Triángulo amoroso
Santísima Trinidad (Botticelli)
La Santísima Trinidad
Año litúrgico 2020 - 2021 - (Ciclo B)
Un amante tiene algunas características implacables: escucha atento, habla con seguridad, espera pacientemente, se expresa de mil maneras, es un pedagogo sabio, el amor brilla en sus ojos vigilantes, es celoso, respeta la libertad de la persona, acompaña a quien ama. Es un amante que eficazmente crea el sol, la luna y las estrellas, las aguas de los mares, las praderas y las flores. Sorprende cada día con cada sentido y neurona. Queda corto lo que podamos describir de un amante, es capaz de lo impensable, lo supera todo.
El amante ama. Quien recibe ese amor exclusivo es amado o amada. Hoy podemos contar las historias de un niño llamado Amado.
Amado nació en un hogar sencillo, creció aprendiendo de sus padres las principales claves para enfrentar la vida. Con el tiempo mostró la sabiduría y el amor con el que había crecido. Realmente, Amado, sorprendió a sus paisanos, a los doctores y a los más encumbrados maestros.
Resulta que Amado es también un amante. Loco de amor, o mejor dicho, divino amante. Es capaz de acciones extremas. De quedarse en el corazón en un pacto de sangre y agua. Es como el pan y el vino un alimento necesario para vivir. Siente frío y dolor, soledad y abandono, llorar por sus amigos, se enfurece ante las injusticias, te habla al corazón con sencillez.
Amado es el amante, muestra la cara e invitó a sus amigos a seguir haciendo una cadena de buenas obras, a ser mensajeros de buenas noticias, a sentir en las entrañas el dolor de los más desposeídos.
Es tendencia mundial, sus hashtag son: #perdonatusenemigos, #amor
Amado es un auténtico influencer que tiene en común con el Amante: el amor.
Este amor es propio del amante y del Amado. Estaba expresado en un soplo divino, entre las nubes y las aguas, con la fuerza de una semilla, en el fuego transformador. Es un amor que rompe las reglas gramaticales y las barreras idiomáticas para vivir el mismo lenguaje de Amante, Amado y amados o amadas.
También va contracorriente, interesa más el corazón que la ofrenda, el ser al tener. Este amor auténtico va de la mano con la verdad, no te deja solo, te acompaña en el camino, es garantía de vida eterna,…
Amante, Amado y amor se relacionan y comunican de manera que no podemos dejar de lado a ninguno porque cada vez que te refieres a uno no puedes separarlo de los otros.
San Agustín de Hipona resume así el misterio de la Santísima Trinidad: «Dios es amor eterno: el Padre es el Amante, el Hijo es el Amado y el Espíritu Santo es el Amor que mantiene unidos a los dos».
Desde antes del tiempo, Dios Padre genera y ama a su Hijo, entregándole todo lo que él es.
Desde antes del tiempo, el Hijo acoge todo lo que el Padre le da y devuelve al Padre la vida y el amor que de él recibe.
Desde antes del tiempo, el Espíritu Santo es el amor y la vida que el Padre da al Hijo y el Hijo devuelve al Padre.
Esto sucede desde siempre y para siempre. Por eso, el nombre propio del Espíritu Santo es "Don". Dios es donación, entrega, acogida, comunidad, fiesta, porque Dios es amor.
Bendito sea Dios, que nos hace partícipes de su amor, de su vida, de su cielo. A él la gloria por los siglos. Amén.
Finalmente, a los puritanos y doctos en la materia, no basta decir que la Trinidad es un misterio, o que nuestro cerebro no lo abarca; si lo divino no rompe su misterio a lo humano, para los humanos sería vano romper neuronas. Quizá sea más sencillo: el amor sea nuestro guía.
Papa Francisco
La solemnidad litúrgica de hoy, al tiempo que nos hace contemplar el misterio estupendo del cual provenimos y hacia el cual vamos, nos renueva la misión de vivir la comunión con Dios y vivir la comunión entre nosotros según el modelo de la comunión divina. No estamos llamados a vivir los unos sin los otros, por encima o contra los demás, sino los unos con los otros, por los otros y en los otros. Esto significa acoger y testimoniar concordes la belleza del Evangelio; […] En una palabra, se nos encomienda la tarea de edificar comunidades eclesiales que sean cada vez más familia, capaces de reflejar el esplendor de la Trinidad y evangelizar, no sólo con las palabras, sino con la fuerza del amor de Dios que habita en nosotros. ÁNGELUS 31 de mayo de 2015.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 28, 16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les habla indicado.
Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban.
Acercándose a ellos, Jesús les dijo:
«Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra.
Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.
Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo».