurrección, desde la mesa con pan y pescado con Jesús que ha dominado la muerte y vive.


Aunque el interrogatorio remueve las tripas a Pedro es también restaurado interiormente. Cualquier duda sobre su amor está clarificada; su falta, perdonada. Si se pensaba que se quebró el amor a Dios, este dialogó lo recargó. Pero, la primera evidencia es que Jesús lo precede todo, sin él las redes seguirán vacías.


Las redes son medios de pesca, instrumentos necesarios para la eficacia de la evangelización, del camino reemprendido en Tiberíades. 

Los peces, la humanidad, pierde la misión de fortalecer los huesos, de alimentar a las criaturas de Dios. En esta pesca Dios está presente y pide la colaboración de sus discípulos. Los discípulos comprenden que solo con la Palabra de Jesús es posible una pesca abundante.

El discípulo ama a Jesús y es amigo; ama a Dios, pero es libre para usar su creatividad al servicio de su misión; ama a Jesús con el gran amor que puede amar una persona sedienta y transparente ante el Señor que todo lo sabe. Así, pueden cantar los gallos más de tres veces y no aturdirán a Pedro sino que evocarán el tamiz del amor, el proceso del perdón, la fuerza para sonreír y seguir en la misión de la comunicación de la Palabra del Resucitado.


En este primado de Pedro la misión es apacentar las ovejas, pero no son de él, son de Jesús. Por ello, el cuidado en referencia al dueño del rebaño es más detallista, desde el vientre hasta la eternidad, su fe, su libertad interior, sus buenas costumbres. 

 

Señor, tú lo sabes todo, desde que me llamaste Cefas, la poca fe al caminar sobre las aguas, las soberbias palabras como piedras de satanás, lávame la cabeza y el cuerpo y los pies, la reacción violenta con la oreja de Malco, los cantos del gallo, y hoy, quiero cubrir mi desnudez dentro del agua, y hoy, tú sabes, mucho más, cada acierto, cada equivocación, sabes que en el fondo también amo. Gracias por tu confianza, la misma que me despierta el amor, que me hace confiar, amar, y seguirte. Amén.

 

Palabra del papa Francisco

En aquella exclamación: «¡Es el Señor!», está todo el entusiasmo de la fe pascual, llena de alegría y de asombro, que se opone con fuerza a la confusión, al desaliento, al sentido de impotencia que se había acumulado en el ánimo de los discípulos. La presencia de Jesús resucitado transforma todas las cosas: la oscuridad es vencida por la luz, el trabajo inútil es nuevamente fructuoso y prometedor, el sentido de cansancio y de abandono deja espacio a un nuevo impulso y a la certeza de que Él está con nosotros.

 

Papa Francisco. Regina Coeli. Plaza de San Pedro. Domingo 10 de abril de 2016

 

Lectura del santo Evangelio según San Juan 21, 1-19

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo; Natanael, el de Caná de Galilea; los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.

Simón Pedro les dice:
«Me voy a pescar».

Ellos contestan:
«Vamos también nosotros contigo».

Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.

Jesús les dice:
«Muchachos, ¿tenéis pescado?».

Ellos contestaron:
«No».

Él les dice:
«Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis».

La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. y aquel discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro:
«Es el Señor».

Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los peces.

Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.

Jesús les dice:
«Traed de los peces que acabáis de coger».

Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.

Jesús les dice:
«Vamos, almorzad».

Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.

Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.

Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?».

Él le contestó:
«Sí, Señor, tú sabes que te quiero».

Jesús le dice:
«Apacienta mis corderos».

Por segunda vez le pregunta:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas?».

Él le contesta:
«Sí, Señor, tú sabes que te quiero».

Él le dice:
«Pastorea mis ovejas».

Por tercera vez le pregunta:
«Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?».

Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez:
«¿Me quieres?»

Y le contestó:
«Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero».

Jesús le dice:
«Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras».

Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió:
«Sígueme».

