NO QUIERO SER RICO



SOY UN CIEGO EN EL ABISMO

Soy el rico anónimo, el profeta Amos dijo que me acostaré en lechos confortables, beberé vinos finos y me ungiré con el mejor perfume. Y tenía razón, pero no creo que sea con el pan de los pobres, esas son palabras de socialistas y mentirosos.

Yo sólo practico la libertad de empresa, que los sueldos estén bajos, que los ancianos y los niños de la calle no tengan qué comer, ¡no es mi problema! Ir por ellos sería asistencialismo, que lo solucione el gobierno.

Los presidentes se reunieron y pusieron el objetivo de reducir a la mitad el número de personas hambrientas en el mundo para el 2015, incluso James Wolfensohn, Presidente del Banco Mundial dijo que si no actuamos, las desigualdades serán gigantescas y serán una bomba para nuestros hijos. No estarán pensando que los debemos desprendernos, en todo caso ignoro esa parte.

Me da risa, ya calculé y aseguré el futuro, no he visto a mis hijos, pero ellos están seguros.

¿La pobreza? No la conozco, mis amigos tampoco, son ideas sensacionalistas de las ONGs. Los Derechos Humanos, la paz son utopías. Yo vivo tranquilo, sólo me preocupa la inestabilidad del dólar, y que el ministro no aceptó mi invitación, se perdió el mejor wysky.

Señor rico anónimo: no hay peor ciego que el que no quiere ver. La justicia existe.




Javier Abanto Silva

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