“ No he venido a abolir, sino a dar plenitud ”
El detalle del corazón
VI Domingo del tiempo ordinario
Año litúrgico 2022 - 2023 - (Ciclo A)
¿Te preocupa el grado de violencia y de injusticia a la que hemos llegado? La injusticia y la muerte han llegado incluso a institucionalizarse en algunos países, y algunos corazones. Es frecuente ya hablar de los abusos de autoridad en las instituciones. Tanto la justicia y la vida son necesarias para el buen vivir de cada persona humana. En todos los escenarios necesitamos hacer un acto de contrición y preguntarnos ¿contribuimos en el amor? Jesús les dice a sus discípulos que si su justicia no es mayor que la de los fariseos y escribas no entrarán en el reino de los cielos. Justicia mayor no significa destruir lo anterior, sino darle sentido, actualidad, buen cause, entendimiento.
Antes de continuar fíjate en un detalle: lo mínimo, los sencillos, los pequeños. Sin los detalles la ley no tiene la plenitud. Si “el diablo se fija en los detalles” es porque está en juego algo importante y central, el tribunal interno, la conciencia, el corazón. El detalle grande de los sencillos es el amor. Sin el amor quedan en pura letra la justicia y la vida. Sin una justicia practicada desde el corazón la vida queda expuesta al interés, al egoísmo, a la violencia descontrolada.
1º “No mataras”
El 5º mandamiento de la Ley de Dios. En el respeto de la vida estamos de acuerdo. Las sociedades y los líderes al saber que su vida está en juego recurren al derecho a la vida. Es tan normal y justo recurrir a un derecho natural expresado en los Derechos Universales, constitucionales y fundamentalmente sagrados. Para los cristianos, la dignidad de todo ser humano es respetada en todas sus dimensiones. Lo paradójico es la normalidad con que se mata o se manda matar. Muertos en la guerra, la violencia doméstica, en los abusos de autoridad, etc.
¿Qué sucede en tu corazón, por qué desear la muerte del prójimo? Recurrimos al detalle: no sólo matas con cuchillo o una pistola. Se inicia a fraguar la muerte en el momento que deseas el sufrimiento de alguien, cuando se siembra el resentimiento y el odio en tu corazón comienzas a respirar malas intenciones y violencia. Si ese huracán de rabia lo dejas fluir contra el prójimo entonces le ofendes, abusas, agredes, etc. Si de ello nos advirtió Jesús hace dos mil años, y todavía seguimos en la lucha por el respeto, la paz, la vida, … Entonces, significa que hemos evolucionado en la normativa, en la reflexión pero poco en el corazón.
2º. En el matrimonio
“No cometerás adulterio”, el 6º mandamiento. El matrimonio se suele dar entre personas generosas, en la actualidad se retrasa en años, hay mucho miedo al compromiso, casados que quieren vivir como solteros y solteros como casados. Los proyectos de vida son reemplazados, con frecuencia, por los “proyectos de escape”, por el “formateo conyugal”, “el click de conciencia plana”, el divorcio rápido y parejas de conveniencia. Otra vez, el detalle: el amor en su dosis de alegría, sublimidad, justicia, divinidad.
Se entiende por el “desliz”, el “momento de confusión” como cuando el corazón no comprende la jerarquía de elección, ni de valores, menos de exclusividad. Si cada vez se pierde la capacidad de “ponerse en los zapatos de otro”, es más difícil “ponerse en el corazón de otro”. El adulterio, no sólo trae lágrimas personales y en el hogar, con los hijos, también destruye a otra familia. Es el detalle: los proyectos egoístas pueden destruir los proyectos familiares de otros. Aquel reguetón que dice “felices los cuatro” termina siendo “destruidos los cuatro”, porque luego la cadena de sufrimientos y divorcios tiende a potenciarse. El desamor afecta ya a hombres y mujeres, los fuertes y los débiles, todos iguales, con sus misterios y aciertos.
Las estadísticas de divorcios y de matrimonios disfuncionales tienden a crecer. Entonces si piensas en matrimonio debes pensarlo bien, elegir, discernir, orar, sanar, decidirte, conversar, escuchar, hablar, pensar, mirar, etc. Así como el amor es paciente, servicial, prudente, justo, perdona, un don, una bendición, etc. Por ello, más que la pasión erótica el tema está en la claridad del amor, nadie quiere convertirse en la piñata de las frustraciones de su esposa o esposo, ni en el maniquí de la dictadura del amor, menos vivir el “infierno del desamor”.
