Tentaciones en el desierto


T. CUARESMA - I C (21-Febrero-2010)

“No tentarás al Señor, tu Dios”

Estamos ya, dentro del calendario litúrgico, en el tiempo de Cuaresma que se dio inicio con el Miércoles de Ceniza. Cuarenta días, es un tiempo de preparación para celebrar la Pascua del Señor: pasión, muerte y resurrección de Jesús.

Ante las grandes dificultades necesitamos de Dios, lo peor es sentirse dios y ser autosuficientes. Jesús mismo, en la dificultad, en la tentación, necesita de una oración profunda a su Padre. Dios mismo experimenta la fragilidad, no sólo en el desierto, sino en muchas ocasiones. Queda claro que no podemos manipular a Dios: “hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”.

Ante la propuesta del mal ¿Cómo reaccionas? Jesús responde sin ambigüedades, no va contra sus valores, no negocia ni da tregua. El mal siempre va proponernos “algo seductor” y sabe nuestras debilidades: el poder, la comida, la fama. Para nuestra vida sólo escogemos entre lo correcto o lo incorrecto, entre el bien y el mal.

Tener el poder es una tentación permanente, a veces sacrificamos los valores más nobles (familia, ética, educación, patria, Dios, amigos) con tal de llegar a la cima del poder. Estamos en la antesala de unas elecciones; castiguemos con nuestro voto a los corruptos y apoyemos a los que sí impulsan el progreso de la comunidad.

Recuerda que toda adversidad se supera con la gran fortaleza de los cristianos: el Espíritu Santo. Jesucristo nos ha dado su amor para fortalecernos y darnos la claridad en nuestras decisiones.

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