DA LO QUE TIENE PARA VIVIR



Domingo XXXII del tiempo ordinario – Ciclo B (Marcos 12, 38-44) 11 de noviembre de 2012

“(...) ella, en su pobreza ha dado todo lo que tenía para vivir”


“Falsos los políticos, falsos mi billete…” decía doña María, que con muy buena voluntad entregaba un billete que parecía ser falsificado. Ella, ahorra cada día para poder donar, compartir y apoyar a los trabajos pastorales. Cuenta que cada día vive con austeridad y con una misión clara. Es una actitud sorprendente, cualquiera se imagina que las donaciones sólo vienen de personas económicamente acomodadas.

En mi corta experiencia las personas que menos tienen son las más colaboradoras, las más ocupadas son las disponibles para donar su tiempo. Doña María tiene más de 70 a
ños y vive sola; su estatura no es tan magna como su corazón, su caminar lento y la pérdida del oído no está lejos de la voz de Dios; y su mirada de la vida es un permanente agradecimiento con quien lo ha dado todo: Jesucristo.

Darlo todo, duele. Y aún más donar todo lo que se tiene para vivir. En este contexto en el que el tiempo, el dinero, el afecto, la mirada, el cuidado,.. e incluso el amor es calculado matemáticamente las estadísticas de felicidad no se han incrementado. Es que en realidad no se lo da todo a favor de los demás sino a favor de uno mismo. Muchas personas se dicen felices porque aman, casi una mentira porque usan a otras personas para sentir que aman y se alucinan ser amadas.

      ¿Quién da lo que tiene para vivir?



Lectura del santo Evangelio según San Marcos I2, 38-44.

En aquel tiempo [enseñaba Jesús a la multitud y les decía:

–¡Cuidado con los letrados! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas con pretexto de largos rezos. Esos recibirán una sentencia más rigurosa.]

Estando Jesús sentado enfrente del cepillo del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a sus discípulos les dijo:

–Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el cepillo más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.

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