TO 6 C. ¿Jesús es tu causa?

La Bienaventuranzas                                                             Homilía/reflexión

"...por causa del Hijo del Hombre"
Jesús es tu causa!!!
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Sexto Domingo del tiempo ordinario – Ciclo C (Lucas Lucas 6, 17. 20-26) 17 de febrero de 2019


El “plan Bienaventuranza” apunta en la médula cristiana. Sin embargo, vale para todas las religiones y sociedades, sencillamente el mundo sería distinto si somos mejores personas humanas.

Te podría decir que estas palabras llevan a la felicidad, a ser bendito o bienaventurado. ¿Cómo se camina?

Te podría decir que Jesús esta contra los infelices, malditos o malaventurados. ¿qué esperamos?

Sólo te puedo decir que Jesús “baja” y se pone en igualdad. Para ese acto se necesita humildad. Junto a nosotros es un pedagogo de la lucha espiritual y social.

No sé si eres pobre, tienes hambre, lloras de tristeza, si te odian, excluyen, insultan, difaman, etc. En ese plan eres una “víctima” del capitalismo, consumismo, relativismo, comunismo, alienación, etc. Así, falta kilómetros para llamarte dichoso o bienaventurado.

Si eres victima de la ruleta de la pobreza y de actos inhumanos. Hay algo más. Dios te ha dado inteligencia, una dimensión espiritual, una política. Te vas dando cuenta que el camino a ser “dichoso” o “bienaventurado” es todavía lejano.

Esta es la parte donde la justicia se convierte en una necesidad humana. Una lucha cotidiana. Necesitamos salir del victimismo. Salir y ayudar a salir de las llagas sociales. Así, podemos clarificar nuestra responsabilidad social, nuestro camino al cambio.

En este camino hay algo más que liberarte si no sabes ser libre, salir de la pobreza si seguirás siendo pobre con dinero, integrarte si eres una isla, amarte si no te gusta ser amado. Necesitas un valor claro y un paradigma.

La meta de ser “dichosos” cuando “te odien los hombres, y te excluyan, y te insulten y proscriban tu nombre como infame, por causa del Hijo del Hombre”.

Es decir, tu causa sólida: Jesús.

La esperanza no es una mirada atónita, necesitas mojarte las manos y el espíritu. “A Dios rogando…”

Jesús le da sentido a la pobreza, ahuyenta tu lujuria, pereza, ira, gula, etc. La felicidad te lleva a Dios. Muchos imperios exitosos han terminado destruidos porque decidieron vivir sin Dios.

Entonces, sin Jesús no puedes marchar a la felicidad. Sin tus hermanos tampoco. Por eso Jesús se baja, no te mira por sobre los hombros, te habla en igualdad.




Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 6, 17. 20-26

En aquel tiempo, bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
El, levantando los ojos hacia sus discípulos, le dijo:
–Dichosos los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios.
–Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.
–Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis.
–Dichosos vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del Hombre.
Alegraos ese día y saltad de gozo: porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.
Pero,¡ay de vosotros, los ricos, porque ya tenéis vuestro consuelo!
¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre!
¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!
¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas.


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