II Domingo del Tiempo Ordinario (A): “Y yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios”

Quien ama lo grita

Amor
Adoración del Cordero Místico, con la sangre brotando, detalle del Políptico de Gante, de Jan van Eyck, c. 1432.
 

II Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2022 - 2023 - (Ciclo A)

 

Desde los 12 años hasta los 30 sabemos muy poco de Jesús ¿Quieres conocer los detalles? Yo también. Juan Bautista dice no conocerlo o no comprender bien, aunque luego lo proclamará como el Cordero de Dios. Pero el objetivo del evangelio no es ser una crónica histórica, sino mostrarnos, revelarnos su misión más importante para nuestra vida. Definitivamente Dios es fundamental en la vida del ser humano y la creatura late por conocer a su creador.

 

Agua y Espíritu

Esa es la dinámica que emprende Dios, hacerse conocer. Por ejemplo, el mismo Juan el Bautista, sabe que Jesús viene a quitar el pecado del mundo con alguien más fuerte que el agua: el Espíritu Santo. El agua es signo de vida, necesaria para la fertilidad, para calmar la sed, para “purificarse”, lavarse; pero es muy débil para purificar los corazones, allí se necesita al Espíritu Santo, capaz de transformar los corazones de piedra. Lo cual ya es una gran esperanza de curación cuando padecemos de enfermedades cardio-espirituales, o sangre-arrogantes.

 

Sedientos versus saciados

A la fecha, en la web o en las “érase una vez” bibliotecas se puede encontrar mucha información de Jesús, su contexto histórico, su lenguaje. Tenemos más información que Juan el Bautista y muchos de los profetas. La crisis está en el nivel de interés. Si Jesús es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, aplacas el tema si no te interesa tener el corazón limpio, o decir la verdad. Lo paradójico es que los estudiosos de la antropología detectan la necesidad espiritual de la humanidad, nuestros ánimos parecen mutilados por muchos factores o agentes interesados en alejarnos de Dios. Es decir, tenemos la posibilidad de mejor información pero no la buscamos.

 

Qué significado puede tener para ti cuando el sacerdote dice: “Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor”. En la historia el Cordero es una ofrenda a Dios, signo de liberación, para compartirlo, para la comunión. Jesús mismo lo instituye en la última cena. El cordero ofrenda de purificación es el mismo Cristo ofrenda para liberar a hombres y mujeres. Es decir, no sólo el sentido teológico sino también el histórico de Jesús Cristo ha revolucionado la historia y no lo valoramos. 

 

Messi versus Mesías

Después del mundial 2022 era casi idolátrico ver en las Redes Sociales la figura de Lionel Messi. Muchos cristianos destacaban sus tatuajes religiosos. Algunos conventos coreaban su nombre. Postergaban las misas para no cruzarse con el mundial. Aparecieron fotomontajes del papa Francisco con la camiseta albiceleste. ¿Qué hizo Messi para merecerse todo ello? Ser genial jugando fútbol. Si los cristianos ensalzan así a Messi entonces podemos esperar algo más grande respecto al Mesías, el coro de los conventos corea a todo pulmón, visten la camiseta de un Jesús que quiere la paz, la justicia, desterrar el hambre y la ignorancia. ¿Qué hace Jesús para merecer todo ello? Ser el camino, la verdad y vida, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Si Messí se tatuó un Cristo y Rosario, tú puedes llevar a Cristo tatuado en tu corazón y vida.

 

Misión versus públicos

Hoy, como Juan el Bautista puedes exclamar, “Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Las Redes Sociales se han convertido en una gran oportunidad para llegar a los millones de personas conectadas. Si es una Buena Noticia para la vida, por qué no decirlo o proclamarlo en el nuevo continente. Piensas en estos datos científicos del uso digital: Más de 12 billones de horas pasadas en línea, nuevos hitos en el acceso a Internet, récord tras récord de las plataformas sociales... a mediados de 2023 se calcula que 8mil millones de personas estarán usando internet. Entre las principales historias que surgen a nivel mundial:

  • Crecimiento de dos dígitos de los usuarios sociales.
  • Mayor crecimiento de YouTube, Instagram y TikTok

¿Te desafían en algo estos datos?

 Juan Bautista inicia humildemente por el no conocer todo, no comprenderlo pero termina proclamando con toda convicción.

Palabra del papa Francisco

La Iglesia, en todos los tiempos, está llamada a hacer lo que hizo Juan el Bautista, mostrar a Jesús a la gente diciendo: «Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo». ¡Él es el único Salvador! Él es el Señor, humilde en medio de los pecadores, pero es Él. Él, no hay ningún otro, poderoso, que viene. No, es Él. ¡Ay de la Iglesia cuando se anuncia a sí misma! Pierde la brújula, no sabe dónde va. La Iglesia anuncia a Cristo; no se lleva a sí misma, lleva a Cristo. 

(Ángelus del 15 de enero de 2017)

 

 

Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 29-34

En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
«Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: “Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”. Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel».
Y Juan dio testimonio diciendo:
«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo:
“Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo”.
Y yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios».


Pintura

Adoración del Cordero Místico, con la sangre brotando, detalle del Políptico de Gante, de Jan van Eyck, c. 1432.

El retablo la Adoración del Cordero Místico, también conocido como Altar de Gante, es un políptico de doce tablas al óleo realizado por los hermanos Hubert y Jan van Eyck, por encargo de Joos Vyd y su esposa, Elisabeth Borluut. Fue pensado para la iglesia de San Juan de Gante (actual Catedral de San Bavón), donde aún permanece.

El panel inferior central muestra la escena principal, la Adoración del Cordero Místico, representando al Hijo de Dios y su Eucaristía. Se trata de una obra fundamental en la historia de la pintura ya que ofrece un nuevo campo de visión naturalista, resultado de ampliar sobre una tabla escenas y representaciones que hasta entonces solo fueron accesibles a los conocedores de las miniaturas. La composición está basada en un pasaje del Apocalipsis de San Juan:

Después de esto vi una grande muchedumbre, que nadie podía contar, de todas naciones, y tribus, y pueblos, y lenguas, que estaban ante el trono y delante del Cordero, revestidos de un ropaje blanco, con palmas en sus manos
Apocalipsis (7,9)

La sangre de Jesús es recogida en la copa, lo que se relaciona con el mito del Santo Grial.11​ En el cielo surge la paloma, símbolo del Espíritu Santo, que ilumina la escena. El Cordero está rodeado por catorce ángeles, algunos de ellos con los símbolos de la Pasión (la cruz, la columna, la corona de espinas, la lanza, la esponja).11​ Delante, la fuente de la vida de la que nace un arroyo, cubierto de joyas.

En la escena se observa una campiña con una ciudad al fondo. Esta campiña presidida por el trono del Cordero es un espacio que alberga un despliegue de numerosas figuras y detalles prodigiosamente concretos. Una ola de luz penetra toda la naturaleza, liga sin brusquedad todos los ambientes y une armoniosamente todas las materias, desde las telas de los ropajes y los metales de las hebillas y coronas hasta la piel de los rostros, las hojas de los árboles y los edificios del fondo.

El paisaje representa el Jerusalén celestial. Hay plantas parecidas a las mediterráneas. En el horizonte se ven colinas, montañas y ciudades, creyéndose reconocer en la torre que queda detrás del altar el campanario de Utrecht.

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