XXXIV Domingo del tiempo ordinario (C): Jesucristo, Rey del Universo, "hoy estarás conmigo en el paraíso”

Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino”

¿Por qué se dice que Jesús es el Rey del Universo? La iglesia celebra la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo el último domingo del Tiempo Ordinario como una oportunidad para apelar a su misericordia ya que tiene la palabra definitiva para la vida

Cristo Rey
Crucifixión de Jesucristo. Cranach, Lucas, el viejo.*

C

XXXIV Domingo del tiempo ordinario
Año litúrgico 2018 - 2019 - (Ciclo C)
Homilía y Reflexión


Este ladrón logró “robarse” la salvación el último minuto de su vida. Tú y yo quisiéramos saber cómo lo hizo. Y aunque parezca contradictorio, es como un modelo de cómo avivar la esperanza, reconocer al verdadero Rey.

El ladrón reconoce las barbaridades cometidas en su vida y siente que la justicia le ha capturado y lo eliminará como a una escoria social. Este ladrón, sin posibilidad de escapar, habrá querido tener silencio los últimos minutos de su vida, hacer su oración, encomendarse a todos los santos, al Dios de los cielos; y de pronto, la bulla lo atormenta, las burlas de su compañero sobrepasan su paciencia, lo enfrenta y abre los ojos para reconocer al Dios que está tan cerca, es su compañero en la muerte o de “suplicio”, y en esos minutos ya va faltando el oxigenó, desangrado hace esta petición, propia para nosotros: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.»

Los tres en la cruz, expuestos a las murmuraciones. Los dos ladrones como escarmiento. Y Jesús, con un slogan errado, sin ganas de corregirlo, “lo escrito, escrito está”: INRI. Jesús es el centro de las burlas, de las miradas vigilantes, no quieren que se imponga ese modelo de Rey, matando al Rey quieren asegurarse de que el reino de la justicia y el amor sea una farsa. El ladrón, se sigue burlando, se pone del lado de las autoridades y soldados, lo trata a Jesús como a un tonto o mentiroso: “Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo”, sus palabras parecen seguidas de carcajadas, quiere ser simpático con sus matones y parece despreciable. 

Este ladrón y “burlón”, está renegando de su suerte, los clavos no le han hecho pensar en la oportunidad de su vida; recibe una catequesis y un fuerte llamado a la conversión. El “buen ladrón” le está exponiendo la justicia de los hombres y también la de Dios. El 2burlón” tiene la oportunidad de estar del lado de las víctimas y se ha convertido en victimario de su propia vida, una realidad no lejana para soldados y autoridades. “¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada.

Estos últimos minutos dolorosos y eternos, quizá sublimes, dependerá del ladrón, y de manera especial de Jesús. El rey, burlado y desangrado, sólo le queda oxigeno para escuchar, mirar a los ojos y salvar. El Reino de Dios predicado ha comenzado a tener un trono contradictorio al confortable de los reyes, el Rey insultado ha perdonado, los últimos minutos ya son eternos. Desde el trono de la cruz no posterga: “Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso”.

 Lectura del santo evangelio según san Lucas 23,35-43

En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo: «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.» Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.» Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: «Éste es el rey de los judíos.» Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.» Pero el otro lo increpaba: «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada.» Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.» Jesús le respondió: «Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.»
 Homilía y Reflexión, 
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Crucifixión de Cristo

Autor:
Origen:
Donación Hirsch (Quentin, Claudia Leonor Caraballo de- Hirsch, Sarah Saavedra Guani de- Caraballo, Octavio Alfredo y Hirsch, Mario). 1983
Fecha:
Comienzos del siglo XVI
Período:
Arte Siglo XII al Siglo XVIII
Escuela:
Alemana S.XVI
Técnica:
Óleo
Objeto:
Pintura
Estilo:
renacimiento
Género:
religioso
Soporte:
Sobre tabla
Medidas:
85,5 x 62 cm. - Marco: 100 x 75,5 cm.


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