VII Domingo de Pascua (B): La ascensión de Jesús al cielo

Ellos se fueron a predicar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban

 

Con la ascensión del Señor aprendemos que Jesús bajó a nosotros para hacernos subir al Padre. Él venció la muerte para que nosotros heredáramos la vida eterna. Avivamos la esperanza de seguir la misión de anunciar la vida eterna.


Ascensión del Señor

VII Domingo de Pascua

Año litúrgico 2023 - 2024 - (Ciclo B)

Discípulos de cristal

“Le falta compromiso” es una crítica constante a la juventud desinteresada en tomar las riendas de su propia vida. “Le falta compromiso institucional” también se dice de un empleado que mide su eficacia en el reloj más que en los objetivos institucionales. La “generación de cristal” sabe reclamar sus derechos, y también sabe sus deberes, goza de información, pero está acostumbrada al calor del nido, y no le da la gana cumplirlos. En ambos casos están protegidos, habituados a recibir más que a dar, a que los demás funcionen a su alrededor. Así como se tiene una estatua a la libertad se debería buscar una dedicada a la responsabilidad.

 

El miedo a salir del cristal

Pero la naturaleza es sabia, en el ciclo de la vida, los gallos no se quedan en huevos, las mariposas no están hechas para ser larvas por siempre, los seres humanos cada día dan paso a otra etapa. En el camino de un discípulo, pasa por aspirante, aprendiz, hasta que es como o mejor que el maestro. La aptitud es aprender a ser discípulo y la primera gran meta es autogestionar el discipulado, actuar como lo hace el maestro. Así se llega a la madurez, no sólo biológica, sino también psicológica, intelectual, espiritual, emocional, etc.


Llega un momento en el que ese niño debe vivir y pagar sus cuentas solo. Así les llega el momento a los discípulos, deben dejar las aldeas para ir a otras más lejanas, ya no como parte del auditorio sino siendo voz, testimonio, palabra. El Maestro está con ellos, pero no les hará el trabajo, los niños no comen papilla toda la vida, también deben masticar el pan duro. 

 

Más allá de los propios cristales: misión

Es el momento de ver en Jesús al que les da la oportunidad para ampliarles el horizonte. Su misión ya es grande. Es momento de romper el cristal de paciencia, de la pedagogía, de misericordia. Dejan ya los tutoriales en vivo que les daba Jesús para enfrentarse al mismo demonio, hablar otros lenguajes, con un antídoto especial contra serpientes y otros venenos. Esto y mucho más lo lograrán en nombre de Jesús, ya no sólo la salud física, sino también la muerte del corazón, de las ilusiones y las esperanzas.


Su camino no será seguro, pero la seguridad de tener a Jesús, el Resucitado, el mismo que ya está en el lugar privilegiado de Dios, les dará fuerza en sus palabras, en sus intuiciones para formar comunidades, sanar enfermos. 


Y así, los discípulos siguieron, ninguno desertó de la misión, formaron las primeras comunidades, dieron al mundo el gran sentido del único Dios ante los dioses emperadores, del respeto a la vida donde se mataba a doquier, de la dignidad donde se traficaba con mujeres y niños. Es cierto, que las guerras, el tráfico de personas, la explotación, … siguen existiendo, pero a todos nos queda claro que no es cristiano ni humano, ni tampoco legal. Allí, queda mucha misión para los cristianos o discípulos de Jesucristo hoy.

 

Palabra del papa francisco

 La Iglesia necesita esperanza, para que, incluso cuando experimente el peso de la fatiga y de  la fragilidad, no olvide nunca que es la Esposa de Cristo, amada con amor eterno y fiel, llamada a  custodiar la luz del Evangelio, enviada para llevar a todos el fuego que Jesús trajo y encendió en el  mundo de una vez para siempre.  

(Homilía, 9 de mayo de 2024)

 

 

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 16, 15-20

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los once y les dijo:
«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».
Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Ellos se fueron a predicar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.


Ascensión de Jesús, obra de Giotto.

 

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