sofia



Sofía y Prudencia

Hace tiempo he querido mandar a rodar a mi paciencia, a ese acto de postergar las cosas, a no querer reconocer el miedo a la equivocación, a perder seguridades, a sentirme tan solo y lleno de la nada; es decir temor a ver mi vida inexistente, caminante muerto rondando lo incierto.

Hace tiempo, me parece que eso es el gran error, ya casi es omisión y ella no es muy amiga de una fe activa, la fe suele ser un gran motor para funcionar a 120 por hora. Digo a esa velocidad porque no quiero que dejar el temor se convierta en un riesgo, llegar a 180 por hora significaría estar al borde del suicidio.

La prudencia y la cautela, verdaderas, no son un defecto, son una virtud. La prudencia evita muchos problemas, aclara en el silencio y rebela verdades insospechadas. La prudencia hace pensar, calcular, reflexionar, medir, investigar, respetar, tener en cuenta, observar detalles, escuchar, hablar poco, mirar el terreno, examinar las circunstancias, concluir lo adecuado,… doña Sofía brilla.

No tengo que dar muchas explicaciones. Los juicios antes de entender lo que la otra persona quiere decir nos hacen sufrir. Lo que pensamos de los demás y lo decimos por ocurrencia se convierten en chismes que manchan el buen nombre.

¿Dime si alguna vez no te molestó saber que alguien comenta a tus amigos lo que tú consideras es un secreto o lo conversaste en confianza? La infidencia daña relaciones, crea temores, desconfianzas y rebela de aquello que es capaz la persona. Lamentablemente no hay filtros para las lenguas y felizmente Dios nos dio sólo una.

La vida no queda en el hablar, es más. Es un arte. Los proverbios, la vida reflexionada por años, dejan claro que en el fondo hay más que lo que vemos. En el fondo hay alguien más sabio ¿Será Dios? No lo admito por prudencia, mejor con disimulo por respeto a quienes sólo creen en su cerebro, pero a quién voltear los ojos cuando su presencia en más que su nombre.

Aunque “doña prudencia” aparenta timidez, no puede soltarle la mano a “doña Sofía” que con energía nos repite: “construye” “sale” “urge”. Solemos ser desidiosos y repetir: “sentado a su puerta”, “esperando”. Estas virtudes parecen olvidadas o tal vez desterradas de nuestra vida, pero hay que tenerlas en cuenta, son parte importante de la vida.

DOCUMENTO DE PARECIDA:
“La acción de gracias a Dios por los numerosos y admirables dones que nos ha otorgado culmina en la Eucaristía, alimento substancial de los discípulos y misioneros…” (Documento de Aparecida n° 26)

0 Comments