Amos o mascotas


El amo o su mascota

Conejitos, perritos, pececitos, cotorras, periquitos, canarios, tortugas, hamsters, iguanas, y muchos más en sus diferentes especies. Quien tiene una mascota está pensando en veterinario, comida, vivienda, cuidados especiales, ropa…
Cada día el “amo” (a) se da un tiempo para hablar, cariñar, bañar, reír con su mascota. Es tan querida la mascota que tiene su lugar en el almuerzo, tiene un nombre, puede incluso hacer una travesura y ser aplaudida. Aunque sea un animal útil para la alimentación, como el conejo, el dueño no piensa en comerse a su mascota. Cuando las mascotas mueren les preparan funerales, les lloran. Incluso algunos les dejan como herencia su fortuna.
Me imagino que nadie quiere ser mascota, salvo alguna que sea heredera de una fortuna – se me nota la avaricia- Yo no quisiera serlo. No a un cariño que encierra. No me dejaría usar para rellenar un vacío afectivo (digo). No a tenerlo todo pero sin libertad. No a comer en un estilo de vida fingido. No a un amor que no es de los nuestros. No a ser la risa de los demás.
No estoy contra el cuidado de las mascotas, estoy a favor de que todos respetemos el hábitat natural, aunque nuestro dinero nos facilite dominio, caprichos exóticos. Tenemos una comunidad de personas ansiosas de vivienda, comida, educación. Lo primero es lo primero. Los que guían nuestros países deberían considerarlo.
Para Dios, las zorras tienen madrigueras, los pájaros tienen comida a su tiempo, pero quien se dedica a servir no tiene donde reposar la cabeza. Si entregamos nuestra vida que sea por algo sumamente necesario. La ambición, la manipulación, el poder pueden hacernos unos abusivos, con egoísmo grave y cerrazón craneana. Todo lo que hacemos por una mascota podemos hacer por los demás, sazonando con: respeto, ternura, inclusión, responsabilidad,…

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