"El creador no te ha dado el anhelo de hacer algo de lo que no eres capaz".-Orison Swett Marden.


La nostalgia por Dios

Londres, 2018. Foto: Javier Abanto.


Su amor y pedagogía al borde de lo trágico,
Un hijo emprende caminos y el otro, ritos;
Uno, melancólico, descartable entre puercos,
Otro, miserable, entre becerros y cabritos.
El menor, ha preparado ya discursos,
El mayor, sus actos litúrgicos,
Uno lloró desconsolado en paternales brazos,
Otro, reclamó justicia ante entrañables ojos.  

El Padre ha encontrado a uno lejano,
Seguirá buscando al otro cercano;
Esta fiesta de suculento encuentro,
con un padre rogándote ser hermano;

La fiesta y el banquete preparado, hermanos;
Corazones escribas, gritan ¡crucifícalo!
Quien cuidó y vigiló de los toros cebados,
Pasa la peor hambre, de cerdos impuros.
Y quien comió junto a los restantes paganos, come junto al padre y sin su hermano.

¡Qué tragedia!
Tener casa, afortunado, infeliz y huraño;
Resentido, tacaño; 
La misericordia no lo ha heredado.
Sirve a Dios y no a su hermano.
¡La melancolía lo regresará a ser amado! 

Tener y placer en un lugar lejano,
Desechado y hambriento,
Anhela, cual jornalero, comer pan sudando.
Le duele. Dejó a Dios y a su hermano.
¡La melancolía lo regresará a ser amado! 






Literatura/ Poesía
(Autor: Laepi) (Calle 7)

Meditación de: San Lucas 15, 1-3. 11-32 El hijo pródigo.

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