El Papa Benedicto XVI envió su primer tuit en su cuenta @pontifex

En el Twitter la Buena Nueva


Domingo III de Adviento – Ciclo C (Lucas 3, 10-18) 16 de diciembre de 2012


“Juan anunciaba las buenas noticias a la gente”



La buena noticia en esta semana la trajo Benedicto XVI al enviar su primer tuit del Papa en su cuenta @pontifex: "Queridos amigos, me uno a vosotros con alegría por medio de Twitter. Gracias por vuestra generosa respuesta. Os bendigo a todos de corazón". Este corto mensaje se emitió el 12 de diciembre (12/12/12) unos minutos antes de las 12,00 durante la Audiencia General de los miércoles. La predicación en el “nuevo continente” en el virtual, es un pedido del Papa desde hace mucho tal como lo expresa en sus diferentes mensajes a los comunicadores.

Como predicaba San Juan Bautista, su Santidad lo hace con lenguaje sencillo y concreto: "Dialoga con Jesús en la oración, escucha a Jesús que te habla en el Evangelio, encuentra a Jesús, presente en el necesitado" se refiere a cómo vivir el año de la Fe. También al ser preguntado sobre cómo vivir la fe en un mundo sin esperanza, Benedicto XVI responde: "Con la certeza de que, quien cree, nunca está solo. Dios es la roca segura sobre la que construir la vida y su amor siempre fiel". Y para los que tienen muchas obligaciones profesionales, familiares y sociales les dice: "Ofrece al señor todo lo que haces, pide su ayuda en todas las circunstancias de la vida diaria y recuerda que Él está siempre a tu lado". Estos mensajes por medio de twitter son sencillos y profundos a la vez, llenos de alegría y de esperanza que llegará a miles de seguidores, a millones de “twitteros”.

Para todo predicador de la Palabra de Dios, la preparación es importante, debe tener un mensaje claro, novedoso, encarnado en nuestra realidad, expresado en un lenguaje conocido, que avive la fe. La convicción y el entusiasmo hacen más vivo el mensaje. El evangelio de hoy no cuenta cómo predicaba San Juan Bautista: “El que tenga dos trajes, dele uno al que no tiene ninguno; y el que tenga comida, compártala con el que no la tiene”. Y cuando le preguntaron unos publicanos sobre lo que debían hacer, les dijo: “No cobren más de lo que deben cobrar”. Más adelante se habla de unos soldados que también se acercaron para saber qué debían hacer ellos, y Juan les dice: “No le quiten nada a nadie, ni con amenazas ni acusándolo de algo que no haya hecho, y conformándose con su sueldo”. Todo esto, lo decía Juan, teniendo claro que no se anunciaba a sí mismo, sino que su tarea era preparar el encuentro de cada uno de sus oyentes con el Señor que venía a su encuentro de modo personal.

Hoy es la fiesta de la alegría, del anunciar las Buenas Nuevas. Sería bueno que el profeta nos anuncie la paz a las religiones (judíos, musulmanes y cristianos). El mismo Dios, Señor de la alegría, la fraternidad y la esperanza nos renueve con su amor. ¿Cómo decir que una religión es verdadera si no propone la paz. ¡Jerusalén, no tengas miedo a la paz! Además de la alegría, ya sabemos que la alegría es un signo de la paz verdadera, de un estado de serenidad, de sosiego, de confianza.
Es decir, en este Adviento, la alegría que nos trae la preparación, como Juan el Bautista, para recibir al Hijo de Dios, al Mesías, al que realmente es “Dios con nosotros” (Emmanuel) nos invita a platearnos si somos una buena noticia para Dios y para nuestros hermanos.

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