XXXIII Domingo del tiempo ordinario (C): Camina con Cristo así no te atraparán el miedo ni los discursos manipuladores
“ Yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario ”
La estrategia frecuente de dominación es la del miedo, porque éste quita la capacidad crítica, la de protesta. Específicamente, este estilo no es el mismo que el lenguaje apocalíptico. El primero, busca la oscuridad, el apocalíptico busca la revelación; el primero quiere pasividad, el segundo urge a vivir hoy con diligencia para preparar el mañana.
El Juicio Final (Altar alado) Fra Angélico
(The Last Judgement (Winged Altar))
XXXIII Domingo del tiempo ordinario. Año litúrgico 2024 - 2025 - (Ciclo C)
El Evangelio de hoy nos habla de guerras, terremotos, signos en el cielo… Imágenes fuertes, casi de película. A primera vista, parecen anuncios del fin del mundo. Sin embargo, si nos quedamos solo con el miedo, perdemos lo esencial del mensaje de Jesús.
1. Un lenguaje que revela, no que asusta
La Biblia usa un estilo llamado lenguaje apocalíptico. “Apocalipsis” no significa destrucción, sino revelación. Es un modo simbólico de decir: algo de este mundo viejo se está cayendo, porque Dios está haciendo nacer algo nuevo.
Lucas, en su evangelio, recoge este lenguaje, pero con una intención muy clara: evitar el pánico y la manipulación. Ya en su época había gente que anunciaba fines del mundo para ganar seguidores. Jesús, en cambio, no viene a asustar, sino a desvelar dónde está de verdad la salvación: en el Reino de Dios, no en los poderes de turno.
2. Los lenguajes del miedo de hoy
Si miramos alrededor, vemos que el lenguaje apocalíptico no ha desaparecido; solo ha cambiado de formato.
• Noticias que insisten en la violencia, la guerra, las catástrofes… Los líderes que crean intencionalmente chivos expiatorios y enemigos comunes.
• Discursos políticos que dicen: “sin nosotros no hay futuro”. Y luego, se encargan de destruir el futuro del prójimo.
• Mensajes religiosos que solo hablan de castigo, condena y fin del mundo. Pero no aman a su hermano.
Son lenguajes que alimentan el miedo y nos dejan bloqueados, sin horizonte. Igual que en tiempos de Jesús, resurgen “profetas de desgracias” que usan la angustia para controlar, dividir o manipular.
Pero Jesús nos dice hoy, como entonces:
“No se dejen engañar”; “No se asusten”.
El problema no es solo que haya guerras, crisis o violencia. El problema es cuando el miedo se convierte en la última palabra y dejamos de creer que Dios puede hacer algo nuevo en medio de todo eso.
Y una cosa más, el profeta del miedo, en tu casa, o pequeña comunidad, siempre estará, los problemas llegarán. Con la caída de Jerusalén no se acabó la religión, la destrucción del templo no desapareció a Dios, … los manipuladores no son eternos, Dios es eterno, por ello nos da la fuerza para hoy preparar el mañana. No tiene ni mínima coincidencia con las modalidades de la agenda 2030 en el desarrollo sostenible que todavía es insostenible, mientras esperemos al 2045 (si sigo vivo).
3. ¿Qué hacer hoy con nuestra vida?
El Evangelio no es una invitación a encerrarnos esperando el fin, ni a vivir como si nada pasara. Nos propone otra cosa: No vivir instalados, como si este mundo fuera definitivo. Pero tampoco vivir paralizados, como si todo estuviera perdido.
La fe cristiana es anhelo de un mundo mejor, de una humanidad nueva. Esa novedad no se programa como un proyecto más: es don de Dios, es vida nueva que Él ofrece en Cristo.
Por eso Jesús se coloca a la puerta y llama. No viene a arrastrarnos fuera de este mundo, sino a caminar con nosotros dentro de él: En nuestras fragilidades, crisis, dudas y miedos.
La pregunta importante no es “¿cuándo será el fin del mundo?”, sino:
¿qué estoy haciendo hoy con mi vida, sabiendo que Cristo está a mi puerta? ("abrir la puerta")
4. Un lenguaje cristiano ante la violencia
En un mundo marcado por atentados, guerras, injusticias, violencias domésticas, redes sociales llenas de agresividad… ¿qué lenguaje pueden usar los cristianos?
No el lenguaje de la amenaza, del “ya verás”, del juicio sin misericordia.
No el lenguaje del todo da igual, del cinismo y la indiferencia.
El lenguaje cristiano está llamado a ser:
- Profético: decir la verdad, denunciar la injusticia, no pactar con la mentira.
- Esperanzador: recordar que el mal no tiene la última palabra.
- Encarnado: no solo palabras bonitas, sino gestos concretos de amor, de solidaridad, de defensa de los más débiles.
Cristo no nos promete que no habrá persecución ni sufrimiento. Lo que promete es algo más grande:
“Yo estoy con ustedes”. “No tengan miedo”. Su presencia no siempre se ve con los ojos. Como le dice el zorro al Principito: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Se ve con el corazón: en alguien que acompaña a un enfermo, en quien perdona, en quien comparte, en quien se mantiene fiel a la verdad aunque le cueste. Ahí, como levadura en la masa, Cristo está actuando.
Palabra del Papa León XIV
Romper la soledad: la pobreza que atraviesa todas las pobrezas
Aunque las pobrezas materiales siguen siendo un desafío urgente, León XIV subrayó que existe una herida más profunda y transversal: la soledad. E invitó a promover una auténtica cultura de la atención que rompa ese aislamiento, comenzando por la vida familiar y extendiéndose a escuelas, lugares de trabajo, comunidades y también al mundo digital. La cercanía, dijo, es el rostro concreto de la ternura de Dios.
En medio de guerras y violencias, un Evangelio que salva
El Papa reconoció que los escenarios de guerra y violencia llevan a muchos a un sentimiento de impotencia global. Sin embargo, denunció que esta sensación nace de una mentira: creer que la historia no puede cambiar.
Recordó que, precisamente en medio de las crisis, el Señor viene a salvar, y que los cristianos deben ser un signo vivo de esa salvación entre los pobres y afectados por los conflictos.
(Jornada mundial de los pobres. León XIV, 16 de noviembre de 2025).
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 21, 5-19
En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Ellos le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».
Él dijo:
«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».
Entonces les decía:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes.
Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo.
Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.
Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».
%20-%20(MeisterDrucke-8754).jpg)


0 Comments