«Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen»
"Cuando llegaron al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí, y a los dos malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Dividiendo sus vestidos, echaron suerte sobre ellos. El pueblo estaba allí mirando, y los príncipes mismos se burlaban, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo si es el Mesías de Dios, el Elegido. Y le escarnecían también los soldados, que se acercaban a Él ofreciéndole vinagre y diciendo: Si eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo. Había también una inscripción sobre Él: Este es el rey de los judíos (Lc 23, 33-38)".
Reflexión:
Jesús, traicionado, llevado a los tribunales como acusado y luego juzgado, cruelmente azotado, escupido, golpeado, maltratado, condenado a muerte, castigado a subir con su propia cruz, luego desnudado en público, tendido sobre la cruz, clavado a través de sus huesos de manos y pies, esta recibiendo las ofensas y burlas, y lo único que dice es: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen".
Cómo podemos decir que no saben lo que hacen?
Le han escuchado en las plazas, en los templos, en las sinagogas… pero no te han comprendido.
Sus palabras de paz, justicia, perdón… no han calado en sus corazones. El Sermón de la Montaña, el Padrenuestro, tus mandamientos, la parábola del hijo pródigo… no han encontrado eco ni siquiera en los apóstoles que le abandonan.
- Todos tenemos que ser perdonados, porque ninguno sabemos lo que hacemos.
- No lo sabían los judíos que se cerraron a sus mandamientos y preceptos para no escucharte.
- No lo sabían los romanos que se divertían haciendo sufrir a un hombre destrozado, escupido, coronado, vejado, humillado.
- No lo sabían sus discípulos: Uno lo traiciona, otro lo niega, los demás lo abandonan…
- No sabe lo que hace este mundo: guerras, robos, pornografía, terrorismo, violaciones, mentiras, abusos de menores, drogas, insolidaridad….
- No lo sabemos tampoco nosotros con nuestras pequeñas o grandes infidelidades de cada día, con nuestras negaciones al evangelio, con nuestras cobardías, nuestras perezas, nuestro no complicarnos la vida y mirar hacia otro lado… Ninguno sabemos lo que hacemos.
¿Somos ignorantes que nos creemos dioses, que creemos que somos perfectos, ilimitados, los mejores….?
Nada de eso es verdad. La verdad es que le crucificaron y si volviera a venir quizá nosotros también le crucificaríamos.
Todos los días apretamos un poco más los clavos, te azotamos con nuestras debilidades, te ceñimos la corona de espinas para que se apriete mejor a tu cabeza. Siempre buscamos culpables fuera de nosotros, pero todos somos culpables. Tras la resurrección, los romanos culparán a los judíos y los judíos a los romanos. Adán culpó a Eva y Eva a la serpiente… Andamos sacando el cuerpo, no nos responsabilizamos.
Pero menos mal que tú nos perdonas a todos… Tú que dijiste que había que perdonar 70 veces 7, tú que defendías el perdón no solo a los amigos sino también a los enemigos, tú que nos mostraste que el perdón de Dios es infinito como el del Padre del Hijo pródigo… Ahora nos das la última lección, la de la acción, muy superior a la de las palabras… En el padrenuestro nos decías que le pidiéramos a Dios que nos perdonara como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
El infinito amor de Jesús es coherente con la novedad profética de su prédica: el perdón a los enemigos. Hoy Jesús mismo intercede el perdón para quiénes no saben lo que hacen.
¿No saben lo que hacen? No se refiere a la ignorancia del acto malo que realizan. Sino que no saben a lo que se someten: llevar en el alma la injusticia, la muerte, la maldad, el egoísmo, la ignorancia atrevida, la violencia ciega, …
¿Sabrán lo que hacen quienes explotan y no saben que en esa familia hay niños mal nutridos?
¿Las autoridades que trabajan por sus intereses y matan los sueños de jóvenes que quieren estudiar y desarrollarse?
¿Sabrán, los que acumulan fortuna y no ven que los niños ya no pueden jugar en el agua, los campesinos ya no pescan, el alcoholismo y la prostitución es un flagelo a la que fue una tranquila comunidad?
Pidamos a Dios con todas nuestras fuerzas el don del perdón. Dios nos ama, está vencido por la ternura, su Palabra irá restaurando la vida, incluso de los asesinos de sus hijos.
Creyentes, crucificadores, seguidores, agnósticos, ateos, relativistas,… Todos somos amados, llamados, perdonados; sólo necesitamos reconciliación con nosotros mismos, con nuestros hermanos y con Dios.
Súplica: La dirigimos por el mundo, por la nación, por nuestra iglesia que formamos y vivimos
- No sabemos lo que muchas veces hacemos cuando te ofendemos. Perdónanos señor.
- Te damos gracias porque nos abres las puertas del cielo, gracias porque en el sacramento de la reconciliación nos dices, tus pecados te son perdonados.
- Gracias señor porque en este viernes santo sentimos tu cercanía, tu aliento, tu ayuda, tu aliento.Desde la cruz tú nos miras con compasión y nos dices tus pecados te son perdonados.
- Cuantos hermanos nuestros vencidos por el desaliento te abandonan señor. Cuantos por el peso de sus problemas te dejan señor.
- En este viernes santo varios regresan a pedirte perdón y tú dirás: Padre perdónalos porque no saben lo que hacen. En este día experimentamos tu misericordia.
- Señor, eres lo más maravilloso, todo lo que te han hecho y no pides su castigo, no le guardas rencor, pides por ellos.
- Cuantas veces Señor, nos resentimos profundamente por un mal entendido no somos capaces de perdonar.
- Tengo que aprender eso de ti mi Señor, dame esa fuerza para no ser rencoroso, para tener esa capacidad de perdonar. Danos esa virtud necesaria para vivir sin odios y también perdóname Señor por no haber sido misericordiosos como tú lo eres.
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