TO 8 C. «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?

“La viga de mi ojo”

VIII Domingo del tiempo ordinario, (Ciclo C)





Me choca la palabra “hipócrita”, me remite a mi vida fingida. Parece la vida de los payasos, de esos que nos hacen reír, aunque tengan penas profundas, sus máscaras les transportan a aparentar lo que no son. 

¿Qué vigas sacar de mi ojo?

La viga de: 

-      “Sabelotodo”, tratar a los demás como ignorantes con palabras y gestos. Me ando guiñando con la soberbia. Mi arrogancia y complejo de superioridad nunca es testimonio de mi calidad humana.
-      “Juez” sin autoridad. Juzgar es un camino dramático, equivocado y un papel que no es mío. El Papa Francisco decía: “Quién soy yo para juzgarlos”, si a veces hago cosas peores. Ni Jesús acusa, él redime; acusador se le llama a satanás.
-      “Obsesión sin autoevaluación”. Enfermedad que amarga mi corazón y mi fraternidad. Mucha imaginación y fantasía, no edificantes. Muy difícil identificar mis errores y menos reconocerlos. Voy perdiendo la capacidad de comprender las complejidades del corazón.
-      “Intensiones perversas”. La boca suele expresar la riqueza o miseria del corazón.  La bondad o maldad interior son exteriorizadas por diferentes lenguajes. 
-       “Educadores no educados”. Maestros, padres de familia y sacerdotes que guiamos y no tenemos metas, que evangelizamos y no tenemos fe, guías sin Jesús, … ¿Cómo ser un “gurú” del amor, del mercado, de la política, de la familia, … si en realidad no hago lo que digo? 
-      “Culpar a los demás”. A papá, mamá, maestros, hermanos, etc. Debo asumir que también soy responsable, no sólo víctima inocente.  

Las imágenes de ciego, mudo, árbol estéril, fariseo, etc. Refieren a esa existencia seca y fingida. Es más, la falta de visión. Porque hay ciegos llenos de sabiduría, no en vano llamó Jesús a Bartimeo; en la literatura griega por ejemplo, Homero, el poeta griego sería ciego; el rey Edipo sería más agudo luego de quedar ciego; la alegoría de la caverna que refleja la luz con el mundo de las ideas.

Homilía/ Reflexión (3 de marzo)

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 39-45

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En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola: 

—«¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? 
Un discípulo no es más que su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. 
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en eltuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano. 
No hay árbol sano que dé fruto dañado, ni árbol dañado que dé fruto sano. Cada árbol se conoce por su fruto;porque no se cosechan higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos. 
El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal;porque lo que rebosa del corazón, lo habla la boca.»

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