Es recomendable acudir a los documentos que hablan del amor en el matrimonio, en la búsqueda de razones, iluminaciones para vivir la alegría del amor. la Exportación Apostólica Familiaris Consortio de san Juan Pablo II (1981); el documento “familia, matrimonio y uniones de hecho” del Pontificio Consejo para la Familia (2000) y la Exhortación apostólica postsinodal Amoris Laetitia del Papa Francisco (2016), entre otros.
3º. “No jurar en falso”
El 2º mandamiento, Cuando ustedes digan «sí», que sea sí, y cuando digan «no», que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno” (Mt 5,33-34a.37; cf. Ex 20,7).
Perder la confianza es la consecuencia de la mentira. La mentira mata años de confianza y esperanzas. Saber decir la verdad se cultiva, no es fácil: psicológicamente huimos de nuestros “terremotos internos”. El cerebro es capaz de hacer vivir a la persona su propia mentira. Te habrás topado con personas que lo imaginaron y luego lo reclaman como cierto. La persona mentirosa suele ser exigente con los demás y evasiva con sus propios compromisos. El detalle: el corazón doble es vulnerable y bipolar, tiene palabras dulces en nombre del amor, incluso en nombre de Dios, pero también se satisface en la mentira. Su discurso de ‘exclusividad con su pareja’ no tiene jerarquía de contextos, de personas, les miente a todos y lo sostiene como verdadero.
El peligro de un corazón mentiroso es que también es apasionadamente ambicioso. La ambición y la mentira se licúan en autosuficiencia. Los espacios de verdad se convierten en pistas para tomar vuelo. Entonces, la búsqueda de poder, fama y riqueza le da fuerzas para mentir, ofender, excluir. Así, la verdad y Dios son un recurso de empoderamiento, pero no parte de la autenticidad de vida.
En conclusión, nuestra vida está sometida e influida por un contexto preciso en el que la referencia debe ser la Palabra de Jesucristo. La justicia es una de las virtudes que traen la paz al corazón y otorga la convicción de hacer las cosas bien. La justicia busca que se viva mejor. Así, la vida es un valor único e irrepetible, el respeto desde todos los ángulos, además dura poco y estamos llamados a ser felices. El valor fundamental es el amor, desde lo más encarnado de la existencia, el ser humano necesita restaurarse en la actualidad que le trae Jesús con su palabra liberadora. Queda el reto de la innovación de cómo hacer de la vida algo mejor para vivir bien y construir el Reino de Dios.
Palabra del papa Francisco
Jesús, sin embargo, no quiere cancelar los mandamientos que dio el Señor por medio de Moisés, sino que quiere darles plenitud. (…) Jesús propone a quien le sigue la perfección del amor: un amor cuya única medida es no tener medida, de ir más allá de todo cálculo. El amor al prójimo es una actitud tan fundamental que Jesús llega a afirmar que nuestra relación con Dios no puede ser sincera si no queremos hacer las paces con el prójimo. (…) De todo esto se comprende que Jesús no da importancia sencillamente a la observancia disciplinar y a la conducta exterior. Él va a la raíz de la Ley, apuntando sobre todo a la intención y, por lo tanto, al corazón del hombre, donde tienen origen nuestras acciones buenas y malas. (…) A la luz de esta enseñanza, cada precepto revela su pleno significado como exigencia de amor, y todos se unen en el más grande mandamiento: ama a Dios con todo el corazón y ama al prójimo como a ti mismo.
(Angelus, 16 febrero 2014)
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 17-37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.
Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio.
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehenna” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo. Habéis oído que se dijo:
“No cometerás adulterio”.
Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.
Se dijo: “El que se repudie a su mujer, que le dé acta de repudio.” Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer -no hablo de unión ilegítima- la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio.
También habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás tus juramentos al Señor”.
Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno»
Pintura.
Jesús Alfa y Omega
Jesus is depicted with the Alpha and Omega letters in the Catacombs of Rome from the 4th century