VI Domingo de Pascua (A): Espíritu Santo, Defensor, Consolador, Paráclito
«Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad…”
Jesús insiste en el amor pascual y nos invita a vivir sus mandamientos, especialmente nos promete la venida del “Paráclito”, en nuestro auxilio.
VI Domingo de Pascua
Año litúrgico 2022 - 2023 - (Ciclo A)
¿Qué significa paráclito?
Se refiere al Espíritu Santo, la tercera persona de la Santísima Trinidad. Proviene del griego “Parakletos”, significa “Consolador”, “abogado”; es decir: guía, ilumina, santifica y defiende a los creyentes en el camino de la fe.
¿Necesitamos un defensor en nuestras vidas?
Los discípulos lo necesitaban, quizá tú no, pero primero veamos qué tipo de abogado o defensor necesitamos.
“Siento impotencia y no comprendo cómo pueden hacer eso” decía mi hermana un día. El motivo de nuestra indignación es el siguiente: nuestro padre es anciano, va perdiendo el oído y la vista; él siempre ha tenido un negocio en nuestro pueblo natal. Es conocido y respetado por muchas personas. Pero, varias veces, algunas personas han acudido a su negocio con billetes de alto valor para comprar, mi padre lo revisa, pero no puede identificar la falsedad del billete. Después, cuando él hace uso del billete lo identifican falso, sin valor. Entonces, llega ese sentimiento de impotencia, de pérdida de confianza. ¿Quién fue? Es claro, existe gente que necesariamente debe transformar su corazón, ser justa, respetar a los ancianos, cuidar al ser humano.
Si cada uno cumpliéramos los mandamientos amaríamos como Dios nos ama. Jesús lo advirtió, no sólo los apóstoles necesitan de el “Defensor”, del “Espíritu Santo”, muchos lo necesitamos para ser consolados y a la vez transformar nuestro corazón. Las palabras de despedida de Jesús están llenas de solidaridad, sabiduría y realismo. Por ello tiene mucho sentido la oración de la mano con los ancianos: “No me rechaces ahora en la vejez, no me abandones” (Sal 71,9).
Y así puedes seguir enumerando ejemplos en los cuales necesitamos de un defensor y pedir que también inspire a los corazones codiciosos, ambiciosos, problemáticos. La maldad es un signo de la pobreza de espíritu, de la escasez de valores y de la estrechez de humanismo. ¿Cómo un pobre roba o estafa a otro pobre, acaso no nos damos cuenta que esos actos nos llevan a la miseria?
El espíritu de la verdad
Hoy, el Espíritu de la verdad es nuestra esperanza. Ya queremos que esa misma relación de Jesús con su Padre sea modelo de la nuestra con Jesús. Es decir, Jesús procura defender e inspirar, acompañar a sus discípulos. Además, nunca les abandona en su fe, después de la resurrección les enviará el Espíritu Santo para instruirlos, ayudarles a discernir la fe, iluminar el camino verdadero. Finalmente, el Espíritu de Verdad significa también la presencia de la Santa Trinidad en nuestras vidas. Ser una casa para la trinidad es la verdad que esperamos lograr.
El Espíritu y la “post-verdad”
La “post-verdad” nos va sacando de la verdad objetiva. La “post-verdad” es una opinión personal, puede estar influida por las emociones, las creencias. Cuando una persona se obsesiona por defender sus intereses crea una narrativa para justificarla. Por ejemplo, el hecho de engañar a un anciano con un billete falso puede parecer que aprovecha su oportunidad para generar dinero, en ese acto las raíces psicológicas pueden ser diversas, pero a la luz objetiva es un robo.
En el sentido cristiano, el Espíritu Santo otorga el don del discernimiento, y la fuerza para seguir el bien.
Ese mismo hecho, del billete falso tiene sus raíces en un gran problema: lavado de dinero. Y si sigue la cadena, va engranando en algunos millonarios, y éstos en su inversión política, y ésta en corrupción y robo de bienes públicos.
Y si sigues el análisis objetivo de la realidad, te das cuenta de que la “post-verdad” es antojadiza: se difunde información falsa, se manipula la opinión, se ignoran los verdaderos problemas. ¿cuál es la consecuencia? En las familias o la sociedad: la polarización y extremismo, la marginación de los más pobres, la mediocridad del futuro educativo.
En este escenario puedes identificar personas con discursos llenos de compromiso social, de honestidad, pero en la vida real y objetiva: están coludidos con la corrupción, no defienden la verdad, su escasa visión les condice a defender ciertas ideologías; sin dar espacio a la veracidad, a la transparencia.
Necesitamos del Espíritu Santo
En conclusión, hoy como nunca necesitamos de la verdad objetiva, del don del discernimiento, de la capacidad crítica, de saber identificar y luchar contra las causas de quien está influido por el billete falso. Es urgente, pedir y orar para que el Espíritu de la Verdad nos transforme, nos ilumine, nos muestre el camino.
Un corazón sin amor, sin normas, sin verdad, … puede generar discursos de odio en contra de sus propios hermanos; es antihumano.
En este domingo, cercano ya a la venida del Espíritu Santo, llenos de noticias falsas y la manipulación … revisa tus “post-verdades” y tus actos iluminados por el “Espíritu de la verdad”.
Recuerda que: el amor de Dios nos hace ver el viaje de la vida con perspectiva, la calidad de seres humanos. Vivimos para el amor, es el motor de la vida, Dios lo inventó, no nosotros, el Espíritu lo activa para transformar las heridas que nos queman dentro, para sanar los recuerdos, reconciliarnos. Si la amargura, el odio y los pensamientos tristes llegan a tu vida, es obvio que no vienen del Espíritu Santo.
Palabra del papa Francisco
El Espíritu Santo nunca te dirá que en tu camino va todo bien. Nunca te lo dirá porque no es verdad. No, te corrige, te lleva también a llorar por los pecados, y te anima a cambiar, a combatir contra tus falsedades e hipocresías, aun cuando eso implique esfuerzo, lucha interior y sacrificio. El mal espíritu, en cambio, te empuja a hacer siempre lo que te guste y lo que quieras; te lleva a creer que tienes derecho a usar tu libertad como te parezca. Pero después, cuando te quedas vacío interiormente”
(Homilía, solemnidad de Pentecostés, 2022)
Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 15-21
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros.
No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».
Pintura 🎨
Apariciones de Jesús resucitado. En sentido horario desde la parte inferior: Resurrección, Noli me tangere, Ascensión, Pentecostés(Meister des Schöppinger, c. 1449, Pfarrkirche, Westfalia).
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