“Paz a vosotros”

La palabra misericordia significa amor, amor que se expresa desde las entrañas; también puede significar “te perdono”, “creo en ti”, “no temas”, “te envío”.


Paz a ustedes, la duda
Incrédulo Tomás de Bernardo Strozzi

 

II Domingo de Pascua

Año litúrgico 2024 - 2025 - (Ciclo C)

Una historia vergonzosa. Pero ¿cuál es la historia?

Los llamó amigos, les confió su madre, les enseñó las claves del sentido de la vida, les mostró una gran misión, conocieron su dimensión divina y humana. Estos amigos, escaparon y seguían temblando de miedo ante el poder de la guardia romana. Uno lo entregó con un beso, otro lo negó, y otros salieron corriendo. Cualquier jefe de una banda les estaría buscando para degollarlos.

 

Pero no juzguemos rápido. Realmente estamos viendo sólo el poder de las armas y la ética de soldado. Pero acá nos referimos al poder de la fe en la Palabra de Dios y la fidelidad a una misión. ¿Qué harías ante un poder militar que atrapa a tu mejor amigo? ¿pedirías asilo político, te esconderías de cualquier manera?

 

Pero hay un miedo del cual no se puede huir por mucho tiempo. Duele más el haber ofendido que ser ofendido. Traicionar y engañar son filudas chavetas que perforan la conciencia, por más que te metas al palacio más seguro. El remordimiento y el miedo puede generar tanta angustia y sufrimiento en el alma. Los discípulos encerrados, miedosos, solos no pueden quitar su pecado. En ese contexto aparece el amigo, no para pedirte explicaciones, sino para ofrecerte la paz, la paz, la paz.

 

Los discípulos se alegran de ver a Jesús resucitado, pero sus corazones necesitan paz. El corazón de Jesús capaz de dar paz y amor. Es el corazón misericordioso, puede dar más que un “perdón” frío y diplomático, restaura la amistad, la confianza, los proyectos, la alegría. 

 

Las llagas que producimos

Entonces, cuando se trata de la duda de Tomás el Mellizo, también se trata de los pecados personales de los otros discípulos. Por ello, la paz viene con perdón, por pura misericordia. Jesús es un maestro que con su vida y palabras sigue anunciando la vida eterna a la  humanidad. La pascua de la resurrección nos explica en la vida práctica de Tomás. El Mellizo ha sido llamado a ser discípulo como cada ser humano, especialmente bautizado, pero también el Maestro le da una semana para seguir procesando el aprendizaje de la Pascua, la fe en Jesús resucitado, no en el condenado y sepultado. Si todas nuestras dudas nos llevarían a decir: "Señor mío, Dios mío", nuestra vida gozaría de la alegría de la esperanza. Las llagas de Cristo son las llagas producidas por la violencia y la injusticia, por la traición, la mentira, etc. Jesús asume las llagas, los pecados, de todos. No se trata de comprobar que fue crucificado. Jesús muestra las llagas para decirle que las llagas son especialmente expresión del amor grande, de la misericordia divina.

 

“Señor mío, Dios mío”

En este domingo de la Misericordia expresada en la Pascua, que puedas decirle como Tomás: “Señor mío, Dios mío”, de la Misericordia. Porque pese a todas las llagas ocasionadas viene para darte la paz, su amor, y sigue confiando en ti: Predicar el Evangelio por el mundo entero. El evangelio de la vida, del corazón misericordioso de Dios. En este sentido, la paz es el perdón, libera, da comunión. Es el fruto de su resurrección que lo renueva todo.

