La víspera se celebra

Quiero reírme algo arrancándole un poquito de su misterio a la vida. Reírme de mis sueños frustrados, de mis éxitos, de mis estudios, de mis actos, de mi vida misma, quiero ser esta caricatura que intenta parecerse a mí, bajo mis manos tiene es intención.

Un año más de vida, con todo el clima y su gripe, con el sol y la energía. Entre la tristeza y la alegría, debería ser la vida con el paquete sin lazo. Hoy, es el día, sólo atinaron los que saben el lenguaje del afecto, los que comparten mi tristeza de la lejanía, las lágrimas de preguntas ¿por qué no estás acá?

En mi tierra la fiesta está sonando, pocos saben que en mi casa la víspera es la verdadera fiesta, el día es sólo un complemento. Esta tarde en la montaña de mi desorden pude encontrar un poema antiguo, de aquellos en que explotan los sentimientos y la letra aviva su cantar, de esos que no quiero leer mañana porque me dejan confundido, feliz, abrazado en el no sé qué de la gratitud.

Hay poca bulla en mi habitación, mucho sonido en mis pensamientos; cansancio y poco sueño, esperando una llamada, un mensaje, o, de pronto ser olvidado para descubrir la grandeza de Dios.

Hoy, es un homenaje a mi madre, a mi padre, a la virgen María. Es un homenaje porque ante cualquier feminismo la virgen nos muestra su disponibilidad de madre, su generosidad de servidora de Dios, un ángel trae la redención no la soberbia. Hoy pido a la inmaculada, que siga indicándome de dónde vengo, a dónde voy.

Gracias por este año, cómo será el que viene, mi fe me dice que será mejor, el servicio no tiene vacaciones, el tiempo no perdona las arrugas, la vida no perdona ser infeliz, los sueños dan paso a la verdad, la vida da paso a la vida, el amor al amor, la fe a Dios, y Dios a sentir un cumpleaños feliz.

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