La trilogía andina cristiana
Cusco, junio, 1995
El sol entraba por la ventana como si fuera un foco dirigido al Santísimo Sacramento; empañado por el fenómeno recorrí el templo para verificar si no era algún reflector eléctrico, aunque la luz era tan fuerte y por tanto insuperable. Me quedé mirando cómo los rayos del sol inspiraban los cantos autóctonos en la misa quechua del amanecer, los sonidos andinos acompañados por órgano y violín. Era, la fiesta de San Juan Bautista, 24 de junio, el Inti Raymi, la fiesta del Sol, dios de los Incas. Es decir, una fiesta andina cristiana.
Las flautas y tambores llamaron mi atención y pude ver la multitud de actores para celebrar el Inti Raymi en el Templo de Coricancha. Del “templo dorado” todavía quedan sus cimientos y partes de su arquitectura, recreada para la fiesta. En todo su recorrido, están presentes las estrellas (Chaska), la luna (Quilla), y son parte de la historia: el cóndor, el puma, la serpiente, las montañas, las lagunas, etc. El sol sigue iluminando al templo, es parte de la identidad local y nacional, además, sigue maravillando la armonía cósmica, el respeto y cuidado por parte de la sociedad andina cristiana.
Un mix inevitable
La fiesta del Sol (Inti Raymi) y otras fiestas tienen un desarrollo típicamente religioso. Aunque los ‘extremistas’ critican a menudo el sincretismo, en la dinámica festiva, cultural y religiosa del ande es inevitable. Así, por ejemplo, los cristianos ofrecen a Cristo en la cruz para la salvación de los pecadores, los incas ofrecían el corazón de una llama para tener buenas cosechas. Los incas cargaban en andas decoradas a su soberano y no lo dejaban caer, entonces entiendes por qué las procesiones del Corpus Christi son apoteósicas, con devotos bailando y bebiendo.
Caminando por el templo, me surgen preguntas: ¿la cosmología inca ayudó a comprender la teología cristiana? ¿Por qué la visión andina es cosmológica y no teológica o teodicea?
Estoy hablando ya con el cerebro formado con códigos cristianos, después del Concilio Vaticano II y con conocimiento de los documentos de la iglesia latinoamericana (Río de Janeiro (1955), Medellín (1968), Puebla (1979), Santo Domingo (1992) y Aparecida (2007). He nacido en Cajamarca, el imperio de atahuallpa, en un pueblo donde todavía “huaqueamos” en Semana Santa (buscar huacos, artesanía de los antepasados), las abuelas son expertas en cuentos de almas, ofrendamoss comida y licor a los muertos, celebramos el Corpus Cristi con papa picante y guarapo, y despedimos bailando el carnaval el mismo miércoles de cenizas con la misma efusividad que la fiesta de Santa Rosa o la Virgen de la Natividad.
En el cristianismo, una doctrina fundamental es la Santísima Trinidad. En Ella, hay una comunicación perfecta del Dios Padre, con el Hijo, engendrado, y el Espíritu Santo, tal como lo enseña el Catecismo. Son eternos, Dios ha creado en 7 días el cielo, la tierra y el mar, al varón y a la varona (del hebreo "ish" y "ishah"); Jesús es el Camino, la verdad y la vida, y el Espíritu Santo es el amor que dinamiza nuestros corazones.
Los tres niveles de las divinidades andinas
El sentido divino del mundo, para nuestros ancestros andinos, estaba dividido en cielo, tierra y lo que está bajo tierra. Los animales más grabados en su cerámica, textilería y arquitectura son 3: el cóndor (cielo, Hanan Pacha), el puma(tierra, Kai Pacha) y la serpiente (bajo el agua, Ukju Pacha).
Además, esta trilogía divina de los incas expresa veneración, respeto, sabiduría popular. Ha sido, de sobra, comunicada por su tradición popular por medio de géneros literarios como la leyenda, la poesía, la música. La coincidencia del cosmos o divina es que tiene mucho sentido el número 3: triángulo de la ‘Trinidad’, los tres ángulos de la Chakana, de la creación, de los templos como el Coricancha, el Intihuatana; en Tambomachay, en Machupicchu, en Ollantaytambo, etc
Entonces, los pobladores andinos, tienen tres dioses a quienes respetan y veneran:
El cóndor (Kuntur), es el ave mensajera del ‘dios sol’ y de los dioses del cielo (Hanan Pacha o mundo de arriba), su vuelo es un estilo de ‘ángel’ mensajero para los hombres, quienes deben estar atentos a los signos de las siembras y las cosechas, de la fertilidad y la sequía, etc. Por su gran importancia, la ciudadela de Machupichu tiene la forma de un cóndor volando.
El puma: con su sagacidad, paciencia y astucia estratégica domina el mundo de los hombres en la tierra (Kay Pacha). Su cabeza esta diseñada en la fortaleza de Sacsayhuaman y la cola en el templo de Qoricancha (centro del poder político y religioso del tiempo de los incas). El puma domina porque es infalible en el logro de sus objetivos.
La Serpiente (Amaru). Respetada por su sabiduría, su rapidez, su letalidad, su misterio, su habilidad en la tierra y en el agua, su belleza. Traspasa los mundos y es retratada para imponer superioridad. Esta imagen se irá modificando con la llegada del cristianismo que no niega sus atributos usados para simbolizar el mal, la tentación, el diablo.
"Todo está conectado"
Sigo recorriendo el Coricancha y entro en un mundo de coincidencias y casualidades. Los muros de piedra y ventanas en triángulo siguen en pie por su diseño y significado. El altar o la piedra de sacrificios. En este sentido, las coyas (esposas de los incas), las ñustas (hijas solteras), los amautas (poetas), los sacerdotes (Willaq Umu),… La hoja de coca, la chicha, la frutillada, la sangre del sacrificio, las semillas, el maíz y el queso, el trigo y el pan, la papa y el chuño,… De ellos puedes hacer estudios profundos a nivel teológico, cósmico, místico, poético,… lo que se te antoje.
El choque cultural tiene sus desafíos. No sé si eran las ‘semillas del verbo’ o la casualidad, Dios creador está presente en la armonía cósmica y en el corazón de los seres humanos. Como decía el papa Francisco en las celebraciones de la “Laudato Si”: “todo está conectado”. Las categorías de panteísmo, idolatría, iconoclastas, sincretismo, new age, etc… sobran, "lo presente, presenta está": sentido de divinidad universal. ¿Un misterio? ¡Desentráñalo!
Gracias, puedes darle un vistazo:
Templo del Sol
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