 

Palabra del papa Francisco:

Hermana, hermano, ¿quieres una prueba de que Dios ha tocado tu vida? Comprueba si te inclinas ante las heridas de los demás. Hoy es el día para preguntarnos: “Yo, que tantas veces recibí la paz de Dios, que tantas veces recibí su perdón y su misericordia, ¿soy misericordioso con los demás? Yo, que tantas veces me he alimentado con el Cuerpo de Jesús, ¿qué hago para dar de comer al pobre?”. No permanezcamos indiferentes. No vivamos una fe a medias, que recibe pero no da, que acoge el don pero no se hace don. Hemos sido misericordiados, seamos misericordiosos. Porque si el amor termina en nosotros mismos, la fe se seca en un intimismo estéril. Sin los otros se vuelve desencarnada. Sin las obras de misericordia muere (cf. St 2,17). Hermanos, hermanas, dejémonos resucitar por la paz, el perdón y las llagas de Jesús misericordioso. Y pidamos la gracia de convertirnos en testigos de misericordia. Sólo así la fe estará viva. Y la vida será unificada. Sólo así anunciaremos el Evangelio de Dios, que es Evangelio de misericordia.

 

Santa Misa de la Divina Misericordia (11 de abril de 2021) | Francisco

 

Lectura del santo Evangelio según San Juan 20, 19-31

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».

Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
«Hemos visto al Señor».

Pero él les contestó:
«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo».

A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
«Paz a vosotros».

Luego dijo a Tomás:
«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente».

Contestó Tomás:
«Señor mío y Dios mío!».

Jesús le dijo:
«¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto».

Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

“Vio y creyó”

Jesús ha resucitado, tal como lo prometió y explicó a sus discípulos. Pero la resurrección no sólo es salir de las fauces de la muerte, sino especialmente pasar a la vida eterna, allí todo tiene sentido, ya no hay ataduras, ni angustias. 

La tumba de Jesucristo
El entierro de Cristo (1602-1603). Museos Vaticanos

Domingo de Resurrección

Año litúrgico 2024 - 2025 - (Ciclo C)


Hoy puedes reflexionar sobre tu propia vida, tus búsquedas, y cómo enfrentas los momentos de vacío y desesperanza.


La resurrección también suele acarrear dudas y crisis de fe. No se trata de preguntarse si existe la resurrección porque ya es histórica, sino de cómo la resurrección da sentido a la vida que tengo hoy; no sólo a nivel moral, sino en el sentido que le doy a mis pensamientos y acciones. Más que relativizar la muerte, es darle su respectivo lugar, pues llegará el día menos pensado, pero no todo se acabará porque Jesús ha resucitado y nos da un camino de una auténtica vida, para siempre.

 

En este Domingo de Resurrección es importante acompañar a los discípulos en sus pasos hacia la tumba vacía, es como un camino de fe, un paso a paso del creyente.

 

María Magdalena, la discípula.

Es una testigo de la resurrección, ha descubierto la ausencia del cuerpo, la losa dejaba ver el vacío en la tumba. Como tú o como yo, acudimos a la tumba de los seres queridos; pero el acontecimiento de la pasión no encajaba en la lógica de su experiencia con Jesús, cómo una persona que te ama tanto y la amas puede quedarse en una tumba fría. El Jesús que ha predicado la vida, el amor, la alegría, con su sinceridad arrolladora, ha realizado milagros, cómo puede ser que con la muerte acabe todo, simplemente desaparezca. El camino del discernimiento de María Magdalena es el nuestro, cómo acudimos a la tumba con un montón de recuerdos, con el misterio “de polvo eres al polvo volverás”, pero con la intuición de que la muerte nos muestra un camino para estar próximos a la eternidad. Jesús, se acercará de manera particular y personal, y la seguirá llamando por su nombre, y al verlo su vida resplandecerá del amor auténtico. 

 

San Pedro, el primo entre pares

Pedro va al sepulcro, está desconcertado, si la tempestad fue aplacada por Jesús, si en la transfiguración sus vestiduras eran blancas, si curó al soldado que Pedro le cortó la oreja, entonces unas vendas y una tumba tampoco le pueden detener. Toda la intimidad de las enseñanzas y palabras de Jesús germinaron en el corazón de Pedro. Ahora, si el miedo hizo negarlo, le queda donar la vida, ¿cuál vida?, la que tenemos suele ser pasajera, engañosa, ilusoria; sin duda, no le importará sufrir la cárcel y ser crucificado por dar testimonio del Resucitado.

