Respeta amigo

Respeta amigo






En el automóvil el conductor tiene la música en el más alto volumen, es un personaje que habla de Dios y pide a “todos” el arrepentimiento de sus pecados. Interiormente me irrita, pero no ha dicho algo malo hasta que llega al tema del diezmo. Tengo muchas ganas de pedirle que cambie de música y que baje el volumen, es agresivo hablar de Dios de esa manera, pero al menos lo proclaman.

Todo ello me hace recordar a mi tío “Chayo”, un hombre bueno, trabajador, apegado a la familia, lleno de historias de fantasmas, de pesadillas, de cómo dominar a los malos espíritus que le molestan cuando se quedaba dormido en el almacén de su trabajo. “Tantos que han muerto en este lugar siguen penando” decía. Todas esas historias las escuchaba atento, las contaba con una realidad impresionante que cuando le visité a su trabajo quería ver los fantasmas y escuchar sus ruidos.

Estas conversaciones largas le convertían en el narra cuentos de la familia. Un día, comenzó a hablar de la Biblia, con el mismo estilo, decía que se había convertido y que nos invitaba a ocupar los pocos cupos que quedan, que tenemos la posibilidad de vivir como Matusalén. En su grupo es bueno, responsable, le dieron el liderazgo y lo hace bien; en sus visitas nos hace recordar de Dios y respeta nuestra decisión.

Ya que hablamos de tíos, también puedo hablar de mi tía. La visité y pude notar que algo distinto pasaba, el esposo estaba sobrio, ella cantaba y me invitó a orar a su iglesia. Me alegró, pero rápidamente me di cuenta que tenía el viaje listo, fue un pretexto. Al despedirnos me pidió que la consiguiera una Biblia porque su pastor lo exigía. En este entusiasmo religioso de mi tía su sencillez trasluce poco conocimiento de las versiones de la biblia, aunque para Dios será escandaloso que quienes si conocen no se entusiasmen con su Palabra.

Recuerdo mucho cuando en el pueblo mi vecino “el brujo”, el “borrachín”, la “Chola calzón alegre” y “Juan puñete” dijeron haber cambiado, era realmente un milagro. Nos fue difícil aceptar tal cambio, estábamos acostumbrados a verlos como los equivocados, dieron un giro en su vida y seguíamos pensando lo mismo. Eso lo sabe sólo Dios.

Finalmente, la inclusión, el saber que somos hijos del mismo Padre nos puede unir. Admiro la valentía de Juan Pablo II y de Benedicto XVI que con mucho respeto pidieron disculpas por haber cometido errores en la historia de la iglesia católica contra los judíos, los musulmanes, los evangélicos, los ortodoxos, las religiones indígenas,…

DOCUMENTO DE APARECIDA

“La iglesia estará atenta ante los intentos de desarraigar la fe católica de las comunidades indígenas, con lo cual se las dejaría en situación de indefensión y confusión ante los debates de las ideologías y de algunos grupos alienantes, lo que atentaría contra el bien de las mismas comunidades. (Documento de Aparecida 531).

0 Comments