Solemnidad del Corpus Christi : Pan que da vida, amor que se entrega

"Comieron todos y se saciaron" 

Corpus Christi es una fiesta de profunda alegría para el corazón cristiano. Es el momento en que recordamos que Cristo alimenta nuestra vida con su Cuerpo y con su Sangre, no solo de forma simbólica o espiritual, sino real y eterna.

No hay gesto más grande del amor de Dios.

 

Cuerpo y sangre de Cristo

Corpus Christi

Año litúrgico 2024 - 2025 - (Ciclo C) 

 

🕊️ Como si fuera la primera vez

¿Recuerdas tu Primera Comunión?
Ese día en que intentabas comprender cómo algo tan simple como un pedazo de pan podía ser el Cuerpo de Cristo. Entre la lógica de la razón y el misterio del amor, descubriste que ese pan, hecho de trigo, se convertía en algo sagrado. Un trigo que muere para dar fruto. Una vida que se entrega para multiplicarse y hacerse eterna.

Cada vez que comulgas, esa primera emoción debería volver.
El sacerdote te dice: “El Cuerpo de Cristo”,
y tú respondes: “Amén”...
pero en tu corazón, si de verdad lo crees, deberías gritar:
¡Amén con alegría, con gratitud, con fe viva!

 

✝️ La muerte que da vida

Jesús murió para que tengamos vida y vida en abundancia.
Su sacrificio en la cruz no fue un final, fue una ofrenda de amor. Sin embargo, hoy en el mundo seguimos viendo muertes sin sentido, provocadas por la avaricia, el egoísmo, el hambre de poder.

Mientras muchos mueren por guerras o por la pobreza, el cristiano está llamado a ser alimento, a convertirse en pan partido y compartido:
— Para consolar al que sufre
— Para promover la paz
— Para construir comunidad

Cuando el sacerdote eleva la custodia con el Santísimo Sacramento, también está levantando todas las heridas del mundo. Y ahí, cada uno de nosotros puede decir:
“Señor, cuenta conmigo para sanar este mundo herido.”

 

🙏 Ofrenda, comunión, bendición

Seguir a Jesús es un camino constante. Y muchas veces, lo olvidamos. Nos cansamos, perdemos la comunión con los demás, dejamos de ser una bendición.

Por eso, en esta fiesta de Corpus Christi, te invito a renovar tres actitudes:

·      Ofrenda: entrégate con generosidad, como el pan que se parte.

·      Comunión: busca la unidad, incluso con quienes piensan distinto.

·      Bendición: llena tu corazón de palabras y gestos que edifiquen.

 

🙌 Oración desde el altar y desde tu vida

Este domingo, detente un momento.
Cierra los ojos y repite con fe esta oración sencilla:

“Señor, déjame ser la ofrenda,
ser el trigo, el pan, el alimento.
Permíteme visionar mi vida
convirtiéndome en tu Cuerpo y Sangre.

Dame fuerza para entregarte lo mejor de mi corazón,
para construir amistad,
para anunciar alegría a los demás.

Hoy elevo mi cruz ante tu cuerpo elevado en la cruz.
Hoy me arrodillo ante tu Sacratísimo Sacramento del altar:
la Eucaristía. Amén.”

 

📌 Corpus Christi no es solo una fiesta: es un llamado

Un llamado a vivir eucarísticamente, a dejar que Jesús sea el centro que nutre, transforma y envía.

¿Estás listo para volver a comulgar como si fuera la primera vez?
¿Estás dispuesto a convertirte en pan para el mundo?

 

Palabra del Papa Francisco:

Este milagro muy importante, tanto es así que lo cuentan todos los evangelistas manifiesta el poder del Mesías y, al mismo tiempo, su compasión: Jesús se compadece de la gente. Ese gesto prodigioso no sólo permanece como uno de los grandes signos de la vida pública de Jesús, sino que anticipa lo que será después, al final, el memorial de su sacrificio, es decir, la Eucaristía, sacramento de su Cuerpo, y de su Sangre entregados para la salvación del mundo. La Eucaristía es la síntesis de toda la existencia de Jesús, que fue un solo acto de amor al Padre y a los hermanos. 

(Papa Francisco, Ángelus, 23 de junio de 2019)

 

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 9, 11b-17

En aquel tiempo, Jesús hablaba a la gente del reino y sanaba a los que tenían necesidad de curación.

El día comenzaba a declinar. Entonces, acercándose los Doce, le dijeron:
«Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado».

Él les contestó:
«Dadles vosotros de comer».

Ellos replicaron:
«No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para toda esta gente».

Porque eran unos cinco mil hombres.

Entonces dijo a sus discípulos:
«Haced que se sienten en grupos de unos cincuenta cada uno».

Lo hicieron así y dispusieron que se sentaran todos.

Entonces, tomando él los cinco panes y los dos peces y alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que les había sobrado: doce cestos de trozos.

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