 

Juan, el discípulo amado

El discípulo amado, va con la velocidad de un águila, también con el ojo de la contemplación. ¿Qué vio? No vio nada, a sus ojos el vacío de la tumba adquiere gran contenido. A Dios se le ve en el silencio, en  la realidad del Espíritu de Dios. La presencia de Jesús entre nosotros ya no es física, su voz resuena en los oídos del corazón con sed de eternidad, su luz resplandece en la oscuridad de la fe. Comprende que Dios se ha revelado para que los seres humanos podamos vivir cerca de él, por eso la resurrección no puede ser rechazada porque es como rechazar la oferta de una vida para siempre.

 

Nuestras formas de acercarnos o ser llamados por Dios es diferente, pero no puede prescindir de la muerte, de la vida, de la resurrección. En este día, tienes la oportunidad de acercarte a la tumba vacía de la mano espiritual de María Magdalena, de Pedro o de Juan; desde la ausencia del cuerpo material, o las vendas desatadas, o la contemplación de una escena que confirma lo vivido a lado de Dios, de su palabra, de las experiencias de vida, y de las intuiciones internas más allá del valle de lágrimas o de las praderas abundantes, la vida eterna es la cura para las peores crisis de fe, de alegría, de esperanza, de amor.


Feliz Pascua de Resurrección, ¡Aleluya!

 

Palabra del papa Francisco. 

Nuestro Dios es un Dios de las sorpresas”- dijo. La segunda pista es “la prisa” mostrada por las mujeres, por los discípulos: “Las buenas noticias se difunden así: con prisa”. El tercer camino es “una pregunta: ¿y yo? ¿Estoy abierto a las sorpresas de Dios? ¿Soy capaz de ir de prisa o lo postergo para mañana? Juan y Pedro fueron corriendo al sepulcro... Y [se dice, de cada uno de ellos, que] creyeron. ¿Y yo?”. 

(Urbi et Orbi , abril de 2018)

 

Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1-9

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.

Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: 
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.

Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.

Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

«Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu» 

El Domingo de Ramos es la puerta de la Semana Santa, y por ello, reflexionamos la vida a la luz del compartir, el amor, la vida.

 

Oración en el huerto

La oración del huerto (El Greco, Andújar)

Domingo de Ramos

Año litúrgico 2024 - 2025 - (Ciclo C)

 

El valor de la eucaristía. 

El pan y el vino son el cuerpo y la sangre de Cristo. Tiene el valor fundamental de la entrega, de la ofrenda de la vida, del gesto más generoso del amor de Jesucristo para todos sus seguidores. La eucaristía es la vida misma expresada en el amor que se brinda a los demás.

 

La oración. 

Jesús va al monte de los olivos para orar, es un momento muy triste, lleno de angustia, de sueño para los discípulos. La traición y la confusión terminan incrementando el miedo y el dolor. Es la vida misma llena de penurias y de una gran luz.

 

Negar a Jesús. 

En los momentos amenazantes es difícil mantener la identidad de discípulo. Solemos negarle en varios momentos de la vida, pero Jesús nos muestra su misericordia. Sucederá en esta semana que varios se negarán a vivir el triduo pascual.

 

Condenar a Jesús. 

Los inocentes y pobres suelen recibir ajusticiamiento, no justicia. Prefieren que los delincuentes anden sueltos, liberan a Barrabás y condenan a Jesús. El interés político es mantener el poder. Jesús calla ante las preguntas superficiales. Su silencio es la protesta ante la mentira, la manipulación, el juicio tendencioso.

 

Jesús perdona. 

El peso de la cruz y el dolor de los latigazos no le impiden tener compasión, consolar a las mujeres, prometer el paraíso al ladrón arrepentido. “Hoy estarás conmigo en el paraíso” es una promesa que traspasa lo humano, además, es pura esperanza incluso en los momentos últimos de la vida.

