Domingo de Pentecostés (C) ¿Hablas en lenguas, pero entiendes al otro?
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo»
Pentecostés: el cumpleaños de la Iglesia, la irrupción del Espíritu, el fuego que transforma y envía. Hoy celebramos no solo un hecho del pasado, sino una realidad que debe arder en el presente: el Espíritu Santo como fuerza que da vida, claridad y misión a los seguidores de Jesús.
Domingo de Pentecostés
Año litúrgico 2024 - 2025 - (Ciclo C)
🔥 La necesidad urgente del Espíritu Santo
Jesús pasó sus últimos años formando a sus discípulos: los llamó amigos, los renombró, los confrontó, los rescató. Vivieron milagros, parábolas, persecuciones, alegrías… y sin embargo, no entendieron todo. Después de su Ascensión, regresaron a Jerusalén y, como muchas veces nosotros, volvieron al refugio de las costumbres y los ritos.
Por eso Pentecostés no es un simple recuerdo, es una llamada urgente.
Necesitamos que venga el Espíritu Santo no solo a consolarnos, sino a sacudirnos, a enviarnos de nuevo al mundo.
🙏 Falsas fidelidades
La fidelidad a la fe no consiste en aferrarse a los trajes litúrgicos, ni en repetir fórmulas vacías, ni en mirarse el ombligo desde una torre de superioridad moral.
Ser fiel a la fe es ser fiel al Evangelio, y eso exige apertura, escucha, compasión y una profunda conciencia de que no somos dueños de la verdad, sino servidores del Reino.
¿Necesitamos al Espíritu Santo? Sí, urgentemente. Para oxigenar una fe que muchas veces está encerrada, ahogada o domesticada.
🌍 Una Iglesia que respira en el Espíritu
Este Pentecostés nos plantea preguntas profundas:
¿Cómo se renueva hoy la Iglesia?
¿Cómo se replantea la sinodalidad, el diálogo con el mundo digital, la inteligencia artificial, la cultura del descarte?
El Papa Francisco ha insistido: la evangelización es obra de Dios.
Somos instrumentos, sí, pero sin Espíritu no hay fruto, sin Espíritu no hay novedad, sin Espíritu no hay Iglesia.
El Papa León XIV, recuerda en la Vigilia de Pentecostés que necesitamos volver a las Bienaventuranzas como hoja de ruta:
pobres de espíritu, hambrientos de justicia, pacificadores, limpios de corazón. No depredadores disfrazados de piedad, sino peregrinos en busca del Reino.
💡 Renovación personal: una fe que se atreve
Hoy es momento de renovarte por dentro.
Recupera la perseverancia de los apóstoles, que aunque fueron tercos y lentos para entender, no se detuvieron jamás. No temas a lo nuevo. No te refugies en tu zona de confort. Atrévete a salir del encierro ideológico, del miedo al mundo, del cristianismo tibio.
Tal vez te toca hacerte estas preguntas:
— ¿Crees en el Espíritu Santo?
— ¿Habita en tu vida, en tu entorno, en tu comunidad?
— ¿O lo has convertido en una palabra más del Credo?
👉 Que el Espíritu te mueva... y te envíe
Que en este Pentecostés no celebremos una paloma, sino una transformación real.
Que el Espíritu te empuje a ser testigo: no solo con palabras, sino con actitudes, con decisiones, con una vida encendida de Evangelio.
Que el Espíritu Santo mueva tu alma, tu corazón y tu cuerpo.
Y que el mundo lo note, porque tú fuiste enviado.
👂Palabra del Papa León XIV
La familia es signo de paz y de futuro
La unidad de la Iglesia-familia de Dios también es la unidad de las familias-Iglesia doméstica: León XIV lo reafirma, haciendo referencia a esa “unión universal” que es “signo de paz” y de “futuro para los pueblos”. Porque el mundo actual necesita de la alianza conyugal para “conocer y acoger el amor de Dios y superar, con su fuerza que unifica y reconcilia, las fuerzas que desintegran las relaciones y las sociedades”.
(Vigilia de Pentecostés, 7 de junio de 2025)
📖 Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 19-23
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
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