Tengamos fe
Domingo Ordinario XXVII – Ciclo C (Lucas
17, 5-10) 6 de octubre de 2013
“Los apóstoles pidieron al Señor: – Danos
más fe”



Confiar en uno mismo es difícil y en los
demás se complica. Si analizamos en nuestra familia, la desconfianza ha dañado
vidas, en los trabajos afecta a la productividad, en la vecindad algunos nunca
dejan de pelear. La desconfianza hace sufrir a las personas “que se aman”; el
orgullo puede más que la reconciliación, la soberbia más que la humildad, el
prejuicio más que el entendimiento; la irá más que la paciencia,… ¡Necesitamos
ser confiables!
Hasta los discípulos que están cerca
sienten este vacío y le dicen a Jesús “Enséñanos a tener fe”. La fe va más allá
de la confianza, es una respuesta, no se puede fingir la fe. En la confianza
necesitamos ser confiables; en la fe
Dios ya es confiable, sólo falta creer. Es tan básico saber creer que Jesús
antes de sanar a alguien siempre le pregunta “¿Crees que te puedo sanar?”. La
desconfianza es causada porque la persona engaña sin escrúpulos y puede mirarte
a la cara y decirte ‘te amo’, hace doble vida; en cambio la falta de fe es expulsar
a Dios. El “piensa mal y acertarás” es propia de la desconfianza, pero en la fe
es: “no me mueve mi Dios para quererte el cielo que me tienes prometido, ni me
mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte,… aunque no
hubiera cielo yo te amara y aunque no hubiera infierno te temiera”.
La fe es un don de Dios, de nuestra parte
se necesita responder con caridad, con hechos concretos; sin condiciones; Todo
lo que hagamos será sólo porque amamos el servicio. Así, la fe no tiene color,
ni estatus, sólo tiene el amor de Dios. Haz algo, estamos en el año de la fe.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 17, 5-10
En aquel tiempo, los Apóstoles dijeron al Señor:
El Señor contestó:
–Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: «Arráncate
de raíz y plántate en el mar», y os obedecería.
Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor, cuando
vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: «En seguida, ven y ponte a la
mesa?»
¿No le diréis: «Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo; y
después comerás y beberás tú?» ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque
ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado,
decid:
«Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer.»
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