 

Jesús muere en la cruz

Su confianza en el Padre hasta la cruz, hasta que su cuerpo pierde sangre y oxígeno. “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. La muerte es el castigo radical, pero se convierte en una gran oportunidad para la vida eterna. Miles de cristianos han dado su vida en el servicio y el martirio hasta la cruz, el dolor, la injusticia.

 

👉 Que en este Domingo de Ramos podamos reflexionar y mejorar nuestra vida compartiéndola como pan eucarístico. No olvidemos la oración incluso con el miedo y las lágrimas, sepamos que, aunque lo negamos él es fiel y sigue perdonándonos los pecados. Dios ha mostrado su amor a la humanidad, y nosotros queremos ser agradecidos.


EL PUEBLO QUE FUE CAUTIVO

(Himno de Laudes. Liturgia de las horas)
El pueblo que fue cautivo
y que tu mano libera
no encuentra mayor palmera
ni abunda en mejor olivo.
Viene con aire festivo
para enramar tu victoria,
y no te ha visto en su historia,
Dios de Israel, más cercano:
ni tu poder más a mano
ni más humilde tu gloria.

¡Gloria, alabanza y honor!
Gritad: «¡Hosanna!», y haceos
como los niños hebreos
al paso del Redentor.
¡Gloria y honor
al que viene en el nombre del Señor! 
Amén.

 

Palabra del papa Francisco

Hermanos y hermanas, un amor así, todo para nosotros, hasta el extremo, el amor de Jesús, es capaz de transformar nuestros corazones de piedra en corazones de carne. Es un amor de piedad, de ternura, de compasión. Este es el estilo de Dios: cercanía, compasión y ternura. Así es Dios. Cristo abandonado nos mueve a buscarlo y amarlo en los abandonados. Porque en ellos no sólo hay personas necesitadas, sino que está Él, Jesús abandonado, Aquel que nos salvó descendiendo hasta lo más profundo de nuestra condición humana. Está con cada uno de ellos, abandonados hasta la muerte.

 

Homilía del Santo Padre Francisco

Plaza de San Pedro. Domingo, 2 de abril de 2023

“Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más”

(Evangelio según San Juan, 8,11)

Esta escena del Evangelio —la mujer sorprendida en adulterio— nos invita a un ejercicio incómodo pero necesario: vernos a nosotros mismos en ella. ¿Qué haríamos si estuviéramos en su lugar? ¿Qué brota de nuestro corazón cuando nos enfrentamos al pecado ajeno: odio o misericordia? ¿Justicia o compasión?


mujer adúltera
Hans Kermer. Jesús y la mujer sorprendida en adulterio. 


V Domingo de Cuaresma

Año litúrgico 2024 - 2025 - (Ciclo C)

“Porque este hermano tuyo…"

«Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo. Pero era necesario celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y ha sido encontrado» (Lc 15,31-32).


Cuando escuchamos la parábola del Hijo Pródigo, solemos identificarnos con el "hijo". Es natural: todos somos hijos, hijas. Sabemos que Dios es un Padre misericordioso. Pero este relato nos invita a ir más allá: no se trata solo de saber Quién es Dios, sino de preguntarnos Qué tipo de hijos somos nosotros.


Hijo Pródigo

El retorno del hijo pródigo. (Terugkeer van de Verloren Zoon en neerlandés) es una obra del pintor holandés Rembrandt.

IV Domingo de Cuaresma

Año litúrgico 2024 - 2025 - (Ciclo C)

“Señor, déjala todavía este año

 y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”

 

Esta historia subraya la importancia de estar preparados ante lo incierto y de no permitir que la esterilidad espiritual impida la manifestación de buenos frutos en nuestras vidas.​

higuera seca

La Virgen del árbol seco. Petrus Christus

©Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid


III Domingo de Cuaresma

Año litúrgico 2024 - 2025 - (Ciclo C)

 

Recordemos que, aunque la gracia de Dios es segura, la desgracia futura es incierta. Debemos confiar en la Providencia divina, ya que no hay garantía más sólida que la prometida por Jesucristo. Las adversidades pueden surgir de corazones llenos de maldad o de los accidentes de la vida. Es fundamental comprometernos a no acumular resentimientos ni malas intenciones en nuestro interior. Algunas desgracias pueden prevenirse, pero otras pueden sobrevenir en cualquier momento, independientemente de nuestra condición moral.​


Para enfrentar estas eventualidades, es esencial estar preparados ante el futuro incierto y la posibilidad de la muerte, así como para responder a la maldad en los corazones de las personas. No permitamos que la esterilidad de la higuera bloquee nuestros frutos.​

El relato de don Beto ilustra esta enseñanza. 

