Conocer es amar

Conocerlas


El nombre denomina aquello que es en su esencia, por ejemplo: el amor, la paz, madre, padre, pastor,… Está ligado a lo que hace y se va haciendo, desarrollando. Otorga sentido el hacer lo que se es. Pero estos como otros han sido trivializados, relativizados, desprestigiados,…

El pastor, según mi experiencia, cuida sus ovejas, las conoce a detalle, sus señales, sus colores, su historia, su voz, sus gritos de lamento, identifica sus gestos cuando se asustan ante un peligro inminente, por eso los zorros caminan lentamente, los perros deben estar atentos.

Recuerdo las veces que mi madre me envió a pastar las ovejas, nunca se fijaba en la cantidad, las conocía por las orejas, las patas, la lana,… Había que caminar acompañado de un fiel amigo, el perro, no dejarlas comer cualquier yerba, vigilar que no se separen, no exponerlas a los abismos, ver si están llenas o con hambre. Incluso, los remedios caseros para combatir sus enfermedades frecuentes y los primeros auxilios en casos de “un empanzamiento”, o envenenamiento por comer una mala yerba.

Jugaba con mi perro, era un cazador, algunas veces por un pequeño descuido tenía que cargar una oveja con la pata rota, o entristecerme por su muerte. Apacentar un rebaño me permitía buscar un lugar apropiado para sentarme, pensar, soñar, aterrizar, mirar el horizonte, sentir el aire, preveer la lluvia, cantar, escuchar el eco, llorar, conversar solo, silbar, orar, correr, oler la “pacha mama”, amar.

Con voz en cuello:

"Además de la atención a las víctimas, es necesario (...) proseguir la colaboración con las autoridades civiles, competentes en los planos judicial y penal, teniendo en cuenta las especificidades jurídicas y de circunstancias en los diferentes países" (Federico Lombardi. Vocero del Vaticano)

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