Domingo de la Pasión del Señor o de Ramos – Ciclo B (Marcos 14,1 – 15,47) – 1 de abril de 2012
“Salvó a otros, pero a sí mismo no puede salvarse”
El domingo de Ramos, celebrado con mucha emoción y devoción en la ciudad y en la zona rural de nuestro Perú.
En mi pueblo, había un burro que tenía el privilegio de tener a su disposición muchas invernas de pasto y que nadie monte en él, salvo la imagen de Jesucristo que entra triunfante en Jerusalén, hoy representada por el templo en el que se celebra.
La gran celebración de Semana Santa se inicia hoy. También se sintetiza o se unen la alegría y la tristeza, el amor y el odio, la alabanza y el desprecio, la compañía y la soledad, el Rey y el reo, la injusticia y el amor. Con tanta fuerza se puede aclamar la gloria del hijo de David o del salvador y con tanta fuerza la muerte de Dios.
En este ciclo B, según el evangelio de San Marcos, se pone de manifiesto la fuerza de las mujeres por amor a Jesucristo. Desde la unción en Betania hasta la resurrección las mujeres son grandes protagonistas, son las únicas que no se corren cuando “las papas queman”. Pero en todas las escenas aparecen los detractores, los prejuicios raciales, el machismo, el culto vacío, la manipulación del pueblo, el interés egoísta de los líderes.
Todos los actores, a veces se parecen a mí o a ti. Desde Judas, Pilato, El sacerdote, el Sanedrín, los discípulos, Pedro, … cada uno con su perfil psicológico, nuestra lejos de la realidad de cada persona.
Esta vida es una oportunidad para vivir cada día en camino a la resurrección. Por eso la vida es una valor universal máximo. Tenemos que superar, no podríamos seguir caminando como en un hilo. Vivimos entre la alabanza y la condena, lo hacemos rey a Jesús en nuestra vida pero luego estamos buscando cómo matarlo.
Esta semana santa, donde estés es una oportunidad para vivir un deporte extremo: amor extremo de Jesús.
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