“... Cada vez que lo hicieron o no lo hicieron…”
Christ the King, a detail from the Ghent Altarpiece by Jan van Eyck. St Bavo's Cathedral, Ghent.
Solemnidad de Jesucristo Rey del universo – Ciclo A (Mateo 25, 31-46) – 22 de noviembre de 2020
"Jesucristo, Rey del Universo"
Es una expresión cristiana que refleja la creencia de que Jesucristo tiene un señorío y dominio supremo sobre todo el universo. Tanto católicos como ortodoxos sostenemos que Jesucristo es el Hijo de Dios y el Salvador del mundo.
La solemnidad litúrgica de Cristo Rey se estableció en 1925 por el Papa Pío XI como respuesta a los desafíos y cambios sociales de la época. La Fiesta de Cristo Rey se celebra en el último domingo del año litúrgico cristiano, antes del Adviento, que marca el comienzo del nuevo año litúrgico (B).
Jesucristo reina sobre todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra. Jesucristo es el Rey del Universo y que su reinado es eterno. Las lecturas y el evangelio de este domingo destacan la autoridad divina de Cristo y su papel como juez y salvador.
Jesucristo es el Logos, la Palabra encarnada de Dios, que vino al mundo para redimir a la humanidad y restaurar la relación entre Dios y el hombre.
Papa Benedicto XVI en la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo.
(22 Noviembre de 2009)
En este último domingo del año litúrgico celebramos la solemnidad de Jesucristo, Rey del universo, una fiesta de institución relativamente reciente, pero que tiene profundas raíces bíblicas y teológicas. El título de "rey", referido a Jesús, es muy importante en los Evangelios y permite dar una lectura completa de su figura y de su misión de salvación. Se puede observar una progresión al respecto: se parte de la expresión "rey de Israel" y se llega a la de rey universal, Señor del cosmos y de la historia; por lo tanto, mucho más allá de las expectativas del pueblo judío. En el centro de este itinerario de revelación de la realeza de Jesucristo está, una vez más, el misterio de su muerte y resurrección. Cuando crucificaron a Jesús, los sacerdotes, los escribas y los ancianos se burlaban de él diciendo: "Es el rey de Israel: que baje ahora de la cruz y creeremos en él" (Mt 27, 42). En realidad, precisamente porque era el Hijo de Dios, Jesús se entregó libremente a su pasión, y la cruz es el signo paradójico de su realeza, que consiste en la voluntad de amor de Dios Padre por encima de la desobediencia del pecado. Precisamente ofreciéndose a sí mismo en el sacrificio de expiación Jesús se convierte en el Rey del universo, como declarará él mismo al aparecerse a los Apóstoles después de la resurrección: "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra." (Mt28, 18).
Pero, ¿en qué consiste el "poder" de Jesucristo Rey? No es el poder de los reyes y de los grandes de este mundo; es el poder divino de dar la vida eterna, de librar del mal, de vencer el dominio de la muerte. Es el poder del Amor, que sabe sacar el bien del mal, ablandar un corazón endurecido, llevar la paz al conflicto más violento, encender la esperanza en la oscuridad más densa. Este Reino de la gracia nunca se impone y siempre respeta nuestra libertad. Cristo vino "para dar testimonio de la verdad" (Jn18, 37) —como declaró ante Pilato—: quien acoge su testimonio se pone bajo su "bandera", según la imagen que gustaba a san Ignacio de Loyola. Por lo tanto, es necesario —esto sí— que cada conciencia elija: ¿a quién quiero seguir? ¿A Dios o al maligno? ¿La verdad o la mentira? Elegir a Cristo no garantiza el éxito según los criterios del mundo, pero asegura la paz y la alegría que sólo él puede dar. Lo demuestra, en todas las épocas, la experiencia de muchos hombres y mujeres que, en nombre de Cristo, en nombre de la verdad y de la justicia, han sabido oponerse a los halagos de los poderes terrenos con sus diversas máscaras, hasta sellar su fidelidad con el martirio.
Estábamos viendo un vídeo referido a testimonios de niños víctimas de la guerra. La violencia de países extractivistas no tiene límites para saquear las riquezas de los países más pobres. Sin justicia y sin paz.
En la calle un grupo de personas protestaba, pedía la protección de los animales porque sus pieles terminan siendo “carteras mata galán”. Las derechas y las izquierdas mueven industrias y políticas.
Me sorprendió ver una protesta porque no les instalaban luz solar y algunos días no tenían fluido eléctrico. Es una protesta justa que deberían hacer los pequeños poblados de América Latina y África. Todavía quedan muchos centros poblados sin energía eléctrica y por tanto sin maquinaria de producción.
Los gobiernos, cuasi reyes políticos de las tierras, tienen la invitación a trabajar por el bien común, por favorecer la economía del ciudadano. Lo mismo sucede con el agua potable, el gas, la señal telefónica, la educación, la salud, … etc.
Señor, queremos que reines en estos reinos con tu justicia y paz
¿Será el negocio de los políticos, de los de la derecha y también de los de la izquierda?
¿Y acaso no lo saben los economistas, los ingenieros, los periodistas, los médicos, etc? Sí, lo saben. Entonces, ¿no buscan la verdad, la justicia, el bien común?
Algunos sí. Pero como tú y yo, cada día nos enfrentamos a las injusticias, incluso en los lugares más éticos y sagrados. El mal, nos invade, lo justificamos, lo argumentamos. Las malas prácticas terminan siendo un escape del “saber hacer”. Por ello, la corrupción puede tener ropaje hipócrita de filantropía, de sagrado, de divino.
Señor, te pedimos que reines en nuestras vidas
Si hoy Jesús tiene rostro de: hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, presidiario,… de anciano clamando por un balón de gas, de trata de personas, de violencia infantil, etc. “En verdad les digo que cada vez que lo hicieron (o no lo hicieron) con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron (o no lo hicieron) ”.
Es decir, tú puedes reinar, tienes la posibilidad de hacer algo por los que más lo necesitan. Pero no lo hagas sólo por un sentido solidario, una filantropía. Hazlo porque es un encargo del mismo Jesús, si le sigues, qué esperas; la misión y acción son tan evidentes y urgentes. En el lenguaje del evangelista Mateo, ¿O somos de las ovejas o de las cabras? (con la disculpa de las cabras). Así es "benditos de mi Padre" ¡Vivir la justicia y la Paz!
Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 31-46
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones.
Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha:
“Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”.
Entonces los justos le contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”.
Y el rey les dirá:
“En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”.
Entonces dirá a los de su izquierda:
“Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”. Entonces también estos contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”.
Él les replicará:
“En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”.
Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».
Para profundizar
- Homilía y explicación bíblica
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