I Domingo de Cuaresma (C): "Si eres Hijo de Dios" Las tentaciones de Jesús en el desierto

 ¿Qué es la Cuaresma?

  1. Se le llama al perido de 40 días,cuadragésima, es decir, 'cuarentena'
  2. Inicia el Miércoles de Ceniza y termina antes de la misa de la Cena del Señor del Jueves Santo.
  3. 2022: miércoles 2 de marzo a jueves, 14 de abril.
  4. Temas centrales: oración, ayuno, penitencia. Desde el desierto a las praderas de la vida.
  5. Color litúrgico: morado, significa luto y penitencia.

 

La Tentación de Jesús en la pintura de Ary Scheffer.


 I Domingo de Cuaresma

Año litúrgico 2021 - 2022 - (Ciclo C)

La gran tentación

 

Las tentaciones de Jesús nos llevan a echarle la culpa al diablo, agente de división, astuto y con argumentos engañosos. Los argumentos se sostienen en la sabiduría bíblica y en la lógica de creer en un Dios Padre Misericordioso. Pero quedarse, allí sería como quedarse en la trama de la acción. Esta escena recorre secas arenas y profundos abismos: los deseos personales tuyos, y también los míos. El corazón humano tiene una ráfaga de pensamientos en torno a tres temas principales: el hambre, el poder, el vivir sin Dios.

 

SolidaridadCambiar las piedras en pan (Lc. 4, 2-4).

El hambre que sufren los millones de seres humanos en el mundo les convierte en víctimas de los mercados injustos. Sería bueno que el valor de cada bala sirviera para el pan de una familia.

 

Los llamados a la solidaridad en los campos de guerras en el mundo son un gran milagro que alimentan con el pan de cada día. La providencia de Dios se puede hacer presente. Aunque, todos quisiéramos, con un sentido de hijos del mismo Dios, que las armas de guerra se convirtieran en pan, la obsesión por el poder se convirtiera en el afán por el servicio. Recemos por esos milagros.

 

Una señal de agradecidos es ofrecer las primicias de la tierra a Dios y a los seres humanos, así lo prescribe el Deuteronomio. ¿Parece un sueño? La tierra ligada a los gestos de unión, de agradecimiento, a la conciencia de que la tierra alimenta gracias a su creador, a su benevolencia. Pero parece que la tentación está en destruir la tierra y matar a su creador.

 

Desiertos de guerra y multitud

Por ello, no importa dónde estén los desiertos, usurpar las tierras es injusto. Ya sea Rusia, Ucrania, Myanmar, Venezuela, etc. La tierra está echa para alimentar a la humanidad no para destruirla, menos para derramar sangre. Los corazones de arena, de piedra quieren milagros de abundancia al margen de la vida. Es decir, en sus gestores existen desiertos llenos de deseos de convertir las piedras en pan; su hambre resulta insaciable.

 

El desierto de la multitud, los lugares inhabitados pero que nos gusta ir. Es como un encuentro de sonámbulos inflados de anonimato y obsesión. Los profundos deseos, los abismos económicos, los sentimientos de arena, … Los supermercados, las estaciones de tren, los aeropuertos, … Escenarios donde deseamos que las piedras se conviertan en pan, en monedas, en algo que nos haga ser aquello que no estamos llamados a ser; allí, las clases y marcas clasifican, nos arrastran, entristecen, generan envidia, la tentación de hacer lo inhumano está a la carta.

 

El desierto de arena seca, durante 40 días, años, … la vida. El valor existencial de los desiertos nos golpea en el silencio, la soledad, el anonimato, el exclusivismo, … En todo caso, no dejamos de ver nuestra desnudez, ante nuestra caducidad y a veces ante Dios. En ese transe, hay una verdad implacable, que como Israel estamos llamados a descubrirla, en la propia identidad, en la dignidad y en el ser hijos del mismo Dios que no podemos prescindir de nuestro Padre, hacerlo nos desnaturaliza.

 

La gran tentación: dudar de Dios. ¿Si eres Hijo de Dios? 

Aparentemente la duda ha triunfado. Querer ser más sagaz que Dios. Muchas maldades actuales parecen cometidas por quienes no ven a los otros como hijos de Dios, y menos se sienten hijos dignos de Dios. La gran tentación de dudar de Dios nos ha invadido en lo más profundo, en el corazón, en la fe.

 

Hoy, no dudes de la presencia de Dios en tu vida. Seguro estás lleno de tentaciones. Déjate ayudar por sus palabras. Permanece firme en el amor de Dios. No pierdas el deseo de que Dios sea Dios en tu vida. 


