Sagrada Familia (C): “Tu padre y yo te buscábamos angustiados”

La Sagrada Familia es un modelo para construir tu propia familia, hacerla fuerte y enfrentar los problemas de la vida.
 

Sagrada Familia

Rafael Sanzio. Sagrada Familia del cordero


La Sagrada Familia

Año litúrgico 2021 - 2022 - (Ciclo C)


Familia en construcción

Provenimos de una familia

Mi familia tiene una historia, no me refiero al nivel social o al prestigio, sino a lo que implica, las enseñanzas de mis bisabuelos y mis abuelas. La tradición hace que mi madre “guarde luto”, se vista de negro para las misas y funerales, y mantenga el luto durante un año por los familiares de primer grado. La tradición espiritual le ha regalado su santo preferido a mi padre y oraciones que repite incansablemente antes de dormir. Tú, también tienes una historia familiar. De alguna manera eres la cara de tu familia.

 

Tu familia como las otras buscan la mejor forma de educar a sus hijos. María y José buscaron inculcar su tradición religiosa. Jesús es el fruto de una educación con contenido espiritual, con una inteligencia emocional de un carpintero y la fe abrahámica de María. La familia sencilla y humilde cobija al salvador del mundo.

 

“Es hermoso ver a Jesús insertado en la red de afectos familiares, naciendo y creciendo en el abrazo y la preocupación de los suyos. Esto es importante también para nosotros: venimos de una historia entretejida de lazos de amor y la persona que somos hoy nace no tanto de los bienes materiales que hemos disfrutado, sino del amor que hemos recibido” (Papa Francisco)

 

Ser mejor familia

Y no creas que todo es un cielo, mi padre y mi madre también discuten, hay chismes familiares y tenemos buenos y malos ejemplos. Muchas veces no quieren ir al médico. Existen muchas angustias a causa de las enfermedades. Cuántas angustias han sufrido María y José: al no encontrar un lugar para que María pueda dar a luz a su hijo, al huir a Egipto para que Herodes no mate al niño, al perderse en el regreso de la peregrinación, al verlo crecer y que un día la gente crea que tienen un hijo ‘loco’,... 

 

En la familia, el nacimiento de cada miembro replantea la forma de vivir y otros aspectos. Aprendemos a vivir solos, con hermanos, primos, sobrinos. Ser familia es un aprendizaje continuo. El Papa francisco señala: “Cada día, en la familia, hay que aprender a escucharnos y comprendernos, a caminar juntos, a afrontar los conflictos y las dificultades. Es el reto diario, y se gana con la actitud adecuada, con pequeñas atenciones, con gestos sencillos, cuidando los detalles de nuestras relaciones”(Sagrada Familia, 2021)

 

La familia, “Tú y yo”

Tú primero y yo después, te prefiero a ti y después yo, lo digo pensando en ti primero. “Tu padre y yo”. Esa forma de tratar de María sale de una convicción familiar, de una solidaridad germinada en la composición familiar. Si en tu familia alguien anda pensando en “yo primero” de seguro que sufrirá de egoísmo sin límites. Porque en la familia todo es de todos, pero todos se esfuerzan pensando en los demás. En una familia dividida es impostergable pedir a Dios para que exista la paz.

 

“Démosle las gracias y recemos por nuestras familias. Dios piensa en nosotros y quiere que estemos juntos: agradecidos, unidos, capaces de proteger nuestras raíces”

 

El día de la familia veamos a los más cercanos, cómo se van realizando, equivocando, renovando. En cada familia necesitamos unirnos en oración.

 

 

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 2, 41-52

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua.
Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.
Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».
Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.


Pintura: Sagrada Familia de Rafael Sanzio



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