Sexto Domingo de Pascua (C) “No se angustien ni tengan miedo”
Sexto Domingo de Pascua –
Ciclo C (Juan 14, 23-29) 5 de mayo de 2013
“No se
angustien ni tengan miedo”
"Así son estos peruanos, ignorantes,
por eso es que este país no avanza, porque está lleno de indígenas",
expresó el diplomático Riofrio a dos mujeres en un mercado de Magdalena del Mar
en Lima. Las imágenes hablan, necesitamos respeto, sea quien sea.
“No se
angustien ni tengan miedo”
En otra nota, la resistencia de empresarios
e interesados en el cumplimiento de la Ley de Consulta Previa, deja un mal
sabor en el respeto a la Ley y a los habitantes de pueblos indígenas. Recordemos
que esta Ley fue promulgada ante cientos de pobladores indígenas en el poblado
amazónico Imacita en la provincia de Bagua, por el jefe de Estado, Ollanta
Humala Tasso, aprobada por unanimidad en
el Congreso de la República. Es decir, se reconoce formalmente el derecho delos pueblos indígenas u originarios a ser consultados de forma previa sobre las
medidas legislativas o administrativas que afecten directamente sus derechos
colectivos, sobre su existencia física, identidad cultural, calidad de vida o
desarrollo.
Muchos hemos experimentado frases denigrantes por nuestras raíces. En un mundo globalizado la tolerancia a la fe y a la cultura estaría por demás reclamar el respeto si no existirían personas como el diplomático Riofrio o frases celebres como: “son personas de tercera clase” o “en la costa no hay comunidades indígenas, en la sierra son agrícolas por la reforma agraria”.
La última semana, en un un correo
electrónico enviado recientemente a todos los trabajadores del organismo
estatal Concytec, su presidenta, Gisella Orjeda, aseguró que ha visto “con
preocupación la proliferación de imágenes religiosas en Concytec. Las que han
aumentado al punto que visitantes extranjeros de diverso origen me han hecho
sorprendidas reflexiones”. Por ello, dio un plazo de una semana para retirar
toda representación católica o cristiana de las instalaciones. “Debemos
impulsar el pensamiento crítico basado en la evidencia. Este es la piedra
angular de la ciencia”, escribió Orjeda, justificando su decisión.
Los actos de intolerancia se han tratado de superar. Recordemos la primera gran reunión de la iglesia para decidir el cómo pertenecer al cristianismo, San Pablo Bernabé y los apóstoles decidieron, gracias a la iluminación del Espíritu Santo que el único requisito para abrazar el cristianismo es el bautismo y no la circuncisión, rito netamente judío. Abriendo así el ingreso de muchos extranjeros al cristianismo. Así es cómo se busca tierras nuevas y cielos nuevos, con las 12 puertas abiertas, universal, católica, tal como lo expresa el Apocalipsis.
Además de la tolerancia, busquemos la inculturación que más allá del respeto a las culturas significa abrazar la fe por convicción, no por la mera tradición. Sólo la tradición termina haciendo de la fe una reliquia apta para el resguardo, pero con la convicción y la apertura la fe se construye.
La tolerancia y la fe personalizada e iluminada por el mismo Jesucristo conducen a la paz, no a la paz entendida como libertad de los problemas, sin preocupaciones; una paz así nos llevaría a la indiferencia. Jesús nos da la paz y además su paz - “no les doy como les da el mundo” -, aquella paz como fruto del trabajo de todos, por la gracia de Dios, la paz de comunión, de reconciliación.
Muchos hemos experimentado frases denigrantes por nuestras raíces. En un mundo globalizado la tolerancia a la fe y a la cultura estaría por demás reclamar el respeto si no existirían personas como el diplomático Riofrio o frases celebres como: “son personas de tercera clase” o “en la costa no hay comunidades indígenas, en la sierra son agrícolas por la reforma agraria”.
Los actos de intolerancia se han tratado de superar. Recordemos la primera gran reunión de la iglesia para decidir el cómo pertenecer al cristianismo, San Pablo Bernabé y los apóstoles decidieron, gracias a la iluminación del Espíritu Santo que el único requisito para abrazar el cristianismo es el bautismo y no la circuncisión, rito netamente judío. Abriendo así el ingreso de muchos extranjeros al cristianismo. Así es cómo se busca tierras nuevas y cielos nuevos, con las 12 puertas abiertas, universal, católica, tal como lo expresa el Apocalipsis.
Además de la tolerancia, busquemos la inculturación que más allá del respeto a las culturas significa abrazar la fe por convicción, no por la mera tradición. Sólo la tradición termina haciendo de la fe una reliquia apta para el resguardo, pero con la convicción y la apertura la fe se construye.
La tolerancia y la fe personalizada e iluminada por el mismo Jesucristo conducen a la paz, no a la paz entendida como libertad de los problemas, sin preocupaciones; una paz así nos llevaría a la indiferencia. Jesús nos da la paz y además su paz - “no les doy como les da el mundo” -, aquella paz como fruto del trabajo de todos, por la gracia de Dios, la paz de comunión, de reconciliación.
En fin, tenemos grandes mensajes en un
contexto reñido: la tolerancia, la inculturación, la paz, la reconciliación. Suficientes
valores que deben revisar personas como el diplomático, los que buscan burla la
Consultar Previa, los que se enfurecen contra los signos religiosos, a quienes
no tienden puentes de reconciliación.
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