El amor no es… y no te puedes escapar!
La creación es el primer acto de
amor por parte de Dios. Si somos creados
a su imagen y semejanza entonces Dios tiene complicada la situación del amor.
Si nos comunicó lo que él mismo es en el soplo de vida, nuestra existencia
sigue siendo un afán cotidiano por saber, experimentar, madurar, asumir, asimilar,…
lo que es el amor. Un camino a la
libertad y una corazonada de amor nunca faltará.
De esta bondad nadie puede
prescindir, dicho ensayo puede costar el sentido de la existencia, así de grave
es bucear en el amor. Es divino pero también muy humano, puro y muy manchado,
libre y esclavo, acarrea felicidad y profunda tristeza, ama la verdad y odia la
mentira, es transparente y no se remite a pruebas.
El amor choca en el amor. La
capacidad de amar se va diluyendo en su capacidad. El intento de amar va
muriendo en su pasión. Pero nunca será victorioso si no tiene la voluntad de
entregarse, de morir, de sacrificar muchos amores.
Así es, amamos con nuestra
historia personal, con nuestras experiencias, con el amor paternal y/o
maternal, con amor familiar, con nuestras convicciones, con nuestros egoísmos,
queremos ese amor “a la carta” que no humaniza sino que cosifica a las
personas. Pero esos somos y no podemos huir. Los inteligentes lo superamos, los
necios damos todo de nuestro egocentrismo para seguir enfermando corazones y
ciegamente lo llamamos “amor”.
Cómo amar a alguien que no
escuchas, no dialogas, no admiras, no confías, no respetas, no la expresas
palabras edificantes, no valoras,… Esa es la paradoja, te soporta, de pronto el
amor, siendo maniquí o piñata de tus carencias, heridas, miedos, caprichos. El esquema
del gamonal del amor, del machismo manipulador, del chivo expiatorio,… ya
murió. Ya superamos las etapas de los Derechos Humanos.
No sé cómo iniciaría la “revolución
del amor”. Jesús la propuso. Así sólo queda revolucionarse así mismo. Amarse,
sanar, donarse, servir, amar, ilusionarse, compartir. El amor es un combustible
insustituible para el desarrollo personal y familiar.
El amor no es… y no te puedes
escapar!
Primera carta de San Pablo a los
Corintios 13:4-14:5
Hermanos, el amor es paciente, es
servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede
con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal
recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El
amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor
no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la
ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías,
limitadas. Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.
Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como
un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora
vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora
conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí. En una
palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más
grande de todas es el amor. Procuren alcanzar ese amor, y aspiren también a los
dones espirituales, sobre todo al de la profecía. Porque aquel que habla un
lenguaje incomprensible no se dirige a los hombres sino a Dios, y nadie le
entiende: dice en éxtasis cosas misteriosas. En cambio, el que profetiza habla
a los hombres para edificarlos, exhortarlos y reconfortarlos. El que habla un
lenguaje incomprensible se edifica a sí mismo, pero el que profetiza edifica a
la comunidad. Mi deseo es que todos ustedes tengan el don de lenguas, pero
prefiero que profeticen, porque el que profetiza aventaja al que habla un
lenguaje incomprensible. A no ser que este último también interprete ese
lenguaje, para edificación de la comunidad
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