- Me gustaría comenzar este tiempo de Cuaresma con un pasaje del Principito de Saint-Exupéry. En este cuento, el Principito, sólo en su estrella, se ha hecho amigo de un zorro. Un día viene a visitarlo, pero sin decirle nada. El zorro le reprocha:

 Habría sido mejor volver al mismo tiempo", dice el zorro. ‘Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, empezaré a ser feliz a las tres. Cuanto más tarde sea la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro, ya estaré inquieto y preocupado; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes en cualquier momento, nunca sabré a qué hora vestir mi corazón...’ 

Necesitamos rituales. 

 

Necesitamos rituales. Esta es una buena descripción del proceso que emprendemos como Iglesia, año tras año, y que se llama Cuaresma. Necesitamos ritos para vestir nuestros corazones, para redescubrir y afirmar una vez más cuánto nos importa nuestra fe en Jesucristo, cuánto tiene el poder de transformar nuestras vidas. Necesitamos rituales que nos preparen para la gran fiesta del amor, la fiesta de la Pascua, donde Dios da su última y más hermosa palabra para nuestro mundo en su Hijo Jesucristo.” (fr. Yves Bériault, OP)

 

Palabra del Papa Francisco

«en la vida no es fácil interiorizar este concepto, llevarlo a nuestra convicción». Y el porqué es fácil de comprender: «antes de todo porque el diablo es un seductor y nos gusta ser seducidos. A nosotros —subrayó el Papa con énfasis— nos gusta. Y él sabe cómo acercarse; sabe qué palabras decirnos. Despierta nuestra curiosidad, porque todos somos curiosos, y nuestra vanidad: “¿Pero qué dice este?”». En resumen, lo «que le sucedió a Eva, nos sucede también en nosotros. A nosotros: “¡Probad esto! No es como vosotros pensáis, no...”. Es la seducción». Además, prosiguió el Pontífice, «a nuestra vanidad le gusta que piensen en nosotros, que nos hagan propuestas... Y él tiene esta capacidad; esta capacidad de seducir». Por tal motivo «es tan difícil entender» que se trata de «un derrotado; porque él se presenta con gran poder: te promete cosas, te lleva regalos —bonitos, bien envueltos— “¡Oh, que bonito!” —pero tú no sabes qué hay dentro— “Pero, el papel de afuera es bonito”. Nos seduce con el paquete sin hacernos ver qué hay dentro. Sabe presentar a nuestra vanidad, a nuestra curiosidad, sus propuestas». De hecho, añadió el Papa con una imagen evocadora, «va a morir, pero como el dragón, como el cocodrilo —que cuando va a morir los cazadores dicen: “No te acerques al cocodrilo, porque con un golpe de la cola te puede mandar al otro mundo— es peligrosísimo». Y «es un seductor. Se presenta con todo el poder. Y nosotros, tontos, creemos».


Insistiendo sobre lo peligroso que es el diablo, Francisco se detuvo sobre el hecho de que «sabe hablar bien. Habla muy bien». No solo: «sabe también tocar, sabe cantar; incluso el Aleluya pascual es capaz de cantar, para engañar. Es el gran mentiroso, el padre de la mentira». Por otro lado «sus propuestas son todas mentiras, todas». Pero lamentablemente «presenta las mentiras y nosotros creemos. Es un derrotado, pero se mueve como vencedor». Hasta el punto que «es también capaz de darnos luz, ¡ilumina! Pero la luz del diablo es deslumbrante, como los fuegos artificiales, y no es duradera. Un instante, después desaparece». Sin embargo «la luz del Señor es tenue, pero permanente». Por lo que, recapitulando, Francisco recordó que el diablo «nos engaña, nos seduce, sabe tocar nuestra vanidad, la curiosidad y nosotros compramos todo, compramos todo. Y ahí, caemos en la tentación. Si fuera la tentación de un gran guerrero, al menos ha luchado». Pero, dijo el Papa sin medias tintas, «es la tentación presentada por un cobarde —porque es cobarde— por un mentiroso, por un seductor». En resumen, es «un derrotado peligroso».

(Papa Francisco. Frente a las Tentaciones. 8 de mayo de 2018)

 

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 4, 1-13

En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y el Espíritu lo fue llevando durante cuarenta días por el desierto, mientras era tentado por el diablo.
En todos aquellos días estuvo sin comer y, al final, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan».
Jesús le contestó:
«Está escrito: “No solo de pan vive el hombre”».
Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos de! mundo y le dijo:
«Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me ha sido dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo».
Respondiendo Jesús, le dijo:
«Está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».
Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti, para que te cuiden”, y también: “Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece contra ninguna piedra”».
Respondiendo Jesús, le dijo:
«Está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».
Acabada toda tentación, el demonio se marchó hasta otra ocasión.


La Tentación de Jesús en la pintura de Ary Scheffer.

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