Recuerdo cuando don Beto me envió un mensaje solicitando oraciones por su salud, ya que percibía respuestas evasivas por parte de los médicos. Era un maestro experimentado, de esos que imponen respeto en el aula. Aunque en ocasiones tuvimos desacuerdos, de esas tensiones surgió una amistad sincera.​


Su hermana, Rita, siempre me pareció una persona humilde y respetuosa, con una firmeza silenciosa. En una ocasión, le comenté a Beto la fortuna de tener una hermana con un corazón de oro. Él, con una sonrisa, expresó su profundo agradecimiento a Dios por Rita, y ambos rieron.​


En su juventud, Rita experimentó cierto éxito económico, pero cuanto más prosperaba, más se alejaba de su familia. Las tensiones aumentaron, pero Beto relataba cómo oraban por su conversión. Rita no era mala persona; su soberbia la llevaba a distanciarse, quizás como una forma de castigar el amor excesivo de su familia.​


Una enfermedad inexplicable la obligó a regresar al hogar familiar, inicialmente por un mes, luego por un año, hasta que finalmente se quedó definitivamente, acompañando a sus padres y hermanos hasta su fallecimiento. Beto agradecía que, al final, aquellos amores pasajeros que los ilusionaron los abandonaron con la misma rapidez.​


Me conmovía ver a Beto empujar la silla de ruedas de Rita, cargándola con ternura para sentarla y servirle sus alimentos.Beto era más que un hermano; era la providencia de Dios hecha persona, su futuro, su alegría y, a veces, la causa de sus enfados. A Rita le costó aceptar la fortaleza de Beto para acompañarla, y a él le resultaba difícil enfrentar la impotencia de no poder calmar los dolores de su hermanita.​


"Ayúdeme a rezar, no sé cómo calmar a Rita", me decía. "Envíele un mensaje de audio; ella lo escucha y se acuerda de usted”. Beto permaneció firme cuidando de su hermana, pero le resultó muy dolorosa su partida a la casa de Dios.​


Meses después, Beto dejó de responder a los mensajes, aunque enviaba comunicados colectivos: "Rece por mí como lo hacía por Rita; estos médicos no me dan esperanzas" es el último mensaje que recibí. Imagino que ahora deben seguir discutiendo con fuerza, pues Rita hubiese preferido ser quien luchara con la soledad y la oración en este valle de lágrimas. Pero, según la voluntad de Dios, Beto seguía pidiendo más tiempo para que floreciera la higuera de la fe y la plena confianza en reencontrarse en el cielo, donde ese amor fraternal se torna más divino.​

 

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Hola, soy Javier Abanto. Escribo reflexiones, vivencias y anécdotas. Publico artículos de teólogos y poetas. Estudie teología y comunicación. Desde el 2005 me dediqué a la docencia universitaria y a la gerencia de emisoras de corte cultural y religioso. La vida necesita de alegría y esperanza. Necesitamos a Dios en nuestra vida.
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¿Qué es "Luciérnaga"?

"Luciérnaga" Surge para expresarme de manera sencilla. Las luciérnagas remiten a mi origen rural - andino. Son visibles al caer la noche y hacen volar la imaginación con sus luces intermitentes, propias y naturales.

Luciérnaga se dirige a las personas de buena voluntad que buscan vivir con justicia y paz. Necesitamos del humor y la alegría. Y, sin duda, el mundo necesita de Dios.

Gracias por leer y compartir, no olvides comentar.

Javier Abanto Silva
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