Pentecostés: 50 días, 50 lenguas, 50 llamas…
Llegamos como peregrinos bajo el sol ardiente,
con el polvo del camino y la fragancia de las flores,
con 50 días de espera,
50 cruces a cuestas,
50 cerrojos en el alma,
50 temores por vencer…
y una sola esperanza: entendernos desde lo alto.
Hoy es Pentecostés.
Hoy el Espíritu viene a romper los muros invisibles.
Viene a hablarnos en nuestra lengua interior,
esa que no domina el poder ni el ego,
sino la autenticidad del alma ante Dios.
🔥 Hoy llega el Defensor… y nos transforma:
— Para susurrarnos con un lenguaje único
¿Romperá el colonialismo de la palabra?
— Para abrirnos al entendimiento profundo
¿Seguirán existiendo privilegios que excluyen?
— Para enseñarnos todo
¿Desde una cátedra… o desde la herida?
— Para hacernos recordar las palabras de Cristo
¿Dónde están hoy sus testigos vivos?
— El Padre envía al Espíritu en nombre del Hijo
¿Viene por todos… y tan pocos lo anuncian?
— “Paz a ustedes”
¿Acabarás con el encierro, el miedo al riesgo?
— “Como el Padre me envió, así los envío yo”
¿Cómo reconocer hoy a los enviados,
entre selfis, pantallas y transmisiones?
— Para perdonar pecados
¿Podremos volver a sentir la urgencia del perdón?
Pueden existir 50 preguntas.
Cada uno guarda sus 50 respuestas
en lo íntimo de su relación con Dios.
Pero hoy, todo es presencia,
100% cara a cara con el misterio,
100% del fuego que no quema,
sino que enciende el testimonio.
Hoy Pentecostés no es solo un recuerdo.
- No es paloma, es fuego que incomoda;
- no es show espiritual, sino envío radical;
- ¿Espíritu Santo o espíritu cómodo?
- Dios sopla, y tú ¿todavía respiras?
Es un llamado a dejar que el Espíritu Santo nos funda
en comprensión, en compasión,
en fuego divino que habla todas las lenguas
y entiende todos los anhelos.
🕊️ Ven, Espíritu Santo. Háblanos al alma